La mirada

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  —Nunca entenderé a mi hermana...cayó tan bajo por esa basura.—gruñó Damian dando patadas la primera roca que encontraba en el suelo.

—Lo que siente tu hermana es amor puro, algo que no sentía desde hace mucho tiempo.—La bruja notó que el chico se sentía algo ofendido por el comentario así que buscó manera de decirlo.—Aparte que...recibe el amor de un hermano.

Damian miró hacia otro lado ocultando su rostro; ella decía la verdad a pesar que él no es de ser un cursi de primera. Le pareció algo...lindo que la hechicera dijera eso; ¿De verdad pensó eso?, ¿Lindo? Rayos que le pasa a este chico.

—Seguramente la estás defendiendo.

—Oye admito que Garfield es algo escandaloso...bueno muy escandaloso, bromista, pevertido y con un raro sentido del humor, pero él es un buen chico. No todos los chicos pueden conquistar a alguien como Natalia.

—¿Qué me dices de ti? Eres como ella.

—¿Cómo ella? De verdad piensas eso.—cruzándose de brazos se acercó a ella con la mirada seria.
—Son serias, antisociales, les gustan leer libros y...

—¿Y?

—Tú ganas...son diferentes.

Damian había perdido contra la adolescente es como ver el fin del mundo. Siempre ganaba con sus comentarios directos y...bastante hirientes. Entre ellos quedó un profundo silencio difícil de buscar manera de romperlo. Damian no encontraba la forma más fácil de hablar, por lo que tosió llamando su atención.

—¿Me odias?—preguntó la chica luego de que este tosiera de manera moderada.
—¿En qué debo odiarte?—preguntó esta vez Damian con la mirada confusa que poca veces muestras.

—Por defenderla cuando no me correspondía.—El chico chasqueó la lengua cuadrando la situación.—Solo quería divertirme un poco.

—Ver cómo mi hermana queda embarazada de ese pedazo de lechuga ¿Es divertido?—Raven en ese momento rió; mal momento en hacerlo.— ¿Qué es gracioso?

—Tú rostro.—finalmente dijo.—Siempre pones esa mirada rara.
—No es rara.

Raven intentó imitar la mirada del chico, aquella mirada de ¿aburrimiento? O ¿De qué todo le molesta? Solo lo sabrá ese malcriado. Usando su mirada seductiva.—Que no lo hacía tan mal para ser principiante con las chicas.— Agarró la cintura de la adolescente besando sus labios, un sabor extraño pero le encantaba.

—Sé que sonará irrespetuoso de mi parte pero, algo me estás haciendo.—dijo este con una risita traviesa.
—¿En qué sentido?—preguntó Raven siguiendo su corriente.
—He oído bastante mitos de las brujas: Suelen ser unas amantes de robarle los hombres a otras mujeres, o con sus hechizos lo siegan a que termine profundamente enamorado de ella; Seguramente debes estar hechizándome.

—De haber sido así estarías diciendo cosas sin sentido.—rechazando el beso del chico esta pensó en lo que dijo.—Aunque estás diciendo estupideces sobre las brujas, además por si no lo sabes soy mitad demonio.
—Aún así caí bajo tus encantos diabólicos.

=•=

—¿Eso es una bofetada?—cuestionó la castaña.—Parece como si algo inhumano té pegó en la cara.

Raven sonrió a sus adentros mientras leía uno de sus libros, Damian bufó con pesadez escondiendo la marca.—Con una bolsa de hielo.—Natalia pasó al lado de la hechicera entregándole un sobre amarillo, las dos asintieron entre risas.

—¡Ustedes esconden algo!—espetó Damian al verlas riéndose de esa manera. Nuevo pero malo al mismo tiempo.

Las chicas fueron por su camino en silencio ignorando al chico, finalmente este fue a amenazar a su hermana de que hablara.—Algo que nunca logrará hacer.—

—No exageres, Dan.—dijo la hermana haciendo ejercicios.—No es nada grave y además, no planeé que tú dijeras estupideces como esa a Raven.

La chica se sorprendió al verlo sonrojar de esa manera. Sonrojo de enojo. Había que ser sincero de que él se veía tierno de esa manera.

—Aw,Dan está sonrojado.—dejando los ejercicios esta saltó a la espalda del chico como si fuese un caballito.
—Das nauseas cuando lo dices de esa manera.—admitió este.—No sé por qué me quejo...es la primera vez que te escucho decir eso.

Natalia no pudo evitar besar la mejilla sonrojada de su hermano con sincero cariño, haciendo que él se sonrojara más de la cuenta.—A pesar que aún está con la mirada seria a todo coste.—Él no quiso devolverle al gesto ya que el orgullo no se lo permitía.

—No creas que te salvarás de esta hermanita.—susurró el hermano mayor.—No dejes la guardia baja.

Bruscamente este tiró a la enana al suelo en modo de "broma" obviamente él no buscaba eso. Él quería revancha ya que la última vez quede enfrentó a ella terminó con la pierna a punto de ser fracturada. Esta vez él sería que la dejaría un el brazo partido.

—Considéralo parte de la revancha.

Gemelos [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora