Prueba.

27 2 0
                                    


Era momento. Lo sabia. La culminación de mi herencia.

Tenía que obtenerla. Habia sido preparada para este momento.

Y era el momento... Era ahora o nunca. Tenía que ir por mi espada. Mi arma, mi legado.

Aún podía escuchar las palabras de la mujer en mi mente. Me sentí confundida.

Regresé a la realidad de golpe al sentir cómo el me jalaba contra su pecho.

¿En dónde estábamos? En el transporte público. Apretados.

Podía escuchar los latidos de su corazón, sumados a su embriagante aroma...

-¿Estás bien? - dijo el cerca de mi oido.

-Si...yo... Necesito descansar- dije sin mirarle a la cara. Estaba abochornada.

Mentir no era mi fuerte.

Cambiamos de ruta. Llegamos a casa sin contratiempos. Ahí estaban sus amigos.

Me fui a mi habitación sin esperar que ellos me dijeran algo.

Estaba cansada emocionalmente.

Y sin querer lo ignoré.

-¿Me estás evitando? - dijo Lauri.

-No. Estoy cansada.

-Si no quieres hablar de la visión está bien.

-No quiero. Toda mi vida he sabido lo que sería... Como afrontar el peligro... Ahora yo soy un peligro.

-Mi padre está molesto porque soy un Guardian. Mi linaje me exige ciertos protocolos...

-Si no quieres hablar de tu vida está bien. - dije interrumpiendo- Tengo claro que debo ir por mi espada y encontrar a la princesa...

-Los chicos y yo te escoltaremos.

-No. Debo hacerlo sola, conoces las reglas...

-Yo iré contigo- dijo sin titubear.

-Oye...tengo algo que discutir. Algo sobre nosotros...

-Yo tambien quería hablar sobre nosotros...

Me silencié. No sabia que decir. ¿Qué tenía el que decir?

-Debemos ir por la espada ahora mismo - dije cambiando el tema.

No estaba lista para su confesión. No ahora. Necesitaba mi arma.

-Dejame avisar a los chicos - dijo Lauri.

Busqué entre mis cosas. Una llave que mi padre me dió.

Me cambié mi ropa por un pantalón de mezclilla negro y una playera que decía Muse.

Me colgué mi atrapasueños. Habia esperado tanto tiempo para ir por mi espada...

-Estoy lista - dije al verlo entrar.

- Voy en calidad de escolta. No te ayudaré.

-¿Crees que necesito tu ayuda Ylönen? - dije riendo.

-Es probable.

Apreté la llave. Las indicaciones de mi padre eran claras. La llave abría paso al mundo de las almas. Ahí estaría mi arma esperandome.

Me acerqué a la puerta de mi baño. La cerré. Para que funcionara tenía que abrir la puerta con la llave.

-¿Cómo es el mundo? - pregunté mientras ponía la llave en la cerradura.

GuardianesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora