Atrapando al enemigo.

7 2 0
                                    

No tenía idea de quién podría estar detrás de él,pero la amenaza de la chica inicio cuando nosotros nos casamos. Así que definitivamente tendría que ser de alguno de los dos reinos. Gabriel era bueno haciendo trampas,el podría ayudarme.

- Mamá te manda esta pomada - dijo Gabriel sacándome de mis pensamientos.

- Gracias hermano.

- Debes cuidarte. Descansa.

- Claro,con lo que me encanta estar sentada sin hacer nada.

- Entonces deberías hacer una lista de sospechosas.

-¿Conoces a todas las mujeres en el reino de Lauri? ¡Ni siquiera conozco nuestro reino!

- Ya te dije, la trampa es perfecta.

-¿Quieres que vuelva a embarazarme?- le dije poco convencida.

-¿No me digas que es difícil para ti? ¡Sé que te encanta!

Le di un golpe en el brazo.

- Creo que un embarazo es lo que no deseo repetir en estos momentos.

- No te preocupes,yo me encargo de hacer correr el rumor.

- Hazlo en una semana,tiempo suficiente para que me sienta mejor.

- Estaré al pendiente de quién se interesa en ese rumor.

- Eres genial hermanito.

- ¡Ya deja de halagarme ! - dijo el riendo y burlándose de mí.

El remedio que me trajo mi hermano resultó ser demasiado útil, el dolor cesó al día siguiente y en dos días había sanado por completo.

Para hacer creíble el rumor de mi hermano me dediqué a provocar a Lauri,algo que no resultó bien el primer día. Me rechazó por miedo a lastimarme.
Así que aproveche cuando se curó por completo la herida. Y  esa misma noche,cuando el doctor reviso la herida y le informo a mi suegro decidí que era momento de actuar.

Ambos dormíamos juntos pero él no me abrazaba,supuse que no quería provocarme,lo único que logró con eso fue mi frustración y molestia.

Pero no aquella noche. Después de dormir a mi pequeña regrese a cambiarme mi ropa.
No habíamos discutido cuánto tiempo nos quedaríamos en su reino. No tenía prisa por irme, Gabriel había quedado de encontrar un lugar seguro, algo que no tenía idea de cuánto tardaría.

-¿Cuánto tiempo nos quedaremos? - le pregunté al verlo leyendo un libro.

- Gabriel quiere que te entrene,tal vez un mes.

- Ya me siento mejor.

- Si, escuché los rumores.

Me ofendí. ¿Es que no era mejor que viniera directo a mi en vez de los rumores?

- Si,me imagino. Últimamente sales mucho - dije molesta.

- Son detalles - dijo sin darle importancia - sabes que tengo deberes.

- Es cierto olvide que no dejaste de ser  príncipe.

-¿Te molesta?

- No. Es que... "Tus deberes reales siempre nos separan"

-¿Son celos lo que detecto?

-¿Yo celosa?- dije riendo.

Se acercó a mí y me abrazó.

- Nuestra relación ha tenido momentos malos...

-¿Y eso qué?

- No sé cómo continuar algo que ni siquiera sé que era...

Suspiré. Tenía dudas.

-¿No puedes olvidar de pronto todo lo malo que pasó entre nosotros?

- Yo...

- Estamos casados, empecemos de cero.

Seria difícil seducirlo, al parecer no tendría muchas facilidades.

Decidí enfocarme en mi entrenamiento, de todas formas estábamos casados, viviendo juntos,era normal que decidiéramos tener más hijos. Aunque él me cuestionaria el rumor.

Entre mi hermano y Lauri me entrenaron. Pasaron dos semanas antes de que me diera cuenta.

Y Gabriel empezó el rumor. Para mí mala suerte me enferme por culpa de mi hermano ( debí prevenir que lo hizo a propósito).

El día que inició el rumor yo estaba muy mal, tanto que Lauri no se separó de mí desde la tarde.

- Te traeré agua - dijo él.

- Se quién es el culpable de mi enfermedad - dije pensando en Gabriel.

-¿Comiste algo?

- No, nada.

Me encerré en el baño para vomitar de nuevo.

- Estás muy mal,traeré al doctor - dijo Lauri.

- Por favor, siento que me muero.

Me estaba quedando dormida en el baño cuando el ruido de la puerta azotando me despertó.

-¿De quién estás embarazada?-  dijo de golpe Lauri.

-¿De que hablas?

-¡Todos gritan que estás embarazada!

-¿Y tú qué opinas?

-¿Quién es el padre?- dijo furioso - ¡No hemos tenido sexo!

Tremendo detalle, era cierto,no teníamos sexo desde hace mucho...

- No puedo creer que sea él culpable...- dije entre dientes.

-¿Qué?

- Gabriel es el culpable de que enfermará.

Note su furia.  Un mal entendido.

-¿Es en serio?

-¿Quieres escucharme?- dije mientras tomaba su mano.

- No.

- Estoy enferma,no embarazada - dije tratando de calmarlo.

- Los siento,no te creo.

-¡Vaya que tienes razón! Nuestra relación está muy rota. ¿Y como no estarlo si no siquiera quieres tener sexo conmigo?

Salí algo abrumada. Necesitaba pensar.

- Me pasé - dijo Gabriel de pronto.

- Demasiado. Cuida de Joanne - dije antes de irme.

GuardianesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora