Cosas importantes
Odio los lunes.
¿Saben de esa tarea que tienen pero por más que la quieran hacer no pueden, la aplazan y la terminan olvidando?
Eso me paso hoy.
Pero en mi defensa el sábado estaba haciendo una buena obra y el domingo me la pase adolorida y volviéndome loca tratando de encontrar una explicación a porque mi vida era tan complicada últimamente.
— Vamos quedan cinco minutos para el timbre.
Me apura Julie, mientras mi pluma pasaba velozmente por la hoja. Estabamos en las gradas de la pista donde Amir y su grupo daba vueltas. Desde ahí podía ver como el aire fresco movía sus rizos y ponía sus mejillas rojas.
— ¡Voy tan rápido como puedo!
Julie me había prestado sus apuntes con la condición de que esta semana saliéramos por ahí, ya que eso también lo había estado aplazando. Así como también el hecho de que tenía archivos robados de la policía y aún no encontraba una manera de solucionarlo.
— ¿Paso algo entre Khai y tu? — preguntó Julie de repente mientras cerraba el libro rojo de su abuela y me miraba expectante —. ¿Discutieron?
— No, ¿porque preguntas?
Me dolía la mano de escribir tan rápido y tan feo. No sacaría un sobresaliente en esta tarea.
— Esta actuando extraño.
— ¿Más?
Rodó los ojos.
— Si Emma, más.
— Pues no es mi culpa, de hecho estamos bien.
O eso creía.
— Define bien — me miró arqueando una de sus perfectas cejas.
Rodé los ojos.
— Nos soportamos, solo eso.
— Claro — dijo con una sonrisa traviesa —, a ti te gusta el chico lindo de anteojos.
— ¿Qué? — exclamo horrorizada —. ¿Como lo sabes?
— Es obvio, aunque me siento un poco ofendida por que no me hayas contado
Frunci el ceño.
— No hay mucho que contar la verdad.
— Eso no parecía el sábado, él se veía sinceramente preocupado por ti.
Sonreí.
— Si, tal vez — dije dejando de escribir y pensando en como estar con él me había hecho olvidarme de todo lo que había sucedido por unos segundos —. Aún asi no hay mucho que contar.
Julie entrecerró los ojos, iba a decir algo pero la interrumpí.
— ¿Hoy iras a ver a Anna?
Pude notar como se tenso y dejaba de jugar con el listón de su blusa.
— Si, Amir y yo vamos a ir ¿quieres venir?
Si quería, a Anna la habían dejado internada por que aún seguía en estado de shock y ni siquiera sus padres habían logrado hablar con ella.
— Hoy no puedo tengo teatro y Maddison esta insoportable, iré después.
Ella asintió sin apartar la vista de su libro. Khai no era el único que estaba actuando extraño.
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DARKLIGHT
FantasyEmma Campbell tenía una vida tranquila que se veía empañada por los extraños sueños que la atormentaban por la noche. Pero esos sueños empiezan a parecer cada vez menos locos después de la llegada de los hermanos Julie y Khai al pueblo y la tranqu...