El nuevo día amaneció en Nueva York con un cielo cubierto de nubes grises, de las cuales descendía rítmicamente una leve llovizna que cubría casi toda la ciudad. Era un ambiente triste, deprimente y nostálgico, que compaginaba con la situación actual perfectamente.El cementerio de la ciudad era inmenso, y normalmente estaba concurrido por muchísima gente. Pero ese día, solo unos pocos de los presentes de verdad se encontraban allí para visitar a sus familiares o amigos fallecidos.
Una multitud de fotógrafos, reporteros y demás periodistas inundaban la entrada principal de coches que conducía a la necrópolis, mientras intentaban captar imágenes del interior de los coches oficiales que entraban en fila. Los guardas de seguridad mantenían a los medios a raya, para que ninguno se colara y pudiera sacar una fotografía del funeral.
- Hemos tenido cuidado en no revelar la fecha del acto, pero al parecer no se ha podido evitar filtrar.
- No pasa nada, Happy.- respondió Tony.
El guardaespaldas conducía, y los demás iban en la parte trasera del coche; Hope estaba sentada entre Tony y Pepper, y llevaba unas rosas rojas en su regazo. Cada uno de ellos, incluyendo también a los que iban en los otros coches, llevaban unas.
- Ya podéis salir.- dijo Happy, aparcando el coche. La ropa negra de todos iba acorde con el ambiente; sombrío. Llevaban gafas de sol negras, ocultando la mirada perdida de algunos, o los ojos cristalinos por las lagrimas de otros.
Los demás coches pararon al mismo tiempo, y las personas en sus interiores también comenzaron a salir al exterior.
Todos caminaron en la misma dirección, sin mirarse, y con las cabezas gachas, por si acaso había periodistas escondidos en alguna parte.
Caminaron en silencio sobre la hierba, sin decir ni una sola palabra en todo el camino. Algunos tenían las manos metidas en los bolsillos, y otros tenían sus manos agarradas de las de otros. Como era el caso de Marie, quien no soltaba la mano de Natasha.
Se reunieron frente a una lápida, que tenía un ataúd al lado a punto de ser enterrado. Estaba junto a otras dos lápidas, que rezaban el nombre de los padres de Eric; el chico iba a ser enterrado junto a sus padres, como era debido.
Pararon frente a las tumbas, conteniendo el aliento. Ninguno se habría imaginado que acabarían en una situación así tan pronto; teniendo que despedirse de uno de los suyos.
Habían pasado dos días desde la batalla en Sokovia, y a todos se les podían ver todavía los cortes y arañazos que habían sufrido como consecuencias.
Poco a poco se fueron sentando en las sillas que habían colocado a propósito para la ocasión: la primera fue Niky, quien a pesar de haber dicho que su herida de bala era inofensiva, llevaba ya su cuarto recambio de venda, y órdenes estrictas de reposo durante al menos una semana. Steve la vigilaba de cerca, procurando que ella no hiciera ningún movimiento brusco inapropiado. Marie y Natasha fueron las siguientes en sentarse, en la primera fila, y les siguieron el resto del equipo.
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Los protegidos de los Vengadores.
Fanfiction"- Señor, ¿Está totalmente seguro de esto?" "- ¿Por qué no iba a estarlo, agente Coulson?- la cara de dicho agente se contrajo levemente ante la pregunta de su director." "- Son jóvenes, señor. La mayoría de ellos tienen sólo catorce años o menos, y...