42. ¿Acabas de parafrasearme con el Rey León?

1K 50 35
                                    

Con un chirrido por parte de la cremallera, Hope cerró su maleta, y la bajó al suelo de caoba frente a su cama

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Con un chirrido por parte de la cremallera, Hope cerró su maleta, y la bajó al suelo de caoba frente a su cama. Se puso su blazer amarillo con el emblema del instituto, y reunió todo lo necesario en su bandolera antes de colocársela sobre el hombro derecho.

Cerró las cortinas de forma que aún entrara algo de luz a su habitación, y observó durante unos segundos el incipiente amanecer; normalmente odiaba levantarse temprano, pero por momentos así, valía la pena.

No estaría mucho tiempo en Washington, y por eso llevaba solo una maleta pequeña, en la que también cabía su ordenador y el resto del equipo electrónico.

Saliendo al pasillo arrastrando las ruedas de la maleta por el suelo, sujetando la correa de la bandolera con la otra mano. Cerró la puerta de su habitación, y comenzó a caminar hacia el despacho de Stephen, para despedirse de él. Pasaría su despacho igualmente para poder llegar a la puerta principal del edificio.

Después de la noche en la que el Doctor se encontró a ambos adolescentes despiertos y fuera del edificio a altas horas de la madrugada, les habían prohibido a Hope y a su compañero conjurar portales dentro del edificio, y que condujeran a él. Era un fastidio, la verdad.

Tuvo que bajar un piso, y por las escaleras se encontró, para su fastidio, a Luke.

- ¿Despierta ya a estas horas, rubita?

Con ese comentario la chica se acordó que todavía tenía pendiente cambiar su aspecto al ya acostumbrado pelirrojo y ojos verdes.

- Tengo que estar pronto en el instituto para coger el autobús a Washington. Ya lo sabes, Luke.

- ¿Ahora uno no puede preguntarle a su amiga a dónde va aún cuando sabe la respuesta?

- Puedes, pero es raro.

- Los dos somos raros, así que ya es normal.

- Lo que tú digas.

Hope llegó al final de las escaleras, seguida por el chico. De repente escuchó voces, provenientes del despacho de Stephen; la puerta estaba abierta, y claramente se escuchaban dos voces conversando. Su cara empalideció drásticamente, con pavor y nerviosismo.

- ¿Qué?¿Acabas de notar de que te ha bajado la regla y que no llevas tampón?

- ¿Qué? No, no. Y si eso pasara... sería más agradable que esta situación.- tragó en seco. Estaba bastante segura de lo que había oído, pero quería asegurarse.- Luke, ¿con quién está reunido Stephen a estas horas de la mañana?

- Curiosa, ¿eh rubita?- sonrió con sorna.- Una reunión importante, según lo que sé. Con una persona importante, con prioridades y asuntos importantes. Un hombre interesante, Tony Stark.

Hope respiró hondo, asimilando la verdad. No estaba preparada todavía para enfrentarse cara a cara con su padre; y menos después de su estupidez de llamarle estando borracha. Aún no se perdonaba a si misma haberlo hecho.

Los protegidos de los Vengadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora