El dios del Engaño

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 Parte 14 de ¿?

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Pasaste la noche en tu antigua habitación. Aquella en la que dormiste abrazada a tu  marido durante tantos y tantos años.

Estar allí sin él te hacía sentir triste, y eras más consciente que nunca de lo grande que era esa cama sólo para ti. 

Y pensar que se os quedaba pequeña siglos atrás cuando haciais el amor cada noche...

Como ya esperabas, no pegaste ojo, y al alba, estabas ya en pie, preparándote para el juicio de Loki.

Las doncellas entraron en tu cuarto con timidez y se alegraron de saber que no debían despertarte. Una de ellas arregló la cama mientras, la más joven, se encargaba de preparar tu vestido y peinar tus cabellos. No terminabas a acostumbrarte a esa clase de servicio. Pero agradeciste la gentileza de la joven y el gusto que tuvo a la hora de recoger tu pelo en una sencilla trenza.

Por supuesto, volvías a portar un vestido verde, esta vez con detalles dorados y de corte más sencillo. Al fin y al cabo, era al hombre al que amabas al que iban a ajusticiar.

Frigga te esperó en la sala de estar para desayunar juntas. El día era muy soleado y el clima muy agradable. Ambas decidisteis tomar vuestra comida en el exterior, pero no te sorprendió nada ver que ninguna de las dos probaba bocado. También había más silencio de lo habitual.

-¿Viste a mi hijo ayer?

-Sí, su alteza- Te sonrojaste levemente al recordar todo lo que hicisteis, y esperabas que al menos los celadores no se fueran demasiado de la lengua. Sabías  que era algo que iba a saberse, pero al menos esperabas que no llegara a oídos de los reyes.

-He pedido piedad por Loki a mi marido. Él está muy decepcionado, pero me consta que está tan triste como yo por lo ocurrido...y aliviado de ver que no le perdimos para siempre.

Asentiste en silencio. Frigga debía de sentir muchísima presión y su rostro estaba realmente triste. Sin duda tampoco había dormido nada.

- A veces creo que todo esto ocurrió por nuestra culpa. Por privarle de la verdad sobre su naturaleza. Sobre su pasado....¿tan mal lo hicimos,que convertimos a nuestro hijo en un hombre lleno de odio?

-Mi señora...-incoscientemente tu mano se posó sobre la de la Reina.- Si me permitís el atrevimiento, creo que lamentarse ahora de los errores del pasado no solucionaran el presente que estamos viviendo. Todos hemos cometido errores con personas que queremos, cuestionarse a la hora de criar un niño, si se está o no haciendo bien no...no solucionará lo que ese niño será de mayor. Sois una buena madre  en una situación difícil. No os hagais más daño.

Ella te sonrió con dulzura. Una lágrima cayó por su mejilla que limpió rápidamente.

-Es la hora, será mejor que vayamos a la sala.

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Como esperabas, ese día la sala del trono sí estaba totalmente llena.

Muchísimas personas se conglomeraban para ver el juicio de uno de los príncipes. También habían más soldados de lo habitual, y Thor, junto a su Padre, ya esperaban en lo alto del trono. Tú no sabías exactamente donde debías ponerte, pero Frigga agarró tu mano, la apretó con fuerza en señal de ánimos y te puso a su lado.

Cuando las puertas se abrieron, dieron paso a diversos solados, el cual dos portaban las cadenas que ataban a tu marido por el cuello. Iba realmente esposado y muy vigilado. 

Sin duda, no iban a subestimar jamás el gran poder que Loki era capaz de procesar.

Nada más parar, hizo un gesto de exagerada reverencia, y no tardó en reirse, dejando clara su opinión al respecto del juicio.

-¿Estás orgullosa de mi, Madre?

La cosa no podía empezar peor.

Odín, enfadado, triste y frustado a la vez, lidió con su hijo durante más de diez minutos de discusión, donde más que un juicio a un reo aquello parecía una reunión famliar. E  incluso esposado, te diste cuenta que Loki no se echaba atrás. Aún con su vida colgando de un hilo, el joven dios mostró sus colmillos y su arrogancia.

-Loki, te mantengo con vida por el amor de tu madre. Pero no puedo perdonar todos los crímenes que has hecho. Yo Odín, Padre de todos, te condeno a cadena perpetua.

Loki sonrió de nuevo, con arrogancia, y varios  hombros comenzaron a arrastrar sus cadenas de nuevo para llevárselo. Pero antes de que consiguieran hacerlo mover, sus ojos verdes se fundieron en los tuyos.

No sabías si sentir alivio al saber que no iba a ser condenado a muerte, o llorar de pena porque tu esposo jamás volvería a salir de la jaula donde yacisteis anoche.

Pero por su mirada, una mirada donde no hicieron falta palabras, supiste que todo estaba bien para él.

Ya que pasara lo que pasara, ibais a estar juntos de nuevo para siempre.

Momentos: Loki y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora