"- Señor, ¿Está totalmente seguro de esto?"
"- ¿Por qué no iba a estarlo, agente Coulson?- la cara de dicho agente se contrajo levemente ante la pregunta de su director."
"- Son jóvenes, señor. La mayoría de ellos tienen sólo catorce años o menos, y...
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- Odio la comida de hospital. Todo sabe a tofu.
- El tofu no sabe a nada.
- Exactamente.
- En la torre comerás mejor.
Había pasado una semana desde la operación de Hope, y en ese momento estaban yendo al quinjet que seguía en la azotea del hospital, para volver a Nueva York.
- También odio las sillas de ruedas.
- Sabes que de momento es necesaria.
- Eso incrementa mi odio hacia ellas.
Tony sonrió un poco, rodando los ojos.
Sorprendentemente para todos, Hope había encajado bien lo de su pierna. Por lo menos, así era como lo mostraba al mundo. Después de unos días en cama, había intentado caminar por primera vez, con la ayuda de Tony y Bruce; Clint se había ido a Europa, en una misión secreta de urgencia. Hope ya conseguía caminar, pero necesitaba ayuda. Por el momento, su pierna conseguía sostenerse en pie, pero estaba claro que ya no se movía como antes.
Tanto Bruce como otros médicos del hospital en Cuba había estado de acuerdo en que la curación de las heridas de bala de Hope era increíble: ya ni había rastro de las más superficiales. Habían analizado el suero que le inyectaron antes de encontrarla, y pudieron confirmar que el fármaco que contenía unas variaciones leves a la fórmula original: era un alivio que no sufriera trastornos psicóticos, como les había pasado a anteriores agentes.
- Tardaremos unas horas en llegar, pero es por tu seguridad. No vamos a ir demasiado rápido y que te hagas daño por alguna turbulencia.- le dijo Bruce.
Él y Tony la ayudaron a levantarse de la silla, una vez dentro del avión. Habían dispuesto una camilla para que se tumbara, y la ayudaron a llegar hasta ella.
- ¿Cuando lleguemos podré comer algunas de esas galletas de chocolate que hay en el armario de la cocina?- preguntó ilusionada.
- Si el resto no se las han terminado ya, sí. Las que quieras.- respondió Pepper, sonriéndole. Ella y Hope se habían unido bastante en los últimos días.
Tony puso en marcha el quinjet, introduciendo las coordenadas de su destino: la torre. Accionó el piloto automático, y volvió junto al resto al centro del avión.
- Hope, cuando estemos de vuelta en Nueva York.- comenzó a decir Bruce.- Vendrá a verte un médico especializado en neurocirugía. Queremos que le eche un vistazo a tu pierna. Es un viejo amigo, y es el mejor en su campo.
- ¿Y él podrá curarla?- preguntó la pelirroja junto a la adolescente.
- Él en verdad ya no ejerce como médico. Lo dejó después de un accidente de coche, que dejó sus manos inservibles para operar. Me parece haber escuchado un rumor sobre que se curó después de un viaje que hizo, pero no ha vuelto a trabajar. Igualmente ha accedido a ayudarte, que es lo que importa.- explicó Tony, dirigiéndose a Hope principalmente con su última frase.
