Me Enloqueces

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¡Gracias por leer!

Suspiré de manera inesperada y decidí retirarme. Sin mirarlo de manera directa avance hacia mi habitación, pero su mano me detuvo.

-Yo quiero decirte algo- dijo el mirándome con esos profundos ojos verdes.

Sabia que me vería como una loca embobada por unos segundos.

Me gire por completo, sin perder su agarre y el me besó. Primero fué un beso fugaz, como de despedida, el cual se transformo en uno más insistente. Uno apasionado y dulce.

-Princesa Zelda, me gustas mucho - me susurró Lauri.

¿Tendría que mencionar el compromiso?

Mi mente reaccionaba lenta y torpe, sumada a que cerré los ojos de manera deliberada.

Apreté su mano, esperando otra cosa...

El me tomó de la cintura y mis sentidos se dispararon de pronto.
Sus manos rodearon mi cintura.
Otro beso, ésta vez más insistente

De pronto mi cuerpo se encontraba deseando tener más de él.Sus labios se desviaron a mis mejillas y comenzaron a descender lentamente hasta mi cuello.Un hormigueo se apodero de mi cuerpo junto con nuevas sensaciones que el me causaba.

¿Dónde había quedado el anticuado Lauri?

Gemí de manera inconsciente y el se separo de mi algo sonrojado y acalorado.

Sus ojos  me pedian con ardor continuar,pero el estaba paralizado.

-Pri...Princesa...

-¿Sabes que estoy comprometida? - dije para obligarlo a confesar.

-¿Desde cuando sabias que soy yo? - dijo el con evidente sonrojo.

-Eso no importa.

-¡Casate conmigo! - dijo más afirmando que preguntando.

Maldición. Ambos estabamos sucumbiendo a nuestros deseos primarios y él...

-¡Ahhh no puedo creerlo! - grité enojada mientras corría a mi habitacion.

Me molestaba que fuera tan anticuado. Por una vez me hubiera gustado que ambos...
Que fueramos irresponsables...

Me encerré de manera automatica. No deseaba hablar con el. No asi, me sentia avergonzada.
Me refugié en la comodidad de mi cama, con mi almohada.

-No puedes evitarme- dijo Lauri dentro de mi habitación.

No lo mire. El se sentó junto a mi.

-¿Porqué estas molesta?

-¿No te das cuenta? - respondí enojada.

-¡Oh! - respondio sorprendido- no lo sabia...

¡Que tonto!

-No debemos ser impulsivos- dijo él- a menos...

-¿Qué? - dije saliendo de mi almohada.

-No puedo tirar por la borda lo que soy... A menos que seas mi esposa legalmente.

-Mira no es momento para discutir yo...

Me detuve. Un incipiente dolor de cabeza me detuvo.
Era una tonta inmadura. ¿Cómo podía exigirle algo que tal vez nos meteria en problemas?
¡Yo era la tonta calenturienta!

-No es sólo tu culpa. Yo también lo deseo desde hace mucho-me confesó Lauri sin mirarme a la cara.

-¡Es tu culpa si no fueras tan atractivo! - dije enojada porque el dolor de cabeza que comenzaba a enloquecerme.

El puso su mano sobre mi pierna y volvió a besarme.

-Eres mía - me susurró en mis labios de manera seductora.

Me derretí en sus brazos, y el sólo me respondió apretandome contra su pecho de manera protectora.
¡Yo queria más de él!

Ambos estabamos solos, en mi casa, de noche y sin supervision...

El dolor aumentaria poco despues, un dolor insoportable... Una maldita muela.

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