53- ¡Wakanda por siempre!

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- ¿El plan es darle con un ladrillo?

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- ¿El plan es darle con un ladrillo?

- Es un molde.- explicó Eitri. Estaban frente a una forja de armamento, una de las últimas que había quedado intactas.- Del arma de un rey.- miró a Thor, quien lo miró a él.- Destinada a ser la más grande de Asgard. En teoría podía incluso convocar al Bifröst.

- ¿Tenía nombre?- preguntó el dios presente.

- Destructor de tormentas.

Vaya, como anillo al dedo.

- Ahí te has pasao.- murmuró Rocket.

- ¿Y cómo la hacemos?- preguntó Thor.

- Tendréis que reiniciar la forja.- respondió el Enano.- Despertar el corazón de una estrella moribunda.

Todos miraron la esfera flotante en el espacio. La estrella que debían reiniciar.

- Conejo.- dijo el dios.- Enciende la cápsula.

Rocket no se esperaba que con eso se refiriera a que pilotara la nave, mientras Thor permanecía de pie sobre ella en el exterior.

- Creo que no pillas el principio científico.- le dijo, desde su asiento.- Estos anillos son gigantescos. Para ponerlos en movimiento necesitarás algo mucho más grande.

- Déjame eso a mi.- respondió Thor, después de haber saltado de la nave, sobre una de las superficies de los anillos. Llevaba consigo una cuerda, atada a la cápsula pilotada por el mapache.

- ¿A ti? Chaval, estás en el espacio. Lo único que tienes es una cuerda y...

No siguió hablando, por que comenzó a gritar. Thor había comenzado a darle vueltas y más vueltas a la cápsula, cogiendo impulso. En cuanto estuvo listo, lanzó la cápsula, dando órdenes de que encendieran los motores. Con el impulso de haberle dado vueltas, y la fuerza del motor, Thor apoyó los pies sobre el anillo bajo él, arrastrando metal y destrozando la estructura superficial hasta quedar enganchado como un ancla.

- ¡Más potencia conejo!

El hielo era duro, pero poco a poco, se fue rompiendo. Y de un segundo a otro, los anillos congelados, dejaron de estarlo. Volvieron a girar, poniéndose en marcha, igual que la estrella. Desde la forja, Eitri, Groot y Bowie observaban lo que ocurrían, con anhelo de que funcionara.

Los anillos quedaron alineados, y la estrella brillaba en todo su esplendor. Era tal y como Bowie se lo había imaginado, pero mejor.

- Muy bien, muchacho.- murmuró el Enano, refiriéndose a Thor. Se giró hacia el chico junto a él, dándole una suave palmada en la espalda.- Mira, chaval. Eso de ahí, es Nidavellir.

El conducto de la estrella se abrió, dejando paso a uno de sus rayos, que fue directo hacia la forja. Eitri observaba todo asombrado; el lugar volvía a tener vida.

Los protegidos de los Vengadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora