Misión imposible

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Narradora

Chico bestia sacó su celular para activar el micrófono de voz, al parecer ya tiene planeado una de sus locuras para llamar la atención.

Garfield Mark Logan,activo.—dijo con su voz tono de misterio como si fuera un detective.— Sospechosa...Ojitos brillantes que se hace llamar Batichica o "Natalia".—informó dándole un tono más serio al nombre de la chica.

Este sacó su cabeza de donde estaba escondido, pudo ver a la chica leyendo un libro en el sofá.

Sospecho que lee un libro viejo y polvoriento como los de Raven.—susurró en voz baja a su micrófono.— Raven ha contagiado a la sospechosa...repito, Raven a contagiado a la sospechosa.

Ágilmente se escondió detrás de la pared para ver más de cerca el rostro de Batichica.

Curioso que a pesar de estar aquí casi cuatro semanas.—susurró mientras hacía una mueca.—No se ha quitado su máscara...¿Acaso no quiere que sea descubierta?,¿Qué esconde detrás de la máscara?

Un grito lo hizo apagar su celular al ver que la chica estaba en frente de él no muy feliz que digamos.

—¡Ah, no asuste de esa forma!—se quejó el adolescente.

—Entonces deja de espiarme...voy a pensar que me estas acosando.—dijo esta mientras cruzaba sus brazos.

— Mira en primer lugar no estaba espiándote.—Este tuvo que agacharse un poco hasta quedar a la altura de Natalia ya que solo le llegaba hasta el pecho.

— Raven a contagiado a la sospechosa, repito Raven a contagiado a la sospechosa.—se burló la chica lo cuál ahora el chico estaba en problemas.

—Am, pues...—este se había rascado la nuca ya que no sabía qué hacer.

—Lárgate antes de que te corte la cabeza hueca que tienes.—dijo esta con ira pero este se rió.

—Ay, niña.—volvió a reír.—Ya quisiera ver eso de una chica de baja estatura tratando de cortarme la cabeza.

Un grito hizo que Jaime y Raven fuera a ver qué ocurría. Batichica estaba a punto de enterrarle su katana en el cuello. Garfield suplicó de que no volvería a molestarla lo cuál esta lo dejó ir.

   Damian y Natalia a pesar de estar cuatro semanas soportando a los titanes

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   Damian y Natalia a pesar de estar cuatro semanas soportando a los titanes. Es increíble creer que todavía no han decapitado a uno de ellos. Claramente, ellos están frustrados ya que deben seguir las estrictas órdenes de la princesa exiliada. Obviamente obedecer órdenes de otras personas que no conociesen no están en su sangre. Natalia salió de la torre sin ser vista. Al llegar a su destino sacó un ramo de rosas, se acercó a la lápida del chico fallecido para cambiar las flores marchitas.

  —Hola.—habló la chica mientras se sentaba en el césped.

  La chica contaba por lo que estaba pasando. A mitad de su narración fue interrumpida por una familia que ya esta conocía.

  —Aún así tienes el desprecio de visitar su tumba.—habló la madre de Marcos que llevaba un ramo de flores.

  La oji azules se levantó del suelo apunto de estallar de ira. Obviamente tenía derecho de ver la tumba de Marcos pero la familia ya no tienen la misma confianza que antes.

—Tú misma le dijiste que no lo amabas.—espetó el hombre entre dientes.—¿Porqué sigues visitando su tumba?

Era una pregunta que hizo pensar a la chica. Él tenía razón de que ella no sentía nada por Marcos. Sin embargo él le enseñó cosas de la vida, cosas que Talia nunca le dijo a su propia hija, y sobretodo le enseñó qué está bien y mal.

  —Me enseñó cosas valiosas de la vida.—contestó la chica secamente a la familia.

  —Solo te diré una cosa,niña.—comentó la madre mientras que agarraba el hombro de Natalia con fuerza.— Aléjate de la tumba de mí hijo.

  —No sé como mi hijo se pudo enamorar de una zorra.—comentó el padre en voz baja. Natalia estaba por sacar de su bolsillo su daga y cortarle la lengua al hombre.

La pareja claramente estuvieron espiando la conversación de la chica con su hijo. Al saber tal barbaridades de ella, quedaron decepcionados de su hijo ya que sus ojos lo segaron al ver la belleza de Natalia, pero detrás de aquella cara había cosas horrendas. No iban permitir que ella se saliera con la suya luego de dejar morir a Marcos. Ellos desprecian a Natalia.

  —Justicia...no venganza.—se dijo la chica a sí misma ya que estuvo a punto de matarlo a sus espaldas.

Con la ira invadida se largó del cementerio en busca de algo con qué desahogarse. Caminaba sin rumbo, tratando de olvidar las palabras que le dijo el padre de Marcos. Al llegar al parque se sentó en el mismo banco de siempre. Garfield que había salido a comprar su burrito, observó por casualidad a la niña malcriada así que se sentó a su lado.

  —¿Qué haces aquí sola?— preguntó este mientras le daba un gran mordisco a su comida.
—Lo mismo debería preguntarte.—respondió esta.

—Por si no lo notas...fui a comprar mi burrito.— dijo con la boca llena.

Su frustración había desaparecido ya que estuvo observando y criticando al adolescente. Pero llegó un punto en que esta quedó callada.

  —Eres curiosa.—al oír lo que el chico dijo esta lo miró seria.— Y no es por tu baja estatura claro.—se adelantó decir antes de que ella reprochara.

—En qué sentido lo estás diciendo.

— Pues...eres muy amargada.—se quedó pensativo por unos segundos.—Por alguna razón me da curiosidad.

—¿Qué quieres?—preguntó la chica molesta.

—Conocerte...claro.—respondió sin mucha importancia.

—¿Para qué diablos quieres conocerme?—preguntó esta.

—Para ser amigos...duh.—respondió con obviedad mientras le daba otro mordisco a su burritos,pero en la mente de Natalia se cruzó un pensamiento.

—¿Entonces no quieres sexo?—preguntó la chica naturalmente que hizo que el chico se ahogara con la comida y escupiera todo al suelo.

☀️☀️☀️☀️

  —Enserio, ojitos azules...asustas.

  —Deja de llamarme así.

La curiosidad de Garfield se hacía presente nuevamente. Quería saber por qué el sentido del humor de Natalia era lo opuesto a otros niños de su edad, o tal vez había algo especial en ella...simplemente su curiosidad era tan grande y tenía ese entusiasmo de conocerla.

Gemelos [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora