Capitulo 33

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Natalia  

No quise escuchar las palabras de ese pedazo de moco. Aceleré el paso hasta llegar a mi habitación, una vez que cerró fui directamente a los globos para reventarlos con furia, tomé las rosas sin delicadeza alguna para tirarlas con fuerza al suelo, los pétalos salían fácilmente del rama. Mis manos recorrieron por toda mi cara y cabeza con frustración, caí sentada al suelo.

—Dan.—lloré.—¿Donde estás?

—¿Natalia?

Sentí la mirada de Raven. Fingí estar seria como de costumbre, esta vez no fue así.

—Sabes que puedes contar conmigo.—se sentó en frente de mí, recogiendo mi cabello para echarlo atrás...dejando en descubierto mi rostro.
—¿Por qué duele tanto?— pregunté al notar la manera en que me estoy comportando.

—Lo amas.—respondió.

Escondí su rostro en su hombro, me sentía como basura al ver sentir tantas...emociones en mi interior.
💔💔💔

Me sentí calmada luego de haberme dado un baño caliente. Secaba mi largo cabello con total calma, al haber terminado agarré un cepillo para peinarlo con dificultad. Agarré la ropa que mi padre me ha dado ya que mi otra ropa era muy " revelador". Salí de mi habitación con amargura. Solo necesitaba relajarme un poco, pero de que servirá si la estúpida de Terra está en frente de mi.

Tenía una sonrisa de victoriosa. Seguí mi camino, ignorándola ...hasta que agarró mi brazo bruscamente. Me estrelló contra la pared.

—¿Estuviste llorando pequeña?—preguntó con malicia.
—Vete.

—¿Acaso te duele?—sentí como ella me apretó el brazo y mi rostro.— Debe ser una lástima que Garfield me eligió a mí en vez de a ti.— su mirada me hizo sentirme incómoda.—Notó que eras una chica tan ....complicada y amargada que no tenía chance de conquistarte.
—Tú no lo amas.—dije entre dientes.

—¿ Qué sabes tú de amor?—rió con malicia mientras sacaba fotografías y las miraba con satisfacción.— Si no mal recuerdo...a ti solo te importa revolcarte en la cama con personas mayores que tú.

Quedé anonada a lo que dijo, pues yo nunca le dije a nadie sobre mi niñez en las montañas...Garfield solo sabía la mitad, ella no conoce a Marcos.

—Lo sé, estás confundida.—me entregó todas las fotografías.

No pude sentir escalofríos al ver las fotografías, de todos los soldados de los que he tenido relaciones sexuales. Me sentía una cualquiera, ella aprovechó en darme una bofetada haciendo que las fotografías volaran de mis manos.

—Tan pequeñita y zorra.—pateó mi estómago que por suerte logré esquivar.—Revolcándote en la cama con ancianos.
— Dijo la chica que se revolcó en la cama con Slade.—le di en el blanco...ella con ira tomó mi rostro.

—Acéptalo.—dijo con notable ira.— Solo eres una niña que no sabe nada de amor, eres una fiera y eso nunca va a cambiar. Garfield ya es mío y tú no podrás hacer nada al respecto.

Escupí su rostro con la intención de que me soltara. Logrado, golpeé su rostro.

—Mírate nada más...actuando como una niña inocente.—dijo esta mientras se limpiaba la sangre de sus labios.— Detrás de esa linda carita haces cosas tan sucias.

Me sentí derrotada con sus palabras, ella sonrió marchándose entre los pasillos. Miré el solo todas las fotografías esparcidas por el suelo. Sentada encima de toda esta barbaridad me dispuse a llorar a cántaros. Lo peor de todo es que...hay una fotografía en particular que hizo que mi estómago se revolcara de asco. Moví algunas de ellas hasta dejar ver una fotografía donde Slade intentó tener sexo conmigo.

—¿Necesitas ayuda?—la voz potente de Starfire me hizo recoger las fotografías cuanto antes.
—Déjame.

—Permíteme ayu...— al recoger la primera fotografía quedó en blanco al ver tal cosa.—Natalia que es...
—¡No toques nada!—grité llorando.

Corrí con todas las fotografías a la habitación de Raven, entré sin su permiso para tirar todo esto en frente de ella.

—Sácalos de mi vista.—mi desesperación cada vez se agrandaba.
—Tranquila...respira.—obedecí a su pedido, solo hizo empeorarme.

—Q-quémalos.—ordené.

La puerta tocó bruscamente haciendo que la bruja quedará extrañada, este se abrió por sí sola dejando ver dos rostros mayores y bastante serios.

  Narradora

Natalia se negó hablar de las fotografías en frente de Starfire y Batman. Los mayores quedaron en acuerdo de que el padre se encargaría de hablar con su hija. Justamente que la puerta cerró, Bruce tomó aire, arrastró una de las fotografías hacia la esquina donde está Natalia que permanecía cabizbaja.

—Me encargaré de deshacerlo.—este recogió el cabello de la pequeña.—¿ Es todo lo que quieres?

Natalia asintió frenéticamente.

—Ven aquí.—este se levantó de la silla para poner su mano el el pequeño hombro de ella.
—¡N-no me toques!—dijo en pánico.

El no obedeció y la abrasó con fuerza. Ella tenía que dejar ese miedo hacia su padre...él nunca sería ese tipo de repugnante hombre, dañando la imagen e inocencia infantil. Ese instante la chica se cubrió dentro de la capa del detective por unos segundos hasta que el hombre salió.

—¿Dijo algo?—pregu Starfire preocupada de la chica.
—Necesita espacio.—respondió el detective.— Lo mejor es no hablar nunca más sobre este tema.

Starfire asintió culpable, pues ahora sabe el por qué de la actitud de la niña malcriada. Sin más opción fue a su habitación empacando más cosas para llevarlo al departamento.

Gemelos [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora