El Dios del Engaño

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Parte 1 de ¿?

Época: Muy anterior a Marvel

Spoilers: No.

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Midgar.

Así llamaban a tu Tierra los Dioses Escandinavos.

Por aquel entonces a ti poco te importaban los dioses de un mundo u otro, a ti te importaba sobrevivir. Y desde hacía ya bastantes años, debido a un ser extraño que decidió secuestrarte y convertirte en lo que llamaba " Su creación", el mundo ahora era tu enemigo.

Habías olvidado el calor del Sol, y la belleza de los paisajes bajo sus rayos. La comida ya no tenía sabor en tu boca, ni el agua saciaba tu sed....no sabías que eras ni por que aquel hombre te eligió a ti entre tantas mujeres del mundo, pero ahora ya no eras humana. No sabías que eras por más que preguntaste a tu nuevo padre, o dueño, o lo que fuera....

Sólo sabías que ahora te alimentabas de sangre. Y la noche tu guarida.

Pero no todo era malo.

Eras veloz, y más lista. Tu oído y olfato parecían los de un perro ( o al menos así pensabas que tendrías los sentidos los canes) y gracias a ellos podías saber dónde y cuando debías de cazar para no ser descubierta. Porque esa era otra:

En un mundo dónde no sabes lo que eres, automáticamente eres un peligro, y por tanto, deber dejar de existir.

Ese día...no. Esa noche corrías por el bosque, empapándote de la luz que la luna robaba al sol, anhelando el calor dónde ésta dejaba frío. 

Habías aprendido a amar la noche, a escuchar los animales nocturnos y en definitiva, a vivir lo que ahora eras.

No recordabas cuando te habías quedado sola, pero no te importaba. Amabas estar así y sabías como debías sobrevivir.

El bosque siempre te  había gustado. Tenías de que alimentarte, dónde ocultarte y el humano jamás pisaba esos caminos al anochecer. 

O eso creías.

Esa noche aprendiste que no eras el único ser no humano que pisaba tu mundo...y que tu mundo para esos seres se llamaba Migdar.

Escondida entre los árboles y gracias a tu increíble visión, espiaste a dos hombres tan diferentes como la noche y el día:

Uno era alto, rubio y robusto.

El otro, avispado y moreno, tenía los ojos verdes más brillantes que jamás habías visto.

Hablaban y reían con tranquilidad, como si el bosque no presentara ningún peligro para ellos, mientras saboreaban lo que parecía un oso recién cazado.

Jamás pensaste, en el tiempo que llevabas viviendo allí, que verías acampar con tanta tranquilidad dos hombres desarmados.

-Migdar es hermosa, hermano. Los mortales tienen una tierra fértil y próspera que deben aprender a cuidar.

El moreno de ojos verdes sonrió con sorna ante el comentario del rubio.

-Mucho pides de ellos. En el tiempo que les vemos crecer y desarrollarse, no han hecho más que luchar y malgastar todo lo valioso que tienen.

- Aún están aprendiendo. A diferencia de nosotros ellos no poseen de tanto tiempo.

-Tus palabras suenan a excusas, Thor. Olvida tu idea de que los humanos aprendan. Siempre serán ignorantes como niños pequeños, y por lo tanto inferiores.

El rubio escupió un pedazo de hueso hacia la dirección dónde te ocultabas.

-No digo que no sean inferiores, Loki. Sólo que quizás algún día valorarán todo cuanto tienen.

Momentos: Loki y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora