El Dios del engaño

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Parte 6 de ¿?

Época: Muy anterior a Marvel

Spoiler: NO

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A la mañana siguiente te despertaste en los brazos de Loki, sintiendo como su respiración relajada hacía subir y bajar ligeramente su torso.

Te quedaste un rato mirando su expresión tranquila, admirada de como un hombre tan inteligente y con una arrogancia tan marcada durmiera con una expresión tan inocente.

Su cuello, pálido y con las venas marcadas, te atraía como un caramelo a un niño...recordando el sabor de su sangre....pero te conformaste con recostar tu cabeza en él y escuchar los latidos de su corazón...ese órgano tan importante en un ser vivo que tú ya no tenías.

O al menos no latía...

Estabas tratando de recordar que sentías cuando poseías un corazón cuando sus ojos verdes comenzaron a abrirse lentamente con los tenues rayos del sol asgardiano.

-Buenos días, preciosa.

-Buenos días, majestad.

Loki se estiró mientras se incorporaba ligeramente, con una sonrisa de felicidad en los labios. Estaba claro que había dormido muy bien.

-¿Has dormido o has pasado la noche mirando mi perfecta cara?

-Tranquilo, no hace mucho que despertado. Aunque debo reconocer que sí he estado observándote.

Loki alzó las cejas ante tal comentario de sinceridad, para después reír mientras se mesaba los cabellos.

-Vamos a tener que hacer algo con esa ingenua sinceridad tuya, ____. Es evidente que hace mucho que no te relacionas con la gente y a veces a la hora de hablar haces comentarios inadecuados.

Parpadeaste sin saber muy bien que decir. 

-No entiendo que he dicho mal.

-Oh no, no has dicho nada malo, a mi me ha gustado. Pero no es la primera vez que dices lo que piensas o lo que has hecho sin entender las consecuencias de tus palabras. ¿Recuerdas el día que le dijste a mi madre que el vestido morado le sentaba mal? ¿Qué le hacía pálida?- Asentiste. Esa tarde hubo un gran revuelo en palacio y  Frigga, después de cambiarse de atuendo y de despedir a su modista, estuvo dando órdenes a diestro y siniestro con muy mal humor....hasta Odín decidió pasar el día encerrado con sus mejores guerreros bebiendo con tal de no estar cerca de su mujer.

-Creo que ya te entiendo. Hay cosas que es mejor no decir aunque sean ciertas...¿es eso?

Loki asintió con una sonrisa.- Pero conmigo no tienes porqué tener cuidado. No me molesta que seas sincera...ni que me confieses que te quedas mirándome mientras duermo.-Te besó en los labios de forma fugaz y se levantó de la cama completamente desnudo.

-Voy a darme una ducha y a atener unos asuntos. Quiero que descanses. Iremos a Migdar cuando no quede allí rastro de luz.

-Habrá que hablar con el guardián...-Eras incapaz de pronunciar bien el nombre de ese imponente hombre.

-No. Nadie sabrá que hemos ido. Debe ser nuestro secreto. ¿entendido?

Asentiste extrañada, pues no tenías ni idea de cómo podríais salir de Asgard sin el Bifrost, pero como Loki parecía tener prisa en ir a cumplir sus quehaceres decidiste permanecer en silencio. Te quedaste sentada en la cama, abrazando tus rodillas, mientras él se aseaba y se preparaba con sus ropajes de príncipe. Te encantaba observar los movimientos de aquel hombre tan perfecto: Era cuidadoso con los pequeños detalles, miraba mucho que su pelo (aunque algo corto) quedara bien peinado hacia atrás para no molestarle en los ojos y cuando parecía que todo estaba listo se quedaba unos minutos mirando su reflejo en un espejo para comprobar que todo era perfecto. 

Momentos: Loki y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora