"- Señor, ¿Está totalmente seguro de esto?"
"- ¿Por qué no iba a estarlo, agente Coulson?- la cara de dicho agente se contrajo levemente ante la pregunta de su director."
"- Son jóvenes, señor. La mayoría de ellos tienen sólo catorce años o menos, y...
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Se dormía, eso sin duda. Estaba demasiado aburrida como para mantenerse despierta, si no fuera por los codazos que le daba su compañero de mesa. Por lo menos Alex prestaba atención a la clase por ella.
- Mía.- le dijo.- Si te duermes no te enterarás de lo que dice.
- Eso es obvio.- murmuró.- Y me duermo por esa razón.- replicó.- Para no enterarme de lo que dice.
Acomodó mejor su cabeza contra la mochila sobre la mesa, aprovechando que las luces estaban apagadas y que el profesor no podía verla estando en la última fila. El proyector que colgaba del techo cerca de su posición iluminaba la pizarra; las diapositivas que se proyectaban eran sobre los fundadores de Shield, entre ellos Howard Stark. Tenía que admitir que su hijo tenía un gran parecido con él.
- Si te duermes te dibujaré un bigote con rotulador permanente.- le advirtió Alex.
- ¿Desde cuando eres responsable?
- Nos conocemos desde hace ahora un mes. Todavía no tienes derecho a criticar mi actitud cambiante.
Mía rodó los ojos y se incorporó. Miró la dichosa presentación, y escuchó al profesor.
- He oído que en Ciencias van a hacer una conferencia.- susurró Alex unos minutos más tarde. Incluso para él la clase era aburrida.- Unos agentes de un equipo especial. Leo Fitz y Jemma Simmons.
- No me suenan.- murmuró ella.- ¿Sobre qué hablarán?
- De sus misiones y esas cosas.- contestó, frotándose un ojo. También le entraba sueño.- Me han dicho que hubo un accidente en la piscina de su edificio. Al parecer se congeló, y con gente dentro.
La atención de Mía cambió de la pantalla al chico. Alzó una ceja, interesada.
- ¿Congelada? ¿Ha muerto alguien?
- Claro que no. Si alguien hubiera muerto ya lo sabría toda la academia.- replicó.- Hubo gente dentro, sí, pero salieron a tiempo. Al parecer fue provocado por un artilugio de alta tecnología, que solo los alumnos de mayor coeficiente podrían fabricar.
- ¿Hay sospechosos?- preguntó interesada. Al fin y al cabo era donde estudiaba su mejor amiga.
- Han reducido la lista al diez por ciento de alumnos más brillantes.- respondió, tamborileando sus dedos sobre la mesa.- ¿Tu amiga puede estar entre ellos?
- ¿Desde qué nivel de coeficiente eres brillante?
- Diría que aproximadamente entre ciento setenta y ochenta hacia arriba. Pero personalmente creo que tiene que ser obra de alguien que está por graduarse. Ya sabes... Una despedida a lo grande.
