Jack

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Nunca pensó que ella volvería a su antiguo nido, incluso que dejaría aquellos consejos que alguna vez sus seres queridos le habían dado. Si no quería recordar la ciudad debía comenzar en olvidar a la gente que conoció. La castaña demostrará ser la mejor ante todo—a pesar que ya lo es.— No volvería a perder ante nada y nadie.

—Ey, chicos.—dijo Carl llamando la atención a su grupo de amigos.—Miren quién volvió.

El grupo silbaron coquetos al ver la ojiazules caminando a la entrada de la gran casa, a los minutos observaron la ventana donde Damian solía estar. Los chicos la saludaron con sus penetrante sonrisa, la chica les devolvió el saludo.

—¿Seguirá buena en la cama?—preguntó Carl mientras se mordía el labio inferior.

—Claro que sí.—respondió el musculoso.—No olviden que nosotros le enseñamos algunas cosas.
—Thomas solo quiere ser un posesivo con ella, te recuerdo que la última vez no querías que la tocáramos en las aguas termales.

—Sí lo soy.

Thomas era el más posesivo, celoso y dominante del grupo. El no tenía miedo de admitirlo, pues obvio que la chica es totalmente suya.

—¿Esta noche iremos a verla?—preguntó Bruno con una nerviosa voz.

El día transcurrió bastante lento, los tres soldados fueron a la habitación de la castaña quien salía del baño con una toalla alrededor de su cuerpo, le dio igual que tres hombres entraran a su habitación sin tocar la puerta.

—Hola preciosa.—saludaron los chicos relamiendo sus labios al verla sentada en la cama secando su cabello a espaldas de los chicos.

—Estoy vistiéndome.

—Quédate así, como a mí me gusta y no tendrás que pasar trabajo.—dijo Thomas con una sonrisa pervertida.

Natalia tomó la toalla con fuerza al haber oído las sucias palabras de Thomas, ella odiaba su manera de ser.

Hoy hará lo mejor de su vida esta noche.

—Podemos hablar solos,¿Thomas?—dijo la dulce chica mientras lentamente bajaba su toalla con el motivo de mostrar sus senos.

Obedeciendo a la chica de mala gana, dejaron a Thomas quien no tardó en quitarle la toalla, sentarla en sus piernas musculosas y besarla con desesperación.

—Me hacías falta muñeca.—admitió este agarrando el trasero de la pequeña.
—¿Por qué no intentamos algo nuevo?

El hombre estuvo de acuerdo al plan aunque a decir verdad lo cabreó, podía oler un aroma diferente en el cuerpo de la chica. Alguien estuvo tocándola sin su permiso. La castaña hizo el primer movimiento en encadenar las muñecas del ende.

—Shh.—susurró Natalia coqueta al tiempo que cubría la boca del mayor con un pañuelo.

Ahora el toque final, esta sacó de su equipaje una caja de sus juguetes favoritos, se deshizo del pañuelo que cubría la boca. Thomas estaba perturbado.

—Juguemos.—dijo Natalia sacando un puñal y kunaih.

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  —Tiren el cadáver al río.—ordenó la castaña sin expresión alguna.

Un milagro ha sido tras ver el cuerpo de Thomas, después de todo era el único único que exigía bastante detalles en la cama. Los amigos no le importaron la repentina muerte de su amigo pues,ya se esperaba de la enana.

Los rumores llegaron a los oídos del joven Jack, quien vivía en el otro lado de las montañas. No tardó en empacar y emprender su camino , luego de tres largos años por fin verá su futura esposa.

Por las buenas o por las malas.

  La humanidad ignorante había sido desaparecido en la mente, seres queridos fueron lentamente olvidados y el chico que intentaba conquistarla había sido olvidado. No parecía dolerle a Natalia, es incluso mejor para esta; No reglas estrictas, familia, amigos y terribles recuerdos.

Lo que ella no sabe es que volver a su antiguo nido, podría cambiar su manera de ser. Todo el esfuerzo que, padre, hermano, amiga y incluso su pretendiente le habían enseñado se fue a la basura.

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  —Extrañaba ver tu trasero.—confesó este coqueto mientras sin disimulo alguno miraba el trasero de la castaña.

—Vete al diablo.—dijo la chica entre dientes.

—Uy,tranquila.—este levantó sus manos en signo de inocencia.—No es mi culpa que seas un bombón.

—Mejor lárgate porque ya tengo a alguien.—admitió esta.

Jack se las arregló en hacer que su chica terminara a sus pies, solo es cuestión de ser amable y astuto. Rodeando su manos alrededor de la cintura de la chica, descaradamente besó la frente de la enana.

—Anda caramelito.—susurró en su oído haciendo que esta tensara su cuerpo.— Sé que quieres algo de mí...no lo niegues.

Gemelos [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora