Gemelos [EDITANDO]

Como ser una Mujer

Un año después...

Tras largos meses de enseñar a los gemelos controlar su instinto asesino todo resultó ser bien. En cambio ocurrieron algunas cosas que de verdad no pensaban que iban a suceder. Los gemelos ya se habían marchado de la mansión Wayne a Scotland, les fue duro olvidar la trágica muerte de Talia a pesar de que se lo merecía. Ella fue muy dura con ellos y tenía una manera extraña de demostrar su amor hacia sus propios hijos. A decir verdad ella no los amaba.

Ahora solo eran Damian y Natalia.

Ra's al Ghul le había enseñado a Damian que siempre debía cuidar de su hermana menor sin importar que ocurriera. Al principio no le gustaba la idea de cuidar a la niña consentida del abuelo pero luego accedió a esa decisión. Ahora se tienen del uno al otro.

—Despeja tu mente.—decía uno de los monjes con una voz inspiradora a la chica.

Por faltarle al respeto, Damian terminó limpiando la pequeña casita donde los monjes meditaban. Luego de un pesado día fueron a la pequeña habitación que solo cabía la cama y la ropa. Parecía un prisión pero de algo se tenía que conformar el chico engreído.

—Este lugar apesta.— se quejó Damian mientras miraba su tableta.

— Si no le hubieras faltado al respeto al monje.—recordó su hermana recostada en el pecho de su hermano.

—Jmph.

Su hermano estaba molesto y no iba cambiar su decisión en no haberle faltado al respeto a aquel anciano estricto. La chica le entregó una caja pequeña mal forrada , esté comprendió el motivo de la caja y lo tomó para abrirlo.

—Feliz cumpleaños, Dan.— felicitó su hermana abrasándolo.

Este no dijo nada mientras miraba dentro de la caja. Sabía que ella hacía los mejores regalos, grande o pequeño siempre era algo útil.

—¿ Una llave de auto?— preguntó este.

— No.— respondió.— Es un sistema que yo misma hice, detecta movimientos no identificados, rastreo de huellas en cuestión de segundos y uno que otro detalle extra.

— Sinceramente tengo la mejor hermana del mundo.— expresó su hermano con una leve sonrisa.

Luego de un silencio se concentraron en mirar la tableta que había importante. No había nada y eso frustraba a los gemelos.

—Quiero largarme.— se quejó su hermana.

—Y lo haremos.— este se acomodó para dormir.—Mañana temprano.

Sé acomodaron lo más cómodo posible para dormir. Natalia no podía pegar un ojo ya que temía que tuviera una pesadilla. Aquella bestia en su interior seguía molestándola haciendo su vida miserable. Logró quedar dormida a pesar de unas horas despierta.

☠☠

— Feliz cumpleaños, Natalia.— dijo su hermano mientras le entregaba las llaves de la moto.

Subieron a la moto para emprender el camino hacia la ciudad. Una sonrisa tonta se formó en los labios de la castaña ya que no esperaba un regalo tan especial de él. Día y noche sin descanso hasta que por fin llegaron a la ciudad.

  El cansancio invadía a los gemelos. Son tan orgullosos que lo escondían con su mirada fría y seca. Al parecer que es una herencia rara de la familia Al Ghul que en vez de tocar el timbre de la puerta, fueron a la ventana trasera de la mansión para entrar. Fueron al baño para darse juntos un buen baño. Era normal de ellos bañarse juntos pero obviamente para evitar miradas incómodas se volteaban para no verse del uno al otro. Compartieron la misma cama para poder descansar tranquilamente.