Parte 20 de ¿?
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Aunque había pasado muy poco tiempo desde la partida de Loki y Thor, sentías que, para tí, el tiempo se había detenido.
No saber que le podía ocurrir, si las cosas iban o no bien, te tenía en un vilo constante de incertidumbre.
Por supuesto hubo represalias por dejar escapar a un prisionero, y tanto tú como los compañeros de Thor tuvisteis que responder ante el padre de todos por vuestros hechos.
Curiosamente, el dolor que sentía Odín parecía superar cualquier otra sensación, y el castigo recibido no fue nada en comparación a lo que podía haber sido.
Pero, para ti, el castigo real era aquel. Y cada vez estabas más y más nerviosa.
Trataste de quitar tales pensamientos de tu cabeza, y para ello te refugiarse en la biblioteca del palacio de Asgard,donde cada libro, texto o manuscrito contenían infinidad de sabiduría, entretenimiento o poder.
Los habías leído ya con anterioridad, en los muchos años que viviste junto a tu esposo en aquel palacio. Pero ahora, con tu cabeza a punto de explotar por los nervios, volviste a encontrar refugio en ellos. Leías concentrada un volumen de magia rúnica cuando, con leve toque en la puerta, un soldado llamó tu atención.
-Mi señora, Su alteza desea veros en privado.
Alzaste tus ojos de libro muy extrañada. Odín no tenía nada que decirte tras la reprimenda recibida con anterioridad, y tragaste saliva pensando que quizás se había arrepentido por ser tan indulgente.
-Gracias, iré inmediatamente. -Dejaste el libro en su sitio, con mucho cuidado para que no se perdiera entre tantos y tantos libros. Sabías donde acudir directamente, y con paso decidido marchaste a la sala del trono.
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Odín te vió entrar sentado desde su privilegiada posición. Apoyado como siempre en su arcana Lanza, el Padre de todos te observó en severo silencio:
Desde la muerte de Frigga, tus ropajes eran del color del ébano, y aquella mañana te decantaste por un vestido de dos piezas. La falda no llevaba ni encajes ni forro, por lo que caía al natural alrededor de tu cintura. El pecho, cubierto por una gasa transparente muy delicada, cubria con naturalidad tu busto y también tus brazos, en símbolo de respeto por ella. Sin embargo, y en recuerdo a los colores de Loki, la gasa era de una tonalidad verde jade.
-Majestad, solicitabais verme.-Paraste bajo él y te inclinaste respetuosamente
-Así es hija. Acércate.- le miraste muy confusa por el trato recibido. Algo iba mal.
Con cautela, y viendo que, efectivamente estabais solos, comenzaste a subir los escalones que llegaban hasta el trono. Odín sonreía ligeramente, deleitandose por la perplejidad de tu rostro. Y a muy poca distancia de llegar a su altura, al sentir el olor que emanaba su piel, supiste que ocurría realmente.
-Loki!!- Te llevaste la mano a los labios, alarmada por el tono de tu voz, mientras tu marido dejaba atrás su ilusión para mostrar su sonriente rostro.
-Hola, mi amor. -Te abrazaste a él casi con desesperación, no dejándole casi hablar. Oíste en tu oído su risa. - Yo también me alegro de verte.
Te apartaste con suavidad, sentiste como Loki buscaba tu miraba. Os mirasteis por un breve insatnte, antes de que vuestros labios se unieran como en tantas ocasiones.
Cuando os separasteis, miraste a tu alrededor, todavía si cabe más extrañada.
-Loki, ¿y tú padre?
-Sabes perfectamente donde está.
-Odín. Donde está Odín.
Él desvió sus ojos verdes, un tanto incómodo, y supiste por este gesto que no te iba a gustar un pelo lo que te iba a contar.
-Dígamos que, dado que no voy a poder ser libre con él al mando, me he encargado que ya no esté.
-Pero...quieres decir...-diste un paso atrás, alarmada.
-No le he matado, si esa es tu duda. Sabes que no puedo hacerlo. Sólo me he encargado de que no esté aquí presente. -sonrió- Y yo ocuparé su lugar con su aspecto.
-¿QUÉ?¿Te has vuelto completamente loco?
-Es un gran plan.
-Es un plan pésimo!Loki, tu hermano jamás...
-Thor cree que estoy muerto. Que perdí la vida en la batalla contra los elfos. Y vendrá aquí para comunicarme ese triste final- Casi no podía aguantar toda la gracia que le producían sus propias palabras. - Mira, él lo prefiere así. Sólo me llorará un tiempo pero, déjame terminar. Thor desea más que nadie estar en Midgar, junto a su mortal. Conmigo aquí, como el Padre de Todos, él podría vivir la vida que realmente desea.
-Aún así no puedes hacer esto. ¿Qué has hecho con Odín?
-Está a buen recaudo. Hechizado, pero vivo y cuidado.
-Está en Midgar...¿en un centro para mayores?
Loki se levantó molesto y se acercó a ti. -No entres en mi mente sin mi permiso, sabes que no me gusta que lo hagas.
-Entonces deja de comportarte como un niño y haz las cosas como un hombre de verdad.
-Estoy tratando de arreglar mi vida y la tuya.
-¿La mía? ¿acaso crees que alguie creerá por un momento que Odín va a reinar al lado de la esposa de su hijo?
-Bueno, ambos hemos enviudado.
Suspiraste, cansada de la situación. Que Loki estuvira vivo frente a ti, y libre, era una gran noticia. Pero no podías soportar algo así.
-Esto es muy raro. Necesito pensar.
-¿Vas a abandonarme?
-De los dos, el que ha decidido morirse de nuevo no soy yo. -Le miraste con frialdad- No, no me voy a marchar. Pero no esperes que acepte por un instante estar a tu lado con ese aspecto y...como te he dicho, necesito pensar.
Loki, que no esperaba tu rechazo ante su plan, volvió a mostrar la figura de Odín, y se sentó en el trono con pose recta.
-Tu marido, Loki, ha muerto en noble batalla por salvar a su hermano, Thor. Como miembro de Asgard, y mi hijo, será recordado con honor. Y tú podrás estar aquí siempre que lo desees como la mujer que hizo feliz a mi hijo.
-Gracias, Señor.-
Y te marchaste de la sala del trono, sin mirar atrás ni volver a rendir homenaje a tu falso rey, pensando cuantos problemas podrían acarrear esta situación para los dos.
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Momentos: Loki y Tú
FanficFics y one shots de romance con el Dios Asgardiano y tú como protagonista.