13- La verdad duele.

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Sigilosamente, abrió la puerta

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Sigilosamente, abrió la puerta. De la misma manera, caminó hacia la cama. No tan sigilosamente, se tiró sobre la persona que dormía.

Gritos de dolor se escucharon, seguidos del sonido de un cuerpo al impactar contra el suelo.

- Eso me ha dolido...- murmuró la intrusa.

- Te lo mereces por tirarte sobre mí.- siseó entre dientes.- ¿Por qué maldita razón me has despertado? Había conseguido dormirme hace solo unos minutos.

- Si solo hace unos minutos, no pasa nada.- se levantó del suelo, colocándose bien el pelo.- Estoy aburrida y no puedo dormir.

- Pues yo sí, así que cierra el pico.- la chica le dio palmadas en el brazo hasta que volvió a reaccionar.- Mía, son casi las dos de la madrugada. Si estás aburrida, ponte a leer en tu teléfono, pero déjame dormir; a mi, y al resto del mundo.- volvió a tumbarse, pero soltó una queja cuando Mía retiró la sábana que la cubría.

- Estamos en Mayo, casi en verano. No entiendo cómo puedes dormir con manta.

Marie se incorporó en la cama, frotándose los ojos. Ya no iba a dormir con Mía ahí; eso seguro.

- Pero supongo que tengo que felicitarte por colarte en la habitación sin despertarme; tengo el sueño ligero. Está claro que los entrenamientos te han servido para algo.

- Sí, bueno, gracias.- caminó de vuelta hacia la puerta, girándose de vuelta encarando a Marie cuando llegó al pasillo.- ¿Te vas a quedar ahí o qué?

Soltando un bufido, la morena salió de la cama y fue junto a ella. Mía sonrió.

- ¿Soy la única a la que has despertado?- preguntó molesta.- No es justo.

- Pensé que te gustaría despertar a Eric tú misma. Y no pienso despertar a Niky sola; sería como cometer suicidio, y soy demasiado joven para morir, y eso que ya soy un año más mayor.

Marie se quedó en blanco unos segundos, hasta que se le encendió la bombilla: Era el cumpleaños de Mía. Con todo lo que estaban viviendo, se le había pasado.

- Feliz cumpleaños.- chilló, antes de tirarse sobre ella para darle un abrazo.

- No puedo respirar...

- Te aguantas.- la aplastó unos segundos más, hasta soltarla (cosa que alivió a la ahora quinceañera).

Escucharon ruido al final del pasillo. Era Niky.

- Sois idiotas.- cojeó hasta ellas.- No hagáis tanto ruido a estas horas.- se giró hacia Mía.- Feliz cumpleaños.

Alzó un puño, y la cumpleañera chocó el suyo contra él.

- ¿Ves Marie? Así se hace. Podía escuchar como la estrujabas desde la cama.- se quejó la castaña.

- Cállate, Miller. Tú te quejas de ellas, pero tú también alzas la voz demasiado.

Los protegidos de los Vengadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora