Momentos: Loki y Tú

Slave

Última parte.

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La joven se encogió brevemente para evitar que aquellos soldados descubrieran su improvisado escondite.

Todo reino próspero, sin importar si la gente amaba o no a su Rey, poseía de sucios cobertizos o casas abandonadas donde aquellos de dudosa reputación podían esconderse de la dura mano de la justicia.

Casi estaba arrepentida de lo que había hecho. No tenía previsto derramar sangre, es más, la mañana del día anterior no tenía ni previsto tratar de escapar. Pero la proposición de Loki había entregado a la joven una carta de poder única.

Las consecuencias de ser descubierta serían horribles, por supuesto, pero algo le hacía sospechar que el blando corazón del príncipe le salvaría la vida.

Eso era lo que se repetía una y otra vez, mientras sus ojos no dejaban de mirar las calles de aquel lugar. Pero dentro de ella, en un recoveco de su corazón, una vocecita le repetía que estaba huyendo. Que no quería ceder por orgullo y reconocer como le descontrolaba el corazón aquellos ojos verdes.

Se negaba a aceptar que se estaba enamorando de un hombre cruel.

El mismo que le habia amenazado y chantajeado. Que la había humillado y utilizado.

Debía huir. Viajar hasta que aquello no fuera más que un recuerdo y rezar para llegar a tiempo a casa para proteger a los suyos.

En su cabeza el plan estaba muy bien, pero lo cierto era que estaba lleno de errores donde su vida y la de su gente acababan por pagar sus pecados.

Cuando cayó la noche, _______salió de su escondite, aprovechando el silencio y la oscuridad,pero no había dado tres pasos cuando un escalofrío le atravesó su espina dorsal.

Paralizada, se giró como pudo, viendo tras ella la silueta de un hombre alto.

Los destellos verdes de sus ojos parecían chispas llenas de rabia.

-Loki.... -

-Si realmente creías que podrías escapar de mi es que no has prestado atención a esta historia.

Sus piernas temblaron bajo su peso. Aquella voz helada no se parecía en nada a la que le habia susurrado que fuera su esposa.

Intentó retroceder cuando él se acercó despacio. Sus piernas entumecidas se negaban a responder y un grito de frustración nació en su garganta .

-¡Cobarde! ¡Si vas a matarme dame la opción de defenderme!

-Te he puesto mi corazón en tus manos y lo has destrozado sin miramientos. No me pidas ahora que sea compasivo.

-¿Tú corazón? - Las lágrimas de rabia comenzaron a caer por sus mejillas, incapaz de detenerlas. - Mataste a muchos de los míos, me capturaste, me hiciste una esclava y me humillaste. -

Loki estaba sólo a cuatro pasos de ella.

-Me robaste mi libertad, me humillaste y me violaste. ¡Y jugaste conmigo haciéndome creer que te habías enamorado de mí! ¿Qué corazón tienes tú? ¡Eres un monstruo!

La mano del Dios agarró el cuello de _____, apretando lo suficiente como para hacerla callar de la impresión. Sus ojos seguían desprendiendo rabia, pero desde esa distancia la joven pudo ver que había mucho más.

Decepción...

Dolor.

Dejó de sentir aquella fuerza que impedía mover sus piernas, y cuando creía que su vida había llegado a su fin, la otra mano se puso en su vientre de forma humilde.

Loki sonrió con tristeza, mientras aflojaba la mano del cuello.

-Te había imaginado dando a luz a mi primer hijo. Puede que estés embarazada.

-Estás loco, yo...

Sus labios detuvieron las palabras, pero no con un beso tierno, sino uno de rabia, apretando con fuerza e impidiendo a ____ respirar. Cuando se apartó, ella seguía llorando.

-Mientes. Con tus besos y tus palabras. ¿Crees que voy a creerme que te has enamorado de mí? ¿En unos días?

-¿Y tú? - Loki la miró con una sonrisa cínica en la cara. - ¿Qué hay de ti? Qué te me entregaste hace apenas un día en los jardines del palacio. Huyes porque tienes miedo de lo que sientes. Porque tienes miedo de confiar en mí y verte traicionada. Todos creéis que miento siempre. Que nunca digo la verdad.

-Quizás es porque siempre has engañados a todos. Incluso a ti mismo.

Él se quedó parado, a pocos centímetros de su rostro. Sentía mucho dolor por sentirse traicionado, pese a que su idea original era usarla para sus planes.

¿O aquello era la excusa que se había inventado para tenerla en su posesión?

Le gustó como luchaba en el campo de batalla. Como sus ojos endurecidos mostraban su fuerza.

¿Había sido su capricho justificado?

Se apartó de ella y miró el suelo. En todo momento tenía muy claro que iba a matarla. Pero ahora todo estaba cambiando.

En aquel preciso momento.

-Vete.

-¿Qué?

-Me encargaré de solucionar esto y de que no te busquen. Pero te las apañarás sola para salir de Asgard.

______miró a Loki sin dar crédito a lo que estaba escuchando. Pero cuando el dios del engaño volvió a mirarla, sus ojos verdes parecían vacíos de todo sentimiento.

-Pero si vuelvo a saber de ti. Si vuelven a cruzarse nuestros caminos, terminaré lo que había venido a hacer aquí.

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Loki se presentó frente a su padre con una delicada bolsa de oro con hilos de esmeralda.

Dentro de ella, un bulto de tamaño considerable hacia que la bolsa se contoneara con el vivo paso del joven príncipe.

En la sala del trono únicamente estaba Odin y su hermano,Thor, por lo que iba a ser mucho más sencillo de lo que pensaba.

Cuando llegó hasta ellos sonrió como sólo él sabía, y tiró la bolsa a los pies de ambos.

Hizo un ruido sordo al golpear contra la exquisita alfombra tejida a mano por los mejores enanos artesanos.

-Como prometí, Padre, querido hermano,he solucionado el problema. Jamás un plebeyo esclavo o libre manchará mi amor por mi familia.

Thor se agachó para abrir la bolsa y encontrar allí la cabeza cercenada de la joven esclava.

-Debías traerla para un juicio justo. Loki, eres mi hijo. Y por esa misma razón eres el primero junto a tu hermano que debe respetar las normas.

-Lo sé. Pero se enfrentó a mi y no tuve más remedio que matarla. Traje sólo la cabeza por comodidad.

Thor se alzó enfadado, dispuesto a entrar en discusión, cundo Odin volvió a alzar su voz.

-Serás castigado por esto. Retírate y no vuelvas a aparecer en mi presencia hasta que yo lo ordene.

Loki bajó sus ojos verdes en un falso gesto de sumisión y salió de la sala complacido.

Cómo siempre había engañado sin problemas a esos dos.

Ahora quedaba lo más difícil.

Ahora quedaba olvidarla.