Nos volveremos a ver

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( La foto es Marcos)
Talia besaba al detective con lujuria a pesar de estar en frente de sus hijos. Al separarse, se acercó a ellos para darle la noticia de que debían ir de vuelta a las montañas. Ahora que Slade ya no estaba podría aprovechar en cómo alejar a su hija de una vez por todas.

— Deben volver a su hogar en las montañas.— dijo con cierta alegría en su rostro. Solo en su mente se imaginaba que cosas terribles hacerle a la niña.

—Damian ahora es Robin.—interpuso Batman.— Al igual Natalia que ahora es Batichica.

Talia no tuvo más opción que dar esa tristeza falsa a sus hijos pero esa tristeza era para Natalia para que se creyera el cuento de que su mamá " la quería".

— Suban al batimovil.—ordenó el murciélago en tono serio.—Tenemos que hablar algo de suma importancia.

Ellos obedecieron mientras que la " pareja" conversaban.

— ¿ De qué quieres hablar, cariño?— preguntó coqueta mientras se acercaba al hombre musculoso.

— Es sobre Natalia.—fue tan directo que hizo que Talia retrocediera para escucharlo.— Se comporta de manera diferente conmigo...sin mencionar que hace cosas que no es apto para ella.

— Natalia no es más que una niña malcriada.—Dijo Talia.— Le he dado de todo y la he tratado como debe ser, pero solo me lo agradece acostándose con personas mayores que ella.

— Que me dices de tus "consejos" a ella.— su tono era algo desesperado y molesto.

—Eso que está ahí.— apuntó hacia el batimovil.— No es más que una niña que se cree una mujer y que se anda coqueteando a cualquier chico que encuentre en su camino.

— Talia.— llamó en voz tenebrosa. Sabia que ella mentía y lo podía ver en esos falsos ojos.— Esa niña está traumada, no sabe nada de lo que es la vida , que está bien o mal...

—...

Talia no sabía qué decir...está claro que su opción era marcharse pero el detective no la iba a dejar la conversación así.

— Sea lo que sea que le hayas hecho.— apretó el brazo de la mujer.—Me encargaré de que no te vuelvas acercar a ella.

Fue una impresión de que Batman haya defendido a su hija. Talia estaba hecha humo por lo tanto se marchó para volver a las montañas.

⚔⚔

Natalia escapó de la mansión. Necesitaba estar distraída pues era lo más que podía hacer. Se sentó en una banca, como si la vida estuviera en su contra vio como una madre limpiaba dulcemente la herida de su pequeña hija.

—Ya estás curada, cielo.— dijo la madre con dulzura y besó justamente donde estaba la herida.— Ve a jugar con tus amigo.

Natalia desvío la mirada dándole la poca importancia a esa familia.

—¿No me digas que vas a llorar?—aquella voz se hizo presente en la mente de Natalia.—Los al Ghul nunca lloran, fiera.

—¡ Déjame en paz!—murmuró la chica entre dientes, pero al parecer alguien la escuchó.

—¿Oye, estás bien?—preguntó aquella preocupada voz que logró reconocer.

—No te importa, Marcos.—espetó la chica con cierto enojo.

De la banca ella se levantó, el chico tomó la muñeca de esta para volver a sentarla.

—¿Porqué me estás evitando?— preguntó el chico algo desilusionado.—No te volví a ver por casi tres días.

— Estaba ocupada.—Contestó obvia.

Había un incómodo silencio.

—Entre nosotros...—hizo una breve pausa el oji rojo.—Hay algo más que pasarla bien en ...pues ya sabes lo que me refiero.

— ...No lo sé.

—Entonces solo fue un pasatiempo.—respondió con cierta desilusión.

—...¿Qué haces aquí por cierto?— preguntó la chica para evitar el otro tema.

—Mis padre quisieron llevar a mi hermano al parque por un rato.

Marcos hablaba de las cosas graciosas que ocurría en su familia en cambio Natalia no sabia de qué hablar.Solo se mantuvo en silencio en toda la conversación. En un momento el chico se quejó de dolor, disimuladamente lo hizo mientras se estiraba.

  —Debería irme.—la chica se levantó de la banca.

Marcos se levantó para tomar el hombro de la chica lo cuál ella lo miró.

  —¿Nos volveremos a ver?— preguntó él.

  —Tal vez.—contestó sin mucha importancia.— Oh, me gusta tu cabello así.— mencionó la chica al ver que él se había teñido el cabello rizado que tiene.

  El chico besó los labios gruesos de Natalia. El pobre se había enamorado de ella pero Natalia no sentía lo mismo por él. Ella no sentía nada. Una vez que  ella volvió a su hogar pudo ver a su padre y hermano sentados en el sofá no muy contentos que digamos.

  —¿Dónde estabas?— preguntó su padre algo calmado ya que no quería formar un escándalo como la otra vez.

  —Afuera.—contestó.

  —¿Sola?— dijo con un tono no muy obvio.

  —Estaba con Marcos.

  El padre se levantó con algo de brusquedad mientras que Damian leía un libro, él solo quería escuchar la conversación.

  — Habíamos hablado de esto Natalia.— se acercó su padre mientras bajaba a la altura de ella.

— No ocurrió nada entre nosotros.— espetó la chica honestamente.— Estoy cansada.

La chica se sentó a lado de su hermano, abrasó el brazo de este que leía calladamente. El padre aprovechó en hablar con ellos.

  — Ahora que ustedes se quedarán aquí.— hizo una breve pausa y quitarle el libro a su hijo para que prestara atención.— Aclararemos algunas cosas aquí.

— Si claro.— contestaron al unísono con un tono sarcástico.

  —Esto se trata de justicia...no venganza. Deberán controlar sus instintos asesinos.

— ¡Qué!— contestaron ellos con furia.

— Comenzaremos mañana temprano.

Gemelos [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora