50. Estás a un Sándwich de estar gordo, Quill.

874 59 32
                                    

El espacio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




El espacio. Desconocido para muchos, y más familiar para otros.

Los guardianes de la galaxia formaban parte de esos otros.

Formaban un grupo curioso, para ser sinceros; llamaban la atención da igual dónde fueran, causando impresión entre los demás surcadores del infinito, y de lo que pudiera haber más allá.

Mantis, la más reciente en el grupo, estaba encantada de su nueva compañía. Había encontrado nuevos amigos, que la veían como... bueno, como era ella de verdad. Bella por dentro. Y sobre todo, había un guardián que veía su belleza interior de forma especial.

Drax el destructor, el más forajido de los guardianes, era conocido por su inagotable furia hacia el titán más malvado y emocionalmente desequilibrado del universo, Thanos. La venganza que había jurado en su contra era inquebrantable en su ser, aunque en el fondo, fuera uno de los especímenes más tiernos de corazón entre todos los vivos.

Rocket, también llamado en ocasiones mapache o oso panda, era un ser... único, en su especie. Genéticamente modificado, Rocket viajaba por la galaxia con una actitud desafiante, bravucona, y algo exasperante. Héroe, ladrón, cobrador de recompensas... muchos motes lo acompañaban en sus travesías, igual que Groot, un árbol muy especial, que caminaba sobre sus dos piernas, además de poseer dos brazos, una cabeza, y una conciencia propia. Groot, en la actualidad, podría ser un adolescente en plena edad de crecimiento. Desde que había savia en entre sus capas de tronco, su mente estaba revolucionada.

De revoluciones, justamente, sabía mucho la única mujer del grupo. Gamora había llevado a cabo sus propios actos de rebeldía contra muchas personas, pero eso no quitaba que tuviera un corazón bondadoso; probablemente, el más bondadoso de su grupo. Era, de igual forma, letal cuando se la cabreaba, y no convenía estar en el bando opuesto que ella en el campo de batalla.

Peter Quill sabía eso bien. Hubo un tiempo (que en realidad fue un período de pocos días), en los que él se encontraba enfrentado a Gamora. Era irónico, o incluso gracioso, que ahora tuvieran una relación sentimental casi oficial. Sus extravagantes gustos musicales solo rivalizaban con su extravagante comportamiento y formas de hablar. Era terrano de nacimiento, pero llevaba la mayor parte de su vida viajando por las estrellas, primero como saqueador, y actualmente, como guardián de la galaxia; era su líder, ni más ni menos, aunque a menudo no lo pareciera. Hijo de una humana y una especie de dios, Peter tenía muchas facetas por las que se caracterizaba, y una de ellas, que en verdad no parecía corresponderle en algunas ocasiones, era la generosidad.

De ahí, que hacía ya más de una década, hubiera acogido bajo sus alas a los chicos que hoy en día ya consideraba familia. David, y Bowie.

Gemelos, diferenciándose únicamente por el color de su piel, habían sido encontrados por Star-Lord cuando tenían al rededor de ocho años, solos, sin padres; Peter se acordó de cuando él mismo tenía esa edad, y se encontraba solo y asustado con los saqueadores que lo acababan de secuestrar. Después de ganarse su confianza, Quill no podía dejarles en el basurero en el que los había encontrado; él mismo acababa de hacerse independiente de los saqueadores, y acababa de adquirir su nave Milano, resplandeciente, recién robada. Acogió a los dos chicos, les dio un nombre, y un apellido. Desde entonces, no se separaron de su lado, y once años más tarde, nada había cambiado.

Los protegidos de los Vengadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora