Efecto Inesperado.

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¡Gracias por leer mi historia!

"Vayan por ella" dijó la voz dentro de mi cabeza.
De manera instintiva miré hacia el frente. En una torre del castillo un hombre encapuchado me miraba. Retrocedí y choqué con Lauri.

-Debemos entrar... La magia del castillo es más fuerte adentro - dijo el mientras tomaba mi brazo.

-¿Quién es él? - dije mientras miraba al encapuchado.

-Eso no importa ahora - dijo Lauri.

El encapuchado levantó sus brazos y después me señaló. Las creaturas salierón de quien sabe donde y comenzarón a rodearnos.

Empuñé mi espada y sentí un escalofrío. El extraño encapuchado se movió inquieto.

-No lo hagas - me advirtió Lauri.

-No saldremos de ésta.

-Conozco otra forma- dijo Lauri.

-Yo tambien.

Levanté la espada, ésta comenzó a brillar y las creaturas retrocedierón.

"Unete a mí" dijó la voz en mi cabeza.

-No. Ésa visión no debe realizarse.

"No podrás evitarlo"

-¡ Claro que puedo!

El encapuchado se acercó poco a poco...

Lauri se interpuso entre los dos.

-No te la llevarás - dijo Lauri.

El encapuchado saltó frente a nosotros en unos cuantos segundos, quedando de frente a Lauri.

-Ningún príncipe de pacotilla me impedirá acercarme- dijo el encapuchado con una voz rasposa.

Lauri le apuntó con un arma.

-Eres insignificante. Sólo ella puede darme pelea... - dijo el extraño.

Con un movimiento de su mano Lauri salió volando.
Y él se acercó a mí. Pude distinguir sus ojos azules. Un chico.

-Ven a mí... Mi princesa - dijo él haciendo una reverencia.

-Yo...

-Tienes dudas...

-¡Alejate de mí! - dije mientras lo apuntaba.

Lauri se incorporaba con lentitud, éso me dejaba a la merced del extraño encapuchado.

¿Pero éra yo indefensa?

-Será a la mala...

-¡No! -grité.

La espada comenzó a brillar y las creaturas comenzarón a retroceder. Un escudo sobre el castillo apareció mientras las creaturas eran rechazadas y el encapuchado también era sacado del castillo.

Me apoyé en la espada con cansancio antes de desmayarme.

-Ven conmigo - dijo el extraño.

-¿Quién eres tú?

-Llamame Alexander, puedo ser lo que tu quieras preciosa...

-¡Alejate de ella! - Lauri le advirtió al extraño.

-¡Regresare! - amenazó el extraño.

Desperté con un horrible dolor en el cuello.

-¡Que bueno que despertaste! - dijo la voz de Pauli.

-¿Qué...? - dije aturdida -ah no... Ya lo recordé.

-Ella está... Rara. Inquieta, diciendo incoherencias.

¿Ella? ¿Quién?

-Tenemos que hablar - dijo una voz que se me hacia rara.

Miré hacia la entrada para descubrirme a mi misma.

-Será algo... Entre los dos - dije incómoda.

Estabamos en una habitación extraña. Me pareció un lugar conocido.

-¡Mirate al espejo! - dijo mi cuerpo.

-¿Qué está pasando? - dije mientras buscaba un espejo.

No muy lejos en una cabecera vi un espejo de mano. Lo tome. Me devolvió la mirada el rostro de Lauri...

-¡Maldición! - dije mientras tiraba el espejo al suelo.

¡Estaba en el cuerpo de Lauri!

-¿Lauri? - dije incómoda.

-¿Quién más esperabas? - dijo él en mi cuerpo.

-¿Cómo llegamos a ésto? -dije sorprendida.

-Tengo una idea. Cuando usaste tu espada para expulsarlos... Te desmayaste..

-Sí ¿Y luego?

-Yo también me desmayé. Cambiamos de cuerpos.

-¡Dime algo que no sepa!

-Debe existir una razón...

-¡No puedo quedarme dentro de tu cuerpo!

-Tal vez... Es probable. Conozco a alguien que nos daría una solución temporal.

-¿A cambio de qué?

-Es probable que no te guste... Ella siempre pide algo personal a cambio.

-Vamos. Ya veré si lo decido o no...

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