Cuando vuelve, se acaricia el pelo. Se ha echado el pelo del otro lado para ocultar su calva izquierda y casi juraría que tiene rímel en las pestañas. Jenny se pone enfrente y me tapa la luz del libro. Lo cierro con delicadeza.
—¿Quieres que te prepare algo? —pregunto. Oh, mamá estaría orgullosa si pudiese verme.
—Sí —dice tajante echando un vistazo a Diego; durmiendo en el sofá.
Me levanto y antes de que pueda acercarme a la bolsa de comida, me empuja contra la pared, agarrándome el cuello con una mano, hundiendo sus uñas en la carne.
—A ver, gonorrea, si crees que voy a dejarte irte de rositas, no te has enterado. ¿Diego es tu novio? Porque está claro que no sabes satisfacerlo.
—No es... —contesto, la garganta en fuego—. No es...
—¿Qué no es qué? —dice apretándome el cuello menos para que pueda hablar.
—No es mi novio.
—¿Qué no lo es? Sí, claro —me suelta el cuello y me tira del pelo, todas mis raíces pinchándome el cuero cabelludo—, pero te gusta, ¿no?
—¡No! No me interesa en absoluto.
—Ha hablado de su novia.
—¡Pero esa no soy yo! Es novio... ¡de mi hermana! ¡No yo!
Su tirón del pelo se relaja, pero sigue ahí tirante. Su otra mano vuelve a estar amenazante en mi cuello.
—¿Tu hermana?
—Sí, mi hermana. Por eso estamos aquí, íbamos a ir a buscarla.
—¿Y dónde está? ¿Sigue viva?
—Él cree que sí, pero la última vez que hablé con ella... No pintaba bien la cosa. Estoy segura de que está muerta.
—¿Y porqué malgastas su tiempo?
—Quiero encontrarla, solo eso. Me lo pidió mi madre antes de morir. Por favor...
Me suelta y me toco el cuello, duele.
—No te vuelvas a acercar a él, ¿me entiendes? Sobre todo, ni una palabra.
—Por... supuesto.
—Yo me prepararé lo que me dé la gana de comida. No te metas.
Me quedo un rato en pie, hasta que me dejo caer otra vez en el sofá, templando de la impresión y sobre todo, temiendo por la vida de Minnie si la llevamos a la Base.
No es hasta que Diego se despierta al medio día que se me ocurre un plan. Lo más fácil es escaparnos por la noche cuando esté durmiendo. Lo malo son las pisadas en la nieve; una forma fácil de rastrearnos campo a través.
Diego se estira y Jenny le mira como si fuese el dios Apolo. Por favor, que fácil es manipularlos, y que fácil va ser seducirlo con esa camiseta estrecha y escotado que se ha puesto. Encima es de mi hermana. Mi deber como hermana sería evitar esto de raíz ahora que Minnie no está aquí para celar a su novio, pero Jenny me asusta y prefiero no acabar por una tontería como Diego estrangulada en una zanja.
—Buenos días —dice Diego, su pelo revuelto. Le ignoro mirando la misma palabra del libro—. Voy abajo a por más leña.
—Te acompaño —dice Jenny animada. Por supuesto, y pongo los ojos en blanco. Diego debe de verme porque sonríe y niega con la cabeza.
—Todavía estás débil. No te preocupes.
Se marcha y Jenny debe de tener sus ojos azules fijados en mí, porque se me pone la carne de gallina. No quiero estar sola con ella para que vuelva a amenazarme. Continuo fingiendo que leo mientras la oigo cotillear todo nuestro campamento; abriendo las bolsas y tirando lo que encuentra.
Ahora podría bajar abajo y contarle todo a Diego; avistarle de no dicir nada sobre la Base, y mucho menos sobre Minnie. Lo malo es que no puedo moverme sin parecer sospechosa y tengo la sensación de que si la provoco me matará sin pensárselo. Debo de seguir con vida para no perder a Diego y mucho menos a Minnie.
La miro discretamente mientras rebusca en nuestras bolsas. Pelo rubio platino, cuerpo de modelo, guapa y misteriosa. Definitivamente podría llevar a un hombre a la locura. Objetivamente hablando es una versión cutre de Minnie. Además, no creo que a Diego le guste la forma que tiene de hablar, como si estuviese un chicle pegado al paladar.
Diego vuelve, dejando los leños y derritiendo la nieve para hervir agua.
—Siento mucho lo de tu hermano y tu novio.
—¿Isaac? No, Isaac era amigo de Samael.
—Lo siento de todas formas. ¿Cómo os capturaron? —pregunta, su tono cuidadoso, casi casual. Muy distinto en comparación a la voz dura que utilizaba nada más conocernos. Será...
Jenny se acerca a él, lagrimas de cocodrilo en sus mejillas.
—Nos atraparon mientras huíamos de la ciudad. Samael intentó hablar con ellos, darles todo lo que llevábamos con tal de que nos dejaran marchar, pero tenían armas y le dispararon en la rodilla. No entiendo... porque... dejaron que Samael e Isaac vivieran tanto si no servían para nada...
—¿Y tú sí? —pregunta Diego y por un segundo temo por su vida. Lo que está sugiriendo es horrible, incluso para una persona malvada como ella que quiere matar a Minnie.
—No... Sé lo que estas pensando, pero a mí no me hicieron anda.
Me da pena que intente ocultar su violación, o múltiples... No me extraña que esté loca, yo también lo estaría. Aunque yo creo que estaría llena de odio hacia los hombres, incluido Diego. No entiendo su comportamiento. Quiero sentirme mal por ella, ser comprensiva, pero tal y como me pasó con sus violadores, solo puedo pensar en Minnie. Dejarla atrás no es tan malo, al menos le hemos salvado la vida y ahora puede rehacerla. Aunque lejos de nosotros.
—¿Cuánto tiempo estuvisteis allí?
—¿Semanas? ¿Días? No lo sé. Creo que estuve inconsciente todo el rato; uno de ellos me dio con una roca en la cabeza. No puedo recordar nada. ¿Hace cuanto que me ayudasteis?
—Alrededor de dos semanas.
—¿Y a donde os dirigís? —pregunta y es ahora cuando Diego desvela mis mentiras y Jenny me mata mientras duermo.
—Hacia el sur, hace demasiado frio en el norte y allí es donde queremos encontrar a su hermana, mi novia.
—¿El sur?
—Alicante, cerca de la costa. ¿Y vosotros? ¿A dónde os dirigíais? Seguro que tienes familia en alguna parte.
—Ya no existe ningún nosotros. Todo lo que me quedaba era Samael. No me queda nadie... ¿Me llevarás contigo?
—Sin lugar a dudas. Puedes contar conmigo.
La cara de Diego se mantiene neutra cuando ella se lanza a sus brazos, Diego me mira y sé porque le ha mentido diciéndole que íbamos al sur, porque sabe la verdad.
ESTÁS LEYENDO
La Destrucción de Nuestras Almas: Amores Imposibles en el Apocalipsis
Romance¡ZOMBIS, TENSIÓN SEXUAL Y UN AMOR IMPOSIBLE! A Aurora no debería atraerle el novio de su hermana mayor, pero está en el apocalipsis zombi, no es que haya mucha opción más que confiar en él. Además, todo esto del fin del mundo no es una buena combina...