No puedo dejar de amarte.

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Una disculpa por no haber actualizado antes.

-¿Me escuchaste?-preguntó Lauri.

-¿Eh?

-Estas muy distraída.

-Lo siento, es que... Son muchas cosas las que han pasado.

-Debemos sentarnos a hablar- dijo Lauri mientras le hacia caras a la bebé.

-Supongo que son muchas cosas que no podemos postergar.

-Mi padre quiere hablar con los dos, no creo que sea buena idea.

-Deberías llamarlo, tarde o temprano debemos enfrentarlo- admití- yo también debo presentarme con mis padres en una semana.

-Esa es una de las cosas que debemos hablar.

-¿Qué quieres saber? Tus amigos saben todo lo que he hice el tiempo en que nos dejaste.

-¡Yo no me ausenté porque quería!- se molestó Lauri.

-De verdad que no quiero discutir. 

¡Y de nuevo comenzamos a pelear! Yo ya estaba cansada de lo mismo.

Tomé a mi pequeña y le di la espalda. Tenerlo no me ayudaba en nada, en realidad necesitaba aclarar cómo se encontraban las cosas entre los dos. Nuestra relación era un completo caos desde que nos distanciamos, desde que me enteré que estaba embarazada.

-Sí, debemos hablar- afirmé en voz baja- hasta que se duerma.

-Te decía que no tengo la intención de imponer un nombre, pero si mi padre llega a preguntar...

-¿Que nombre te gustaría?- pregunte con paciencia.

-Joanne- dijo Lauri pensativo- es una idea.

-Bueno, pasé tanto tiempo lamentandome por perderte que no pensé en un nombre.

-¿En serio?

-No. Era broma (a medias) . La verdad es que estuve viajando a mi Reino, para arreglar la sucesión de mi hermano.

-¿Vas a permitir que se quede con el Reino?

-Esa era la idea al principio, Alexander lo estaba usando. Lo conozco mejor que tu, antes de que digas algo- le miré feo.

-Era inevitable que lo defendieras.

-El veredicto se daria el día que nació Joanne, se supone que iria a mi Reino...

-¿Hasta ahorita se te ocurre decirmelo?- dijo Lauri alterado.

-No deberías de molestarla- dijo Gabriel en la puerta- ella no puede pelear a cada rato contigo, es cansado.

-Ah, es cierto- les dije a los dos- deben dejar de pelear por mi. Lauri se quedará hasta que pueda ir a casa.

-Lamento decirte que no podrás regresar- dijo Gabriel.

-¿Vienes a decirme lo que decidieron?

-Lo retrasaron al saber que estabas en el hospital.

-¡No debiste decirle al Consejo!- me enoje- eso puede decidir en la sentencia.

-Nuestros padres admitieron que estabas embarazada y... Que tu prometido era el padre.

-¡Gabriel...! Olvidalo, no es tu culpa, era algo que no podia ocultar mucho tiempo.

-Sabes que no me quieren como Rey- dijo Gabriel- soy torpe, descuidado, tonto...

-Eres mejor que yo. ¿Qué dirán de mí porque escondo a mi hija hasta de su propio padre?

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