Juramento de amor.

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Me besó en toda la cara con cariño. Sonreí al verlo como un niño pequeño.

- Te amo - solté sin pensar con sentimiento.

Nos besamos, mientras pensaba que era una tonta. Lo orille a pelear contra su padre porque pensó que yo no soportaba su reino.

Fui una tonta por tener miedo a lo que la gente hablara,a que me repudiaran.

-¿Ahora que sigue? - le pregunté riendo.

- Terminaremos nuestro juramento.

Nerviosa le observé. Sonreí antes de que él se disculpara y me dejara a solas.

Me cambié la ropa por un vestido negro y me arregle lo mejor que pude.

Mi hermano me esperaba.

- ¿Ya mencioné que fue su idea?

- Si, lo dijiste. Pero si él sabía que perdería... ¿Porque hacerlo?

- Al final se dió cuenta de que luchó por algo equivocado y que le costó su familia.

Suspiré.

- Es hora de remediar mi error.

- El de ambos - acompleto mi hermano.

Nuestro juramento,el definitivo, sería en mi reino.

Mi hermano me dejó en la entrada del enorme salón de eventos. A unos pasos me esperaba mi padre,para entregarme a Lauri.

Un Juramento, hecho de la manera formal tenía que ser frente a los padres de ambos, admitir lo que sentíamos el uno por el otro.

Tomé la mano de Lauri mientras él recitaba desde su corazón, el inicio del juramento.

"No recuerdo cuando comencé a amarte, te protegi sin darme cuenta de que eras tu quien me daba una razón para continuar. Me mataba que estuviéramos lejos y deseo que pueda hacerte feliz por siempre"

Apreté su mano.

" Lauri, gracias por darme una parte de ti. Lucharé para que nada nos separe, te amo... - hice una pausa por la emoción- y estaré contigo siempre"

Me besó de manera fugaz y me abrazó.

Los aplausos nos sacaron de aquella ensoñación. Recordé donde estaba.

- Deberíamos llevarte a descansar - dijo Lauri.

- No,déjame quedarme un poco más.

- Creo que nuestra pequeña necesita dormir.

- Está bien, supongo que podemos esperar a mañana.

Lo que no me esperaba era que la fiesta iniciará, no solo en el castillo, sino en todo mi reino.
Eso lo supe al día siguiente.
Yo regresé a mi casa, en el mundo de los humanos.

Lauri se quedó conmigo. Aquella noche descanse en sus brazos.
Y empecé a tener unos extraños sueños,el inicio de otro gran problema.

Me desperté a las ocho de la mañana por el olor a comida.

Lauri no estaba junto a mí y me pregunté si todo había sido un sueño. Y de repente me levanté de golpe al recordar a mi pequeña.

Corrí hacia su habitación y ya más despierta recordé que nadie se quedó conmigo... Excepto Lauri.
Corrí hacia la cocina y lo encontré cocinando. Mi hermano cargaba a mi pequeña.

-¿Creías que le dejaría sin supervisión?

-¿Qué? - dije desconcertada.

- En realidad le pedí ayuda - dijo Lauri - no podía dejarla sola.

- Debiste despertarme - le recrimine.

- No era correcto. Debes descansar.

- Pero es mi deber cuidarla.

-¿Quién dijo? Es deber de ambos cuidarla.

- No puedo creer que este de acuerdo con el- admitió mi hermano.

-¡Caray es el fin del mundo!- dije en burla.

- Muy graciosa hermanita.

- Yo... Este... Quiero hablar de algo contigo - dijo Lauri nervioso.

- Me parece que debo irme - dijo Gabriel.

- Lauri...

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