Chica de otra dimension 24

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____.

  Tras llevarme un susto con la cara seria de Natalia, pidió mi moto prestado, lo cuál, se me hizo bastante raro que lo pidiese. Nunca pide algo prestado solo lo roba y lo devuelve en el momento que quiera. El punto es que se desapareció sin decir palabra alguna, prefiero no saber para evitar problemas con ella.

Ya que, es tarde, salí al jardín con la intención de relajarme un poco, cuando menos me lo esperé, Damian, estaba acostado en el suelo mirando su teléfono.

—Pensé que estabas patrullando.—dije mientras me sentaba a un lado de él.

—Hoy no.—en eso dejó su celular y me miró confundido, luego de eso cambió su expresión a uno más calmado.

Mantuvimos una comunicación frecuente en los siguientes cuarentena minutos, fuimos interrumpidos por la alarma del aparato. Un punto blanco llamó mi atención, miré el rostro de Damian—que por primera vez no supo disimular la situación.—

—¿Qué diablos hace el moto allá?—en ese instante supe que hablaba de mí moto, lo miré con suma seriedad, solo espero estallar de la risa sin motivo alguno.

—¿Qué hace un rastreador en mi moto?—pregunté, en un movimiento rápido, él guardó su celular.

—Es por si acaso.

No pude evitar en besar su mejilla, por algún motivo se ve lindo cuando tiene la cara de perro regañado. Levantándome del suelo, fui directamente al baño—obviamente haciendo lo que todo humano hace.—Ya en mi habitación, me acosté...buscando que el sueño se apoderara de mí.

  Inconscientemente desperté un tanto soñolienta,mirando mi alrededor con pereza volví a acomodarme, nuevamente los abrí para mirar en esa esquina. Juro por mi alma haber visto algo mirándome fijamente, ahora, no hay nada.

Piensa rápido.

Me llevé un gran susto, pegué un grito al sentir ese pedazo afilado en mi cuello. En eso me di cuenta que había despertado de esa pesadilla, otro maldito susto al ver esa cara de pocos amigos mirándome.

—¡Qué fue eso!—dije tratando de controlar mi pobre corazón que estaba a punto de salir de mi pecho.

—Incluso asusto en tus sueños.—Ver esa niña sonreír de oreja a oreja,es como ver un screamer en las películas.
—¡Me vas a matar del susto!

—Son las once del día...así que quise aprovechar en usar mis dones.
—¿Por qué no te gusta usarlos con frecuencia?—pregunté un tanto curiosa, buscando ropa para cambiarme...ella solo volteó.

Sin responder mi pregunta ella se fue.

•*=*•

Jamás había visto un desmadre en esta en el comedor, Bruce le hervía la sangre al ver que nadie respondía sobre la desaparición de la bebé. Dick y Jason dijeron todo lo que sabía, hasta que Tim sopló de que Natalia fue la última en tenerla. Tanto alboroto tuve que salir de ahí, tome mi casco y fue hacia la torre de los Titanes. Fue un camino demasiado largo a decir verdad.

  —¡Gané! Otra vez.—oí desde el ascensor a Garfield mientras un gruñido al mismo tiempo, probablemente es Jaime.—¡Ah! Hola ___, ¿quieres jugar un poco? Jaime no soportaría otra derrota.

Gemelos [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora