Tres semanas atrás, había caído la última nevada de invierno sobre Nueva York, a pesar de que ya se había producido el cambio de estación. Los almendros ya habían florecido, y los pétalos de las flores ya se alzaban cada mañana para recibir al sol.Marie observó esos pequeños detalles mientras caminaba por las calles de su ciudad natal, sin desviarse del rumbo que llevaba a su destino. En sus brazos llevaba un ramo de lirios blancos, envueltos en un sobre de papel; acababa de comprarlos en una floristería que había en la misma calle que su apartamento, mientras emprendía su camino.
Se había intercambiado el gélido viento invernal por una brisa más cálida para recorrer las calles, y Marie se dio cuenta de ello al pasar junto a un parque infantil. Veía a más niños jugando en el parque, moviéndose con más libertad por la hierba que hacía unos meses, cuando aún podían sufrir hipotermia.
Eran las ocho de la mañana cuando salió de casa, después de desayunar junto a Aaron en su terraza y despedirse de él, y había llegado a su destino una hora más tarde, como estaba planeado: el cementerio de Green-Wood, en Brooklyn.
El mundo exterior, guardaba silencio y celebraba con pena el aniversario del incidente de Sokovia. Marie en concreto, además de sus compañeros, celebrara el aniversario de muerte de su mejor amigo, fallecido en aquel horroroso día.
Llevaba tres años celebrando ese pequeño ritual personal, en el cual compraba unas flores, y las colocaba sobre la tumba de su amigo, además de una flor del ramo que adquiría para cada uno de los padres del chico. Después de eso se sentaba sobre la hierba, frente a las lápidas, y le hablaba a Eric durante algunas horas, contándole todo lo importante que había ido pasando con el equipo durante cada año que el chico estaba ausente. Claro que ella le visitaba a menudo, sin embargo, esa visita, era más especial. Aaron y el resto de sus compañeros respetaban que quisiera llevar a cabo esa acción sola, de forma privada.
Saludó a algunas personas con las que se cruzaba habitualmente en sus visitas, caminando hacia las tumbas de la familia Osborn. Conocía la ruta ya de memoria, y por ello no tardó en llegar a ellas.
- Buenos días.- les dijo a las lápidas. Se arrodilló frene a ellas, colocando el ramo de flores sobre la tumba que correspondía a su mejor amigo. Del ramo sacó dos lirios, que colocó sobre las tumbas del padre y de la madre de Eric.- Siento no haber venido las últimas semanas. Tuvimos una misión en Italia que se complicó un poco, y además las autoridades nos retuvieron un tiempo extra por formar parte del tratado de Sokovia. Por suerte nos dejaron ir antes del aniversario.- dobló el papel con el que había envuelto las flores, y dejó a un lado mientras se sentaba sobre la hierba, frente a las lápidas.- Han pasado varias cosas en el último año. La mayoría ya las sabes, pero haré un resumen de lo más importante, para continuar con la tradición, ¿de acuerdo?- cerró los ojos por un momento, sintiendo el suave viento en la cara, revolviéndole su corta cabellera. Se había cortado el pelo no hacía mucho, alegando que necesitaba un cambio de imagen, por lo que había decidido ponerle un fin a su larga melena, sustituyéndola por un peinado rapado hasta las orejas.- Además, han pasado ya dos años desde que ocurrió todo el asunto de la guerra civil entre Vengadores, por lo de los acuerdos, y parece que por fin el dilema se está calmando.- suspiró, contenta por la buena nueva que podía portar.- Ahora somos todos dos años más mayores, y casi todos en si somos legalmente adultos; pero hay que admitir, que aún somos capaces de comportarnos como niños.- sonrió para si misma.- Volviendo al tema: Empezaré por los chicos. Thomas, por ejemplo. Igual que el resto de nosotros, sigue sin haber visto a Mía desde hace ya casi dos años, y está bastante preocupado, aunque no quiera admitirlo. Insiste en que está bien, y que aunque la eche de menos, no para de decir que ha superado la ruptura.- hizo una mueca, encogiéndose de hombros.- Intentamos ayudarle como podemos, pero tampoco vamos a forzarle a sentirse de otra manera. Por otro lado, está Alex.- tuvo que sonreír un poco.- Desde que comenzó a salir con Niky hace ya más de un año, ya no es el mismo. Es como su perrito faldero, y no en el mal sentido.- negó con la cabeza, riéndose.- A donde vaya Niky, allí va Alex. Ella sigue siendo igual de fría con todo lo que respecta a lo sentimental, pero cuando se trata de su novio... es la más empalagosa de todas nosotras. No paran de besarse todo el rato, y cuando están juntos, todo a su al rededor desaparece para ellos. En verdad, es bastante adorable, pero molesto a veces.- hizo una mueca.- Supongo que así también se sienten todos respecto a mi y a Aaron. Nos va mejor que nunca, sinceramente.- se miró el anillo de promesa en su mano izquierda, apreciando el rubí de color sangre en el que se reflejaba su mirada.- Hemos avanzado mucho en nuestra relación, en muchos... aspectos.- se sonrojó un poco.- Además, hace ya seis meses que nos fuimos a vivir a un pequeño apartamento en Manhattan, y diciendo toda la verdad, estoy encantada. Ya habíamos vivido antes juntos en el hotel plaza, claro, hace dos años cuando hubo todo ese lío después de los acuerdos y de la guerra civil entre superhéroes, pero no es lo mismo que ahora, que compartimos un espacio propiamente nuestro, comprado, y no alquilado. Incluso ahora todavía le doy las gracias a Tony por pagarnos el piso. En verdad es buen tío, aunque tú eso ya lo sabías, ¿verdad? Siempre veías lo bueno y lo malo de cada persona antes que nadie.- sonrió con nostalgia, que se contagió al resto de las facciones de su rostro, antes de volver al optimismo por el que se caracterizaba su expresión en general.- Volviendo a Niky, hay que comentar que hace dos meses se casó su madre. Su marido es aquel francés con el que empezó a salir hace un tiempo. A Niky no le pareció del todo bien, ya sabes, por su padre y eso, pero vio que su madre estaba feliz de verdad. No se lo iba a negar. Y igualmente, su padrastro le pidió permiso para preguntarle a su madre si se quería casar con él.- tuvo que reírse por unos segundos.- Ese hombre le tiene miedo a Niky desde el día en que la conoció. No sé cómo lo hace, pero cada vez que su padrastro quiere hablar de algo serio con ella, siempre consigue tener uno de sus cuchillos de combate cerca, y encontrar una ocasión para mostrarlo. Es increíble.- negó con la cabeza, riéndose todavía.- En fin. De Mía, como ya supondrás, no sabemos nada. Se fue en busca de Thor hará pronto dos años, y desde entonces es como si hubiera dejado de existir; sin rastro que seguir, ni siquiera del quinjet que se llevó.- suspiró, apenada.- Solo espero que esté bien, y que haya podido encontrar a su padre. Sus padres adoptivos, por cierto, se pasaron por las instalaciones de los Vengadores un día, por sorpresa.- comentó.- Estaban preocupados, y Thomas se vio forzado a hablar con ellos, ya que solo lo conocen más o menos bien a él. La cosa acabó bastante mal, ya que el padre adoptivo de Mía acusó a Thomas de haber permitido que Mía se largara, y de que era su responsabilidad asegurarse de que estaba bien. Le dijo que no quería verlo nunca más, y se fueron. La madre de Mía no había conseguido pronunciar palabra, pero vi como miraba a Thomas con pena compartida. Ella no le echaba la culpa de nada.- de nuevo, hizo una mueca, por pena hacia su amigo.