39- ¡Por los calzoncillos de Odín!

714 58 17
                                    

- Tienes una llamada, ¿lo sabes, verdad?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


- Tienes una llamada, ¿lo sabes, verdad?

- ¿Y de qué me iba a servir?

- Para salir de aquí, por ejemplo.- el agente de policía chasqueó la lengua, cansado y cada vez más frustrado a medida que las agujas del reloj en su muñeca avanzaban.- Mira, niña, no me lo pongas tan difícil. Solo soy un funcionario público que intenta hacer su trabajo. Me da igual en qué líos te hayas metido, pero te puedo confirmar que el agente que vaya a relevarme en unas horas no será tan considerado contigo como lo soy yo. Él ya no te dejará hacer una llamada, pero yo sí. Hazme caso, por favor, por tu bien y el mío.

Resignada, Niky aceptó tras unos minutos de reflexión. El agente asintió agradecido, antes de acompañarla a donde estaba el teléfono que podría utilizar; ella pidió estar sola, y tras una mirada y una advertencia de que el agente vigilaría detrás de la puerta, Niky obtuvo la privacidad que requería.

Suspiró mientras marcaba el número, preparándose para la posible reprimenda que podrían darle. ¿Pero qué otra opción tenía? No quería pasarse la noche entera intentando dormir inútilmente sobre un colchón duro y roído.

Descolgaron al otro lado de la línea, y Niky sintió su corazón bombeando sangre con fuerza en el pecho, con sus latidos en los oídos. Estaba nerviosa. Muy nerviosa de lo que le podrían echar en cara.

- ¿Quién es y qué quiere a estas horas?- el tono de voz indicaba que la había despertado, y que estaba muy cansada. Niky sospechaba que se podría dormir al teléfono.

- Soy yo.- respondió la morena.- Soy Niky.

- ¿Quién?

- Sé que no es mi número habitual, pero eres de las pocas personas que saben que estoy ahora en la ciudad. Y tienes que ayudarme.

- ¿Sabes la hora que es?

- No, no tengo ni idea. Y me importa muy poco. Pero necesito que me saques de la cárcel.

- ¿Qué?- de repente sonaba a que estaba más despierta, y alarmada. Además de enfadada.- Niky, ¿Cómo coño has acabado en la cárcel? ¿Sabes lo expuestas que puede dejarnos esto? ¿El riesgo cada vez mayor ahora que estás encerrada, de que nos encuentren?

- Hope.- susurró su nombre.- Luego puedes echarme la bronca que quieras. Pero ahora necesito que me saques de aquí. Yo sola no puedo hacerlo. Te necesito, y sabes tan bien como yo que nos prometimos ayudarnos cuando estuviéramos de vuelta en la gran ciudad. Ahora necesito tu ayuda.

Pasaron unos segundos de gran incertidumbre para Niky hasta que obtuvo su respuesta:

- Me debes una. Estaré ahí en veinte minutos.

Hope colgó, y con ello también Niky. Las cámaras de vigilancia eran un problema, por lo que desde que entró en la comisaría, la morena había evitado que se le viera bien la cara en cada una de ellas.

Los protegidos de los Vengadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora