Visión.

38 4 1
                                    

Conozco mi herencia, mis padres me han enseñado que nuestra familia es tan poderosa como para proteger ambos mundos.

No cuestiono mi deber. Tal vez pueda titubear. Sé que estoy a punto de recibir un inmenso poder.

Sin mis padres cerca, mi único apoyo en este momento es él, el extraño Lauri.

-La diversion apenas empieza - dijo él.

-¿Vas a empezar sin mi? - pregunté mientras me levantaba sonriendo.

-No puedes.... ¿Quién detendrá el tiempo?- preguntó él con curiosidad.

Sonreí mientras tomaba mi espada del piso.

-Me subestimas Guardian.

-¡Pero tú eres.... No debes...! - decía algo preocupado y alterado.

No quisé seguirle escuchando.

Me lancé a la batalla mientras veia el atardecer congelado de fondo con al menos 15 monstruos alrededor.

Concentrate... Pelea... Estrategia... Ataca...

Me agaché, tomé impulso y comencé a girar en el aire al saltar. Mi espada atacó a todo lo que se le atravesó enfrente y a los lados.

Hasta que la mano de él me detuvo.

-¡Espera, calmate!

-¿Qué? - dije sin comprender.

Me detuve. Miré a mi alrededor. Tres monstruos se nos acercaban.

El me sonrió y su arco brilló unos segundos. Sus movimientos eran rapidos y precisos. Uno, dos y tres flechas salierón volando en segundos.

Los monstruos fuerón destruidos.

Suspiré. El tiempo recobró la normalidad.

-¿Tú hiciste la barrera Ylonen? - dijo una voz cerca.

-No,fué ella - admitió Lauri en un tono de decepción evidente.

-Oh es un honor - dijo un chico mientras se me acercaba con otros dos.

-Zelda,él es Pauli - dijo Lauri mientras señalaba al chico que habló.

-No me llames asi... - susurré mientras miraba a Pauli con su cabello alborotado y rizado.

-Lo siento Lily - se disculpó Lauri - aquel es Eero y este flacucho es Aki.

Eero usaba el cabello algo largo, era guapo y Aki, pues si era flaco.

-¡Oye! - se quejó Aki - no soy flacucho.

-Como sea - continuó Lauri - ellos vinieron a apoyarnos.

-¿Cuál es tu plan? - preguntó Eero.

-Revisen la zona. La escoltaré a casa - dijo Lauri- no olviden la protección.

-Por cierto, tu padre quiere que vayas a casa - dijo Pauli.

-Vamos - dijo Lauri mientras me tomaba de la mano.

-¿No irás a casa? - dije con curiosidad.

-Eres mi misión.

-Conozco el código de un Guardián - dije seria.

-Entonces no preguntes - dijo el evadiendo mi pregunta.

-Como quieras, respetare la molestia hacia tu padre.

El se detuvó de imprevisto. Soltó mi mano y se me acercó tan de repente que me asustó.

-¿A tí que te importa si mi padre quiere imponer su voluntad sobre mí? - dijo realmente molesto.

GuardianesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora