Gemelos [EDITANDO]

Chica de otra dimensión 8

  —¿Qué dices,amigas ?—dije estrechando la mano hacia la castaña.
—...

Natalia.

Miré su mano en espera de mí decisión, que no sé si aceptarlo. Por mí escupiría su mano y la dejo parada ahí asqueada de mi acto. Sonreí de lado ante esa idea pero, tendré que usarlo para otro momento—no desperdiciaría mi saliva en la hija del traidor—sinceramente me incomodé a la mirada de los demás,aunque otras simplemente se merecen un aplauso, un ejemplo, la kryptionana, si supieran su cara de horror. Algo me dice que esa chica tendrá pesadillas conmigo.

—Bien.—respondí de brazos cruzados.—Pero no creas que siento lástima por ustedes de lo que les hice allá en el entrenamiento.—apresuré en decir sin haber aceptado su mano.

Ella no dijo nada, solo sonrió, se acercó con los brazos abiertos—que lastimosamente alejé—

—Sin abrazos.—dije con una forzada sonrisa...una muy forzada sonrisa que hizo que esta me mirara rara.

—Oh,claro.—respondió ___.

  El sonido de mi celular me hizo salir de aquella escena, entre los pasillos contesté la video-llamada, al estar en el salón de tecnología me dispuse a conectar el aparato con la computadora. Al ver a Dan, esperé a que cerrara la puerta—cosa que tardó en cerrar por tres segundos exactos— aún así presiento alguien más en la habitación.

  —Encontramos algunos de sus escondites...los revisamos todos pero no hay nada.—explicó mi hermano mientras se quitaba el antifaz del cansancio.

—¿Ya intentaste con el rastreador?

—Ya me encargaré de eso.—respondió Dan.

Lentamente mi mano posó en mi frente, frustrada me senté en la silla para evitar mareos. Él notó mi estado así que este habló en voz baja.

  —¿Ellos lo saben?

—Solo Raven y dos chicas más.—respondí a su pregunta.

Este miró a su izquierda con pereza, luego su vista terminó en mí. Sabía que tenía que irse, asentí levemente la cabeza de que podía irse, él solo me respondió con señalarme el hombro.

Al desconectarse rápidamente revisé mi hombro sacando una fea araña fea de mi hombro, por alguna razón no me sorprende que es  Garfield Mark Logan. Traté de no mirar su cuerpo de pies a cabeza...

  —Casi me aplastas.—comentó el mientras se estiraba.

  —¿Qué haces aquí?—pregunté levantándome de la silla.
—Yo umm...pues.—tartamudeó caminando de espaldas mientras yo me acercaba más a él como un tigre hambriento por su presa.
—Estoy esperando tu respuesta.—dije suavemente.—No me digas que quieres salir conmigo.

—Como lo...—este chocó contra la pared, su mandíbula estaba tensa del los nervios.
—Masoquista.

—¿Eh?

Lo tomé de los brazos y lo empujé hacia la otra silla que quedaba cerca de él. No quería que mi presa se escapara, así que me senté sus muslos, atrevidamente puse sus manos por mi cintura y yo alrededor de su cuello. No pude evitar en acercarme a su oreja y susurrarle.