- Mejor cambiemos de tema a algo más alegre, ¿te parece? Svenia y Lucy ahora son una pareja oficial. Lo hicieron público hace no mucho, pero sospechamos que llevaban más tiempo juntas, pero en secreto, obviamente. Se las ve muy felices y unidas. Son casi tan empalagosas como Alex y Niky, pero al menos ellas intentan no ser tan exageradas en público. Aún les queda algo de dignidad en el cuerpo.- comparadas, esas dos parejas en verdad eran bastante parecidas. Sin embargo, al mismo tiempo eran totalmente opuestas.- Cabe añadir que Lucy, antes Luke, estaba algo indecisa respecto a su relación con Svenia al principio. Su familia la echó de casa por ser lesbiana, y le costó bastante aceptarse a si misma después de eso. Pero Svenia es perfecta para ella. Ambas son perfectas la una para la otra.- y lo decía en serio.- Ahora bien, hay una pareja más de la que no te he hablado todavía. Ahora que lo pienso, solo te estoy hablando de parejas, pero es que es básicamente lo que ha pasado en los últimos dos años.- se rió, y negó con la cabeza.- Hope. Nuestra querida Hope, está más que enamorada. Vive en la nube de azúcar rosa, con un unicornio y docenas de chuches y chocolate. Nunca la había visto así antes, la verdad.- estaba feliz por ella, como lo estaban también el resto de sus amigos.- Desde hace ya casi dos años, viaja un fin de semana al mes a Wakanda para visitar a Bucky. Él le concedió esa oportunidad que ella le pidió, y aunque no sea de forma oficial, se puede decir que son pareja. Van bastante lento, es cierto, pero está más que justificado. Él aún se está recuperando de todas esas intervenciones que le hicieron para remover a Hydra de su cerebro, y tampoco quiere presionar y adelantar a Hope a nada que no esté lista todavía. No he podido hablar en persona con él del asunto, pero estoy más que segura de que la quiere igual que ella a él; con locura. Admito que al principio me preocupaba Hope, sobre todo por esa diferencia innegable de edad que tienen ambos, pero después de un tiempo, ni siquiera yo la notaba. Mi amiga era, y sigue siendo feliz, y eso es lo que importa.- sonrió para si misma.- Tony y Pepper se tragaron esa tontería que se inventó Hope, sobre que una vez al mes íbamos todas las chicas del grupo al apartamento de Niky para hacer una fiesta de pijamas.- negó con la cabeza.- No entiendo cómo se lo han tragado. Niky, nuestra Nicole Miller Evans, ¿formando parte de una fiesta de pijamas? Si es la versión real de Rosa Díaz en Brooklyn nine-nine, por dios.- soltó un bufido, más cómico que otra cosa.- Y ahora que me doy cuenta, solo me queda una persona de la que hablar.- levanto la mirada hacia la lápida que rezaba el nombre de su amigo.- Tú, Eric.- hizo una mueca.- Llevas muerto ahora tres años, y no hay ni un solo día en el que no te eche de menos. Éramos como hermanos, y para mi lo sigues siendo. Eso nunca cambiará.- negó con la cabeza, repitiéndose mentalmente esa auto-promesa.- Te echo de menos, Eric Osborn. Ojalá no tuvieras que haberte ido tan pronto de mi vida, ni la de nuestros amigos. Ojalá aquel día hubiera acabado de forma distinta...- volvió a suspirar.- Aunque si de verdad existe el destino, y estoy casi segura de que así es... lo más probable sería que da igual como terminase aquel día, siempre acabarías sacrificándote por alguien inocente, anteponiendo su vida a la tuya propia. Para mi, eso es lo que hacen los héroes. Y aunque me aún me duela vivir sin ti a mi lado, sé que hiciste lo que debías. Era tu destino. El universo, así lo había predeterminado. Y creo que, al fin, estoy empezando a poder aceptarlo.
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Los protegidos de los Vengadores.
Fanfiction"- Señor, ¿Está totalmente seguro de esto?" "- ¿Por qué no iba a estarlo, agente Coulson?- la cara de dicho agente se contrajo levemente ante la pregunta de su director." "- Son jóvenes, señor. La mayoría de ellos tienen sólo catorce años o menos, y...