Distancia.

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Gracias por leer mi historia. 

-¿Qué hace qué?- dije riendo de manera nerviosa.

-¡Te usa tonta!-dijo mi hermano.

-Ah, cállate, no es cierto- dije enojada por ofenderme.

-Te darás cuenta de que te usó para ser Rey.

-Es absurdo- dije mientras me acercaba a Lauri.

No me importó dejar  a mi hermano ahí hablando de cosas incoherentes.

Me aferré al brazo de Lauri y lo llevé a un lugar seguro. Mi casa.

Me concentré en rodear la casa de protección. No queria invitados no deseados en este momento.

Mi deber era buscar a una princesa, pero todo apuntaba a una sola cosa.

Yo vivía engañada. Mi hermano no era la persona que yo creía, eso me lastimaba.

Me quedé en mi cama llorando por todo lo que me estaba pasando,

-Yo estoy contigo- dijo Lauri a mi lado.

-Lauri...

Besó mi frente y me abrazo, algo que me calmó un poco.

Me quede dormida, sin soñar con nada, con sus brazos alrededor de mi.

Por la mañana desperté en sus brazos, algo que no me pareció extraño.

-No te vayas- dijo en sueños.

-No lo hare- dije mientras sonreia.

Me levanté para terminar de despertarme, me metí en el baño. El agua tibia me estaba relajando.

Cerré mis ojos, necesitaba repasar lo que se supone que haria.

-Dónde están- dije en voz baja.

-Tengo una idea- dijo Lauri detras de la cortina.

-Iremos a dónde los viste- dije mientras terminaba de bañarme.

-Oye...Sobre ayer, lamento si ... Me pasé de rudo.

-No hiciste nada, pero fue muy extraño lo que dijo tu padre, que supiera sobre nosotros...

-Eso... Definitivamente no era mi intención-dijo el apenado en su voz.

-Si te creo. ¿Quién querría que todo su Reino supiera que ya no era virgen?

-Por favor, olvídalo- dijo el saliendo.

-Lo siento, no debi recordarlo.

Termine de desayunar y ambos nos dirigimos al lugar que menciono.

Yo caminaba con mi espada colgada a un costado, camuflada por un hechizo.

El viento movia mi cabello, comenzaba a desesperarme.

-Es aqui- dijo Lauri mientras entrabamos a un lugar abandonado.

Mi corazón latía de prisa, estaba preocupada por mis padres, y mi hermano me lastimo en lo más profundo.

-Yo entraré primero- dijo Lauri al notar mis nervios.

Entramos a una habitación donde mis padres estaban amarrados. Me preparé para sacar mi arma.

Aquello podria ser una trampa.

-Están bien- dijo Lauri- pero parecen... Dormidos por algo.

-¿Hablaste con tus amigos?- dije nerviosa.

-Si, llegarán en poco tiempo-dijo el mientras liberaba a mis padres.

Para mi desgracia también llegaron guardias del Reino de Lauri, junto con su padre. 

-¡Apresurense!- dijo el padre de Lauri- Ambos reyes parecen sufrir una maldición.

-¿Ambos reyes?- dije extrañada.

-Ven, debemos hablar- dijo Lauri mientras saliamos de ahí.

Lo que me temia era confirmado.

Lauri me llevo a comer algo, aunque no tenía mucha hambre.

-Tus padres son ... Tu madre es la Reina y tu eres su sucesora.

-Humm, me lo temía- dije pensativa.

-¿No vas a gritar ni nada por el estilo?- preguntó el decepcionado.

-No. Es gracioso, ya lo sabia.

-¿Cómo que lo sabías?

-La princesa que buscaba... La que busco, se encuentra dentro de mi- dije pensativa.

-Bueno, tenemos un problema- dijo el- que si tus padres no despiertan, tu deberás ser la que gobierne.

-Supongo que podría hacerlo- dije cansada.

-No supongas, porque necesitas estar casada con tu prometido antes de ser Reina.

-No te sulfures, debemos saber qué le pasó a mis padres.

-Tengo mis sospechas de quién es el culpable.

-Es probable, el problema es que Gabriel es mi hermano gemelo y podría pelear por el trono.

-No lo creo. Tendría que tener una buena excusa.

-Yo tengo una-dije algo pensativa- un hijo fuera del matrimonio podría desprestigiar mi futura carrera.

-¿Lo crees tan vil?

-No me extrañaría que usara nuestro...Momento para subir al poder.

-¿Y qué hay con el otro que te acosa?

-Ah, ese es manejable. Cree que esa visión me mandara al lado oscuro de inmediato.

-¿Qué visión?- preguntó Lauri mientras me miraba fijo a los ojos.

-Eh... Yo...











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