Nos estamos quedando sin combustible y Cop empieza a ponerse nervioso. Lo veo por la forma que tiene de mover la pierna. Parece un tic. Mamá lo hubiera llamado el baila de San Vito. Minnie se acaba de despertar y se ha recompuesto. Por alguna razón le ha dado por hablar de albaricoques con Marcos, como si fuera una vieja broma entre ellos. Es la conversación más tonta que he oído, después de la de las cartas y apuestas, pero la agradezco porque llena el silencio y me distrae de los zombis.
El tema acaba por acabárseles y Marcos hace un magistral esfuerzo por encontrar conversación sobre coches deportivos para distraer a Cop. Como no, acabamos pensando de nuevo en la falta de gasolina. La siguiente en fallar en el arte de conversar soy yo que menciono los estudios. Al lado de los albaricoques, mi tema es mucho más anodino. Al final, Minnie mete el tema de los albaricoques otra vez y con ese nos quedamos.
—¿Sabéis que son buenísimos para la piel? La reina de no sé donde se lo aplicaba triturado en la piel.
Me rio porque sé que se lo está inventando.
—Además, son nutritivos para las personas con cáncer.
—Minnie, son nutritivos para cualquiera.
Minnie se ríe y nos pasamos un buen trecho del camino comentando detalles sobre los albaricoques que nos hemos inventado. Cop incluso llega hasta tal punto como decir que los albaricoques son mandarinas con mejor piel. Su conclusión: que las mandarinas tienen celulitis y los albaricoques no. Incluso nombra a un medico canadiense llamado Yosef Mastín justo cuando pasamos por una tienda saqueada llamada así.
Por fin encontramos una gasolinera cuando estamos bajo mínimos en reserva. Paramos y me entran de nuevo los escalofríos. No deberíamos pararnos. No cuando cualquier zombi puede acercarse. Cop se gira hacía mí y con un guiño del ojo me dice:
—¿Te enseño a chupar?
—Cop, serás basto —dice Minnie.
—A chupar un sifón para sacar gasolina. Vaya, muñequita, eres muy mal pensada.
—No tiene que hacerlo ella misma, basta con que lo vea.
—Vaya hermana mayor que tienes, ¿nada de diversión entonces?
—¿Por qué no? —contesto y Minnie me echa una mirada que dice: "Te vas a arrepentir".
Cop apaga el coche y nos quedamos sentados mirando por la ventana en caso de que aparezca uno de esos monstruos. Después Cop sale e inspecciona el área. Pasa un minuto en completo silencio y luego nos indica con la mano que salgamos. Minnie abre la puerta y yo la sigo.
El mini está justo detrás. Verónica y Hugo desaparecen detrás de unos arboles y Diego se nos acerca con un envase y una manguera transparente.
—Cuando dijiste sifón pensé que era menos... rustico —digo mirando insegura a la manguera—. ¿Seguro que esto es inofensivo?
—Claro que sí, en mi época mi padre me llevaba todos los domingos por la noche a robar gasolina. Lástima que ahora sea imposible con esos nuevos coches tan sofisticados.
Señala un Seat bastante machacado y se acerca a él. Con la navaja abre la tapa y fuerza la cerradura. Después de meter la manguera, la deja en el suelo y me indica que me acerque.
Ahora que lo pienso tampoco me parece la mejor idea. La mirada de Marcos y Diego me atraviesa la espalda y me pongo recta. Esto no debería darme miedo. No tanto comparado con los zombis.
Agarro la boca de la manguera y la miro indecisa. Qué asco, a saber cuántos microbios y bacterias hay dentro. La limpio con la camiseta y la sigo viendo tan amarilla y gris como antes. Bueno, a lo hecho pecho.
Me la meto dentro de la boca y gracias a dios sabe solo a plástico y a metálico. Cop suelta una carcajada y cuando miro a Marcos y Diego ellos también se están descojonándose. Saco la boca de la manguera y les miro enfada.
—Vamos, tampoco es tan gracioso.
—Eso —dice Minnie dándole un codazo al abdomen de Diego—, madurar un poco.
—Tú tranquila, pequeña —contesta Cop—, solo succiona y yo te digo cuando parar.
Diego y Macos se ríen aún más y yo intento ignorarles metiéndome la manguera otra vez en la boca y poniendo los ojos en blancos. Críos.
Succiono un poco y Cop me dice que más fuerte. Succiono y cuando noto como me abrasa la lengua suelto la manguera. Toso hasta que casi se me salen los pulmones. Cuando me recupero un poco me encuentro a Cop apoyado contra el coche partiéndose de risa. Le doy un sopapo y me meto en el coche.
—Vale, ahora puedes reírte todo lo que quieras —digo cuando Minnie mete la cabeza en el coche.
—Te dije que no lo hicieras.
—¿Y por eso has dejado que me intoxiquen?
—No te has tragado nada así que no te preocupes.
—Eres la peor hermana mayor del mundo.
Le desaparece un poco la sonrisa y yo le enseño la lengua.
—¿Se me ha caído? No la siento.
—Tonta —contesta despeinándome.
Al final, Cop me asegura que todos los demás cayeron en la misma trampa. Todos menos Verónica, que paso del tema. Eso hace sentir mejor, y me paso el rato distraída pensando en lo mucho que me pica la lengua.
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La Destrucción de Nuestras Almas: Amores Imposibles en el Apocalipsis
Romance¡ZOMBIS, TENSIÓN SEXUAL Y UN AMOR IMPOSIBLE! A Aurora no debería atraerle el novio de su hermana mayor, pero está en el apocalipsis zombi, no es que haya mucha opción más que confiar en él. Además, todo esto del fin del mundo no es una buena combina...