Gemelos [EDITANDO]

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No parecían hacer algo indebido, solo charlaban, o es comenzaba a molestarla. Quizás Marcos aún la ama pero nunca hará algo tan estupido con el motivo de quedarse con ella, simplemente no es de su agrado hacerlo.

—Te dije que no quemarías nada.—dijo Natalia mientras recogía su larga melena castaña.
—Supongo que no.—Marcos sonrió al ver que no ha hecho algo grave debido a sus poderes.

—Te vez extraño así¿Puedes usar tu forma humana?

Con tal de complacer a la chica este dejó a un lado su figura demoníaca, miró a la ojiazules con una tonta sonrisa en su rostro.

—¿Usabas maquillaje?—preguntó la castaña tocando el rostro pecoso del chico.
—Aveces...solían hacerme bullying cuando era pequeño, decían que mis lunares eran algo fuera de lo común.—contó el tocando su mejilla con cierta tristeza al recordar ese momento.—Luego de eso me hice popular en la escuela cuando comenzó la famosa..."pubertad".

—Debo admitir que se te ven bien.—admitió ella tocando el rostro del chico.

Damian tosió a propósito con tal de que ellos dejaran de hablar, al ellos mirarlo...Marcos bajó la mirada con total vergüenza.

—¡Deja de ser tan agua fiestas, Dan!—exclamó Natalia saliendo de la piscina.
—Ponte un sostén.—fue lo único que dijo Damian mientras le entregaba una toalla y apuntaba la salida. Lo importante es que ella no estaba al cien desnuda.

Ahora estaban los chicos solos, con la mirada perversa miró al chico. Usará todo lo que sepa de él en su contra, no hay salida para Edward.

—Mi hermana ahora sale con Chico bestia y, no sabes cuánto lo odio como también te odio a ti. Solo lo diré una vez. Si intentas hacer algo...te decapitaré.
—Mi intención nunca fue hacer algo indebido con ella, solo quiero verla sonreír...aunque sea imposible.—dijo a la defensiva Ed.—Si no me equivoco estás restringido a usar tu instinto asesino, después de todo eres Robin.

Quedó en silencio al ver esa luz metálica rozar su cuello, el chico demonio rió ante el comportamiento de Robin, amablemente este sacó la katana que apuntaba su cuello.

—Los demonios vuelven a vivir sin importar cuantas veces los intentes matar.

—No intentes nada.—reprochó Robin guardando su arma.
—No pasará...lo mío no es la traición.

El Niño malcriado quedó callado ante las palabras de este,salió de la piscina en busca de su toalla—cosa que estaba desnudo—solo asintió la cabeza con afirmación de que se marchaba. Damian siguió su camino hasta el laboratorio, donde encontró a su hermana batallando con un experimento. Sentándose a su lado observó en silencio lo que esta hacia.

—No cuadra.—dijo Natalia entre quejidos.
—¿Cómo conseguiste semen de Logan?—preguntó este asqueado al ver la muestra con el nombre grabado en el cristal.

—Él estaba dormido así que...—la calló rápidamente tapando su boca, él no quería escuchar ese detalle.
—Pudiste haber dicho que no era de mi incumbencia.

—Tú siempre quieres saber todo.—respondió ella sacando la mano de su boca.

En los siguientes veinte minutos fueron silencio mortal, eso frustró a los gemelos. Damian optó por hablar sobre lo que hacía su hermana.

—Escuché algo sobre...pocas posibilidades de quedar embarazada ¿A qué se debe?—el chico de cabello negro tomó la mano de esta, dejando el trabajo que tenía en su frente.
—Luego de haber recibido los tratamientos adecuados para mí infección de...clamidia, pues me curé, aunque la ginecóloga me dijo que debía visitarla solo para asegurarse de que estaba en lo cierto sobre mi total curación.—esta suspiró de cansancio y volvió a hablar.—En la visita ella me hizo unos análisis, al parecer me hicieron algo más, me dijo que tenía algunos problemas en la ovulación...y que las posibilidades de quedar embarazada era muy escasas, pero si llegara a ocurrir ese milagro...puede que ninguno de los dos sobrevivamos en el parto.

—Pero tú...

—Creo que es lo mejor.—interrumpió Natalia.—Odio los niños.
—¿Segura que los odias? O solo es que les tienes envidia.—cuestionó Damian de brazos cruzados.

Él tenía razón el hecho de odiar y envidiar a los niños, era por sus vidas felices, con una madre cariñosa, sincera, única de demostrar amor.

Y cosas más que Natalia no quería mencionar.

~•🕐•~

  —¡Mami!,¡Papi!—gritó la pequeña de cinco años.—¿Me compran un helado?
—Claro mi amor.

Natalia no podía aguantar ante esa ridícula escena, ¿Ridícula? ¿Ella de verdad pensaba eso?, no, ella no lo ve de esa manera. En silencio bajó la cabeza mientras miraba su celular en la incómoda banca, lentamente echó atrás su cabeza mirando el cielo.

—¡Mami mira es Batichica!—Nat reaccionó ante lo que dijo la chica, había olvidado por completo que andaba con su traje "patrullando".
—¿Se encuentra bien?—preguntó la mujer al verla sentada de esa forma.
—Sí estoy bien...pensé que había visto alguien.—respondió esta levantándose de la banca.
—¿Cuántos años tienes?—preguntó la pequeña jalando con cuidado la capa de la detective.

—Emma eso no se pregunta.

—Descuide,señora.—dijo Batichica con una forzada sonrisa.—Tengo catorce años.

—¡No lo pareces!—respondió la niña con alegría.

Los padres se llevaron a la niña entre risas, bufando de frustración miró el cielo.

—Hola Batichica.

—Hola traidora.

Las dos se miraron con odio. No es fácil lidiar con tan solo ver el rostro de la rubia. Esta hizo una seña con el rostro de que la siguiera, dudosa la siguió hasta llegar un campo privado.

—¿Qué te trae por aquí? —preguntó la ojiazules.
—A matarte.

Esta se abalanzó hacia ella con ira, comenzó una pelea entre traidora y   "Ex-traidora".

  —¿Cómo te va con Chico bestia , andas revolcando con él junto con tu hermano?—al decir eso, la castaña la tiró contra el suelo.

—Eres una asquerosa enferma, además me basta con una bestia en la cama.

Entre golpes y patadas se enfrentaron como puros hombres, Terra usó sus poderes lanzando un charco de arena mojada a la castaña.