Gemelos [EDITANDO]

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Damian.

Ya ha pasado un mes y medio desde aquel incidente de mi hermana,y su mascota verde. Al parecer mi hermana no tiene ningún mal estar o mareos, se había desmayado hace poco pero, solo fue el demonio. Incluso revisé su calendario solo con el motivo de ver si le ha bajado.

Este mes no le ha bajado.

Aún queda por acabarse este mes pero, no aceptaría que ella quedara embarazada de esa cosa y...hay muy pocas probabilidades de que ocurriera.

—¿Aún sigues espiando a tu hermana?—oí a mis espaldas.

—Me aseguro de que todo esté en...balance.—respondí naturalmente, me di la vuelta dando cara a mi novia.—No lo entenderás...

—¿Por que no tengo hermana?—ella se acercó de brazos cruzados con una sonrisa bastante cautivadora.—En realidad tengo casi más de mil hermanos en el infierno, Natalia...es otra historia, a pesar que uno de los más poderosos demonios habita dentro de esta. Aún así sé cómo te sientes.

—Sigo con la misma opinión.
—De todas formas tienes razón...no sé el concepto de tener un hermano o hermana.—admitió ella.

Me acerqué bruscamente solo para asustarla, al parecer sabía que lo iba hacer. La realidad quería que dejara ese tema a un lado solo que no sabia como decirle. Agarrando su mano, salimos de la habitación a tomar aire fresco, odio estar encerrado.

—Esto es nuevo.—habló la hechicera en voz baja.
—Ya suenas igual a mi padre.—espeté con cierto enojo.

—Trata de ser un poco más...sonriente.

—Mira quién lo dice.

Natalia.

Marcos parecía estar cada vez más extraño estando cerca de mí, no estaba siendo el mismo. Quise verlo, ya que quería invitarlo personalmente a que fuera parte de los titanes. Siempre está solo en el cementerio, esperando a que yo regrese. Ya es tiempo que cambie de rutina.

   —Edward.—llamé por su verdadero nombre.

  —¡Aquí arriba!—exclamó desde la copa de un árbol.

Observé como este aterrizó en frente de mí, sonriente él tomó mi mano, besando mis nudillos. Por su tonto acto le di una bofetada en la cabeza.

  —Deja tus cursilerías.—dije con mi típica voz seria.

—Algo me dice de que tenemos que hablar seriamente.

Asentí a lo que dijo, nos alejamos del cementerio—Marcos usando su fase humana para evitar escándalos.—nos sentamos en unos de los bancos cerca del circo, lentamente expliqué el por qué de unirse a los titanes.

—Ed, estás solo y sé que aún no controlas tus poderes pero, puedo ayudarte en eso. No prometo que los controlaras al cien.—expliqué sin rodeos.

—¿Podré ver a mi familia?—preguntó él.

—La torre Titan no es una prisión, así que puedes ir a donde te plazca y a cualquier hora.—respondí con algo de obviedad, aún así no parecía estar convencido de entrar.
—Tu novio me odia.—dijo él en un tono serio mientras juntaba sus manos.

—Solo acepta y deja el drama.—bufé agarrando mi cabeza por lo pésimo que es convencer a este tarado.

—Acepto pero, solo lo hago por ti.
—Sí. Sí. Anda vamos.—exclamé agarrando su brazo con fuerza.

  Narradora.

  Starfire estaba encantada al recibir un nuevo integrante a la torre, para evitar que ocurriese la misma situación de Terra, fue por conocerlo lo más posible...

  Garfield no sabia sobre la llegada del chico diablo, estuvo ocupado ocultando evidencia que su novia había dejado. Lograda su misión fue en dirección al salón de entrenamiento. Se sentía fuerte y resistente, oh, claro que lo probaría.

Aquella sonrisa se había ido, un intruso hablaba con ojitos brillantes. Conocía esa mirada, la mirada de quedarse con ella,a pesar que estaba con alguien más. Lo odia.Logan odia a Marcos. No se había percatado que sus celos lo convertían en una bestia, algo casi fuera de lo común.

Algo nuevo y peligroso para Chico Bestia.

—¿Interrumpo?—interrumpió Garfield a propósito mientras que agarraba la mano de su novia.

—Solo le mostraba el salón.—respondió Natalia sin mucha importancia.—Tengo misión de emergencia, adiós.

Garfield despidió a la chica besando su frente, ganándose el enojo de Marcos. La tensión cada vez crecía entre ellos, pues, ahora que la castaña no está.

Chico bestia podrá aclarar muchas cosas.