54. El final de la guerra infinita.

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Incluso Próxima Midnight se había descolocado

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Incluso Próxima Midnight se había descolocado. Tanto ella como sus hermanos, habían creído hasta ese instante que habían conseguido matar a Thor días atrás, al explotar su nave, tras dejarle llorando sobre su moribundo hermano.

Era evidente que se habían equivocado.

Desde el palacio, en la ciudad, Aaron y Wanda no se movían del lado de Visión. Igualmente, el chico había mirado por la ventana cuando el dios del trueno había hecho su gran entrada.

- Mía estará contenta.- miró de nuevo a la mujer frente a él.- Thor está vivo.

Wanda se limitó a asentir. No es que no le importara, pero la vida de Visión pendía de un hilo. Si no conseguían quitarle la gema, lo haría Thanos; y el titán, no intentaría mantener al androide con vida tras sus actos.

Shuri no hablaba, ya que estaba demasiado concentrada en su trabajo como para hacerlo. A lo lejos veía el panorama, con humo y explosiones a cada rato, además de rayos y haces de luz frecuentes. Aún así, no debía distraerse.

Claro que así no vio como el enorme hijo de Thanos, el de cara de sapo, lanzaba su hacha-martillo contra los guerreros de Wakanda, aplastándolos como si fueran meras hormigas. Eso sí, el traje de Black Panther había acumulado tanta energía cinética al estar en constante movimiento, que cuando el rey que lo portaba lanzó un puñetazo contra el sapo de la orden, este se derrumbó hacia el suelo como los soldados que él mismo había derribado.

Más allá, Marie movía sus katanas con unos movimientos tan rápidos, que solo se veía una sobre plateada por allá donde rasgaban el aire, y partes del cuerpo decenas de bestias. Se movía sin parar, no paraba, estaba en constante movimiento. Ella misma era una sombra. No conseguían siquiera rasgar su traje, y mucho menos su piel. Llegó a un punto en que quedó quieta durante unos segundos, en los que inhaló aire profundamente. Se limpió la sangre de la espada contra el muslo, algo asqueada. A su alrededor había varias decenas de cadáveres, aunque sabía muy bien que la batalla aún estaba lejos de su final. Y lo mismo sabía Niky, quien codo a codo con Svenia, se deshacía del mismo número de bestias que Marie.

El sol estaba en su cenit cuando Rocket comenzó a disparar como loco a los monstruos de Thanos. El problema es que él era muy pequeño, y los monstruos muy grandes. Y eran demasiados como para matarles a todos él solo. No se lo esperaba, pero tampoco se negó a cuando alguien lo agarró por el cuello de su traje desde atrás, y girándolo en el aire teniendo el brazo extendido, permitiéndole disparar desde una mejor altura. La persona que lo había agarrado, Bucky, también disparaba su propia metralleta contra los asquerosos bichos que se le cruzaban por el camino. Daba vueltas sobre su sitio, disparando en círculo junto al mapache. Cuando terminaron con la manada que les había atacado, soltó al animal de nuevo en el suelo.

Rocket miró al hombre de pie junto a él, y le preguntó:

- ¿Cuánto por el arma?

- No está en venta.- respondió Bucky, disparando a más de los invasores.

Los protegidos de los Vengadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora