Vi en sus ojos que suplicaba que lo dejara,que le dolía estar conmigo.
-¿Que vamos a hacer con un bebé?- le pregunté.
Era cierto,no podría ayudarme. Yo le había dado la espalda.
-¿Vamos? No sé de qué hablas.
- Eres el padre,es justo pedir tu opinión.
-¿Cómo?- dijo sorprendido.
- Está bien,vete. Estaremos bien.
Entonces recordé que una parte de mi estaba resentida porque nos dejó. ¿Sería igual ésta vez?
Le dí la espalda,tenía muchas ganas de llorar. O tal vez morir.
- No se que hacer - dijo en un susurro.
Cerré los ojos y sentí su dolor. Moría por estar a mi lado.
-¿Que demonios paso? - dijo él asustado.
- Dejé de amarte... Duele estar a tu lado.
- ¡No! ¡Cambiamos de cuerpo!
Abrí los ojos y descubrí que estaba en su cuerpo.
-¡Con un carajo!
- Es cierto,estás algo pasada de peso.
- Primero tengo que hacer una revisión - dije pensando en mi retraso.
-¿Cuánto tienes de retraso?
-¡Que idiota soy, tengo tres meses de retraso!
-¿Tanto?
- Ven,debemos ir al ginecólogo.
-¿Así? Yo...
- Me urge saber qué pasa conmigo. Tienes la mala suerte de estar en mi cuerpo.
Le arrastre al ginecólogo. Una mujer de unos cuarenta y tantos.
La mujer me obligó a salir y le revisó. Me sentí extraña.Me dejo entrar después de veinte minutos.
- Su esposa está embarazada.
-¿Va a decirme algo que no sepa?
- Si,tiene cinco meses. Tiene el peso muy bajo.
Y luego dió una serie de indicaciones que me resultaron excesivas.
Una vez que salimos él estaba muy callado.
-¿Cómo es que no lo notaste?
- Tenía muchas cosas en la cabeza.
- Si claro... Que tontería.
- Ahora debemos regresar a nuestros cuerpos.
-¿Ahora te preocupa?¡Qué más da mujer! ¡Puedo pasar todo el embarazo por ti!
- Me estás tentando.
- Se que pasa - dijo él.
-¿Vas a regañarme?
- No. He notado que no usas el collar.
Era cierto,me lo quité cuando... No recordaba cuándo.
Que frustrante.
- La doctora dice que es un niño.
-¿Un niño? Supongo que no importa, al final estamos separados.
- Que ironía, justo como la vez pasada.
- Debemos pensar con frialdad - dije con cansancio.
- Para empezar no puedes trabajar - dijo él - porque no te alimentas bien, es una suerte que el bebé esté bien.
- Vamos a casa.
Tomamos un taxi,traté de recordar dónde dejé el collar. Noté que el usaba mi atrapasueños en su muñeca,como una pulsera.
- Sabes...
- No,ahora no. Tengo que hablar con mi hermano.
Al llegar a casa lo ví molesto.
- No grites - dije al verlo de brazos cruzados.
-¿Quién eres tú para darme órdenes?- dijo mi hermano a la defensiva.
- Ya se que estás enojado,pero te juro que no me dí cuenta, yo... Soy una maldita inconsciente - dije algo punto de llorar.
- A mi ni me veas, teníamos sexo, era mi esposa - dijo Lauri.
-¿Que está pasando? - dijo mi hermano.
-¡Ya se dónde está!- dije corriendo hacia mi habitación.
El collar estaba en el piso. Yo me lo quite de manera automática,como si quisiera evitar algo o... Tal vez tenerlo junto a mi.
Me lo puse y regrese a mi cuerpo.
Mi hermano me veía raro, fui a la cocina y tome el helado.
- Maldición - dije mientras empezaba a atascarme de helado.
-¿Cuánto tiempo?- preguntó mi hermano.
- Para empezar nunca dejes que me quite la medalla.
-¿Entonces?
- Cinco meses - dijo Lauri.
-¡Mujer ni siquiera se nota!- dijo mi hermano.
- Ese es el problema. Estaba tan inmersa en lo que sentía que nunca me preocupe por los demás... O por mi cuerpo.
- Creo que debería dejarlos hablar - dijo mi hermano antes de irse.
Seguí comiendo helado mientras él se sentó junto a mí.
- Se que no tenemos una relación.
- Ve al punto hombre.
- Me quedaré contigo.
- No.
- Sí. Debes dejarme.
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Guardianes
FanfictionSoy Z. Lily y si bien no desconozco mi destino ignoro una parte de él. Mis padres me habian preparado para proteger a los indefensos, para ser Guardian. Lo que no me esperaba era que él chico de la gabardina negra y ojos verdes fuera mi protector...