25 Maldición.

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Lauri... Necesitaba a Lauri, él tenía que ayudarme...

-Lauri está indispuesto- dijo una voz detrás de mí.

Maldición, estaba sola.

Tenía dos opciones : correr o pelear y la primera no era tan buena, no llegaría muy lejos.

-Únete a mi-dijo Alexander.

-No sabes nada de mi.

-Sé lo suficiente como para predecir que te pasaras a mi lado.

-Eres un fanfarrón,nunca lo haría.

-Entonces despídete de tu Reino- dijo Alexander.

-¿Eso crees?- dije riendo.

Empuñé mi arma, necesitaba concentrarme. 

-¡Pelea conmigo!

-¿Contigo?- dijo Alexander- ¡Eres completamente inútil! 

-¡No te burles de mi!- dije enojada mientras me lanzaba hacia Alexander.

Alexander tambien tenia una espada. La visión en la que yo perdía el control vino a mi mente. 

En ese entonces yo no estaba embarazada. 

-Serás la perfecta distracción- dijo Alexander mientras apretaba mi brazo.

-¿Así  es como lo conseguiste?- dije riendo-¡Debí imaginarlo!

-Serás mala... Pelearas con tu novio y lo matarás...

-¡No lo harás! ¡No te me acerques!

-Ya veremos si puedes resistirte a mi maldición...

El toque de su mano se extendió como una quemadura negra, ardiendo horrible.

No podía perder así. Era una mala broma.

-¡Princesa!- dijo Lauri acercándose a mi.

-¡Vete! ¡Alejate que es peligroso!

-¿Alejarme? ¡Nunca te dejaría!

-Es lo mejor. Todo era planeado desde el principio. ¡La maldición me consumirá!

Mi cabello comenzó a cambiar a un Rojo fuego, ese idiota estaba ganando.

Lauri retrocedió asustado.Alexander reía sin parar.

-¡Que lindo!- dijo Alexander- ¡Eres incapaz de atacar!

-Acaba conmigo- le dije en súplica- o será demasiado tarde.

-¡Me estas pidiendo una locura!- dijo Lauri asustado.

-Si no lo haces destruiré mi Reino y el tuyo.

-Si lo hago estaré matando lo que más amo- dijo Lauri.

-¡Que romanticos!- dijo Alexander burlándose.

-No tienes mucho tiempo...

-¡No voy a lastimarte!- dijo Lauri.

-¡Hazlo!-le ordené.

Tomé mi espada, tenía una última opción. Y me estaba lamentando porque no conocería a mi bebé.

-¡No lo hagas!- gritó Lauri mientras agarraba mi espada- ¡No dejare que te suicides!

-Soy un peligro...

-¡Esto se esta poniendo bueno!- dijo Alexander.

Lauri me arrancó la espada de las manos y la lanzó lejos. Caminó hacia Alexander y le dió un puñetazo.

-¡Regresala!- gritó Lauri.

-No puedo- dijo Alexander riendo- ella es la única que puede.

Caí de rodillas mientras todo se volvía borroso. Mi piel ardía horrible.

Lauri me llamaba, muy débilmente. No podía moverme.

-Estas perdiendo- dijo una voz a mi espalda.

-No, no puedo perder...

-Ya lo hiciste- dijo la voz.

Mire hacia la voz para encontrarme con una copia de mi, pero con el cabello rojo y los ojos color violeta.

-¡No puedo permitir que me ganes!- dije mientras me lanzaba a ella y la estrangulaba.

Si ella me ganaba perdería mucho.

-Es tarde -dijo ella mientras perdía la vida mi yo malvada.

Tenía a Lauri en el piso, con una herida, y todo mi Reino estaba siendo atacado por Alexander.

-¿Dónde estás maldito Alexander?

Lauri estaba débil. ¡Maldición!

Mi espada comenzó a brillar mientras Lauri no dejaba de mirarme.

-No te muevas, voy a solucionar todo- dije mientras caminaba hacia el ejército de Alexander.

-¿Qué piensa hacer princesa?- dijo Alexander con burla.

-Disfrutare cada segundo- dije mientras caminaba lentamente.

Destruí cada una de las criaturas que se me acercaban sin compasión . Estaba muy enojada.

Alexander pagaría caro.

-¡Encarame tarado!

-¿Es que no te preocupa tu salud? ¡Atacaste a tu novio!

-¡No era yo imbécil!

-Eso no importa, ahora la gente no confiara en ti.

Me concentré en Alexander y lo encarcelé en una prisión invisible.

Caminé hacia Lauri, estaba muy mal.

-Demonios,tengo que llevarte a casa- dije asustada.

-No lo hagas.

Y lo hicé. No caminamos mucho hacia la entrada del castillo cuando unos guardias me ayudaron con Lauri,mientras yo me desmayaba...

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