El Dios del Engaño

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Parte 17 de ¿?

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Estabas de camino a visitar a Loki cuando una voz conocida te detuvo en los pasillos.

-Disculpa...-te giraste para contemplarla- Eres...eres la esposa de Loki?

Jane Foster se acercó a ti un tanto intimidada. Llevaba un precioso vestido azul muy claro asgardiano, sin duda escogido por la propia Frigga.

Hola, Midgariana -sonreiste. Casi veías extraño llamarla así cuando tú procedías del mismo planeta. 

Y sin embargo erais tan diferentes...

-Thor me ha comentado que Loki estaba, está ...en fin, casado. No quisiera ser impertinente, solo que...bueno...somos cuñadas, supongo.

-Es verdad, aunque sea extraña, somos una familia.Pero no es eso por lo que me has venido a hablar. Estás intentando entender porqué me casé con un hombre como él.

Jane abrió la boca para responder, pero era evidente que le habías calado de pleno.

-Lo siento...no debería...he sido una estúpida.

-No te disculpes por decir lo que crees, Jane. - Te miró sorprendia, aún no te había dicho su nombre. - Sí, Thor me habló de tí. - sonreiste - Y respecto a lo que te estaba contando. Tienes motivos de sobra para estar enfadada u odiar a Loki. Lo que hizo no estuvo bien y está pagando por ello. Pero eso no quita que sea mi esposo. Hace siglos, cuando le conocí, era un muchacho inteligente, lleno de ambiciones y un gran combatiene al lado de Thor. Era, es, aunque la gente no lo vea o crea que no es así, un buen hombre. Pero le han hecho daño. Le han ocultado un secreto muy importante de su vida que le ha herido. Así que, aunque incluso él lo niegue, no será el mismo de antes hasta que no expulse todo ese rencor de dentro.

-Pero tú le sigues queriendo.

Asentiste con la cabeza. - Le perdí hace años cuando le creímos muerto. Y pensé que no era capaz de sobrevivir a ese dolor. Lo hice, y llegué a tener una nueva vida. Pero ahora que sé que él está aquí, pienso estar a su lado hasta que la muerte se lleve a uno de los dos. Pese a todo, yo también amo tu mundo...y no olvido lo que hizo.

Jane sonrió, algo más relajada. Aunque no era capaz de perdonar a ese hombre, al menos sabía que tú eras alguien con quién podría hablar.

-Debo irme, justo ahora iba a verle.

-Claro, yo voy a ir a ver Thor.

La miraste marchar antes de continuar tu camino. Podías decirle quien eras, y contarle que ya os conocisteis una vez, pero guardaste esa conversación pendiente para más adelante. 

Ahora tenías cosas que contar a tu esposo.

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-¿No has descubierto que es lo que tiene la humana? - Loki estaba tumbado en la cama, jugando con uno de los artefactos que Frigga le había entregado. Te sentaste a su lado, acariciando de forma cariñosa su muslo. 

-No, aunque hoy he hablado algo con ella. Supongo que le he caído bien.

-¿Qué quería?

-Tenía curiosidad al saber que tenía una cuñada.

-Vamos, que no se explica que yo esté casado.- Se sentó de mal humor en el sofa, dejando en la mesa lo que tenía en la mano. Tú le miraste con cariño.

-No le culpes por odiarte por lo que hiciste. Sabes que te mereces ese rencor por parte de los humanos.- Loki te miró con sus ojos verdes, y luego sonrió de medio lado.

-¿Sabes qué? tienes razón. No puedo negar algo tan evidente. He estado pensando mucho respecto a lo que hice. La verdad, es que cuanto más vueltas le doy más fallos veo a todo cuanto hice. Nunca quise destruir Midgar...y nunca quise un trono. Siento que mi odio me estaba haciendo actuar.

-Es posible- Le besaste tiernamente. Loki te agarró de la cintura e iba a profundizar más el beso cuando, de repente, varios celadores entrarn con muchos más presos.

-Vaya, parece que Odín me trae más amigos.

-Últimamente hay muchos más reos, no?

-Sí. Supongo que mi hermano está haciendo un buen trabajo junto con su panda de esbirros combatientes.

-No hables así. Te recuerdo que no hace tanto tiempo tú formaste parte de este grupo de combatienes del que hablas.

Loki remugó levemente y se acercó a la cristalera para ver mejor a los presos. Uno de ellos era mucho más grande que los demás, y resaltaba bastante comparado con los otros.

Y en menos de cinco minutos, ese mismo preso comenzó a hacer temblar su celda, y de su cuerpo comenzó a salir humo. Los presos que estaban junto a él, comenzaron a pedir auxilio, golpeando la celda para ser liberados.

Tanto tú como Loki os asomasteis sorprendidos al ver lo que sucedía. Varios guardias acudieron para intentar tener todo bajo control, pero el reo hizo explotar la cristalera mágica, matando tanto a los soldados como a los presos que huian de él.

-Por Odín, estoy es muy grave- Loki te cogió de la muñeca con fuerza- Ni se te ocurra salir ahora. 

-Hay que avisar al resto.

Miraste a tu marido, y por el rostro que viste en él temiste lo peor. Conocías de sobra la mente de Loki y sabías que estaba tramando algo.

Sin embargo, sabías que no tenía nada que ver con lo que estaba pasando. Era imposible

El reo comenzó a dejar salir a la gente, destruyendo el resto de celdas. Todos los presos salieron a gritos, agradecidos por su libertad. Sin embargo, cuando el preso se acercó a la celda donde estabais vosotros, os miró levemente, negó con la cabeza, y dejó la celda intacta, dispuesto a marcharse dejando a Loki dentro.

-Te convendría coger las escaleras de la izquierda.

El monstruo miró a un Loki sonriente antes de seguir su camino, mientras tú mirabas horrorizada a tu esposo por lo que acababa de decir.

-¿Te has vuelto loco?- Te zafaste de su mano que aún te agarraba la muñeca - Harás que maten a todos!

-No es mi problema.

-¿Ah no? Te recuerdo que en este palacio vive gente que aún te importa.

Él te miró con gesto severo y apretó los dientes, negó con la cabeza y se volvió a la cama para continuar leyendo un libro.

-Ya no me importa nada. 

-Muy bien. En ese caso yo me voy. Pienso ayudar a proteger a nuestra familia. 

Y te marchaste dejando a Loki solo, fingiendo leer unas lineas escritas tiempo atrás, que hace siglos aprendió de memoria.

Momentos: Loki y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora