Plan

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Gracias por seguir mi historia, la cual está a pocos capítulos de terminar.

Me miró sorprendido. No esperaba que yo lo hubiera hecho.

Pero,si. Lo hice,porque no me sentía segura de divorciarme,aún cuando estaba siendo algo egoísta.

- Eso es maravilloso.

- Me alegro de haber sido egoísta. Probablemente sospechaba del embarazo.

Me abrazó fuertemente y nos volvimos a besar.

- Tengo hambre - dije cansada

- Descansa, debes reponer energía.

- También tengo hambre.

- Te traeré algo.

Si bien las cosas cambiaron entre ambos, todavía existía esa inseguridad entre los dos,pero era algo que debíamos superar juntos.

Suspiré. Me sentía plenamente enamorada.

Todo estaba bien,hasta que recibí una llamada de mi hermano.

-¿Qué pasa Gabriel?

- Tenemos un problema, alguien está atacando al castillo.

-¿Sabes quién es?

- No. Pero exige a gritos que tú estés presente.

- Eso no es bueno.

- Las defensas están por caer.

- Iré en seguida.

- No. Es arriesgado.

- Si no voy,no sabré quién trato de separarme de Lauri.

- Es suicidio,si nota que estás embarazada... Te atacará. Además...

-¡Claro que se las consecuencias!

- No estás en forma.

- Improvisare.

Colgué y comencé a vestirme. Mi familia estaba en peligro,no era bueno. Además de que era yo a quién buscaba.

-¿A dónde vas?- dijo Lauri con un plato en la mano.

- A detener al causante de nuestra separación.

- No puedes ir así.

- Lo siento - dije antes de irme.

Terminé de rodillas en un pasillo del castillo. Estaba agotada.

- No puedo creer que me agotes tanto...

Trate de levantarme,pero me sentí cansada.

- ¡Eres imprudente!- dijo Lauri mientras me levantaba.

- No debiste venir.

- Soy más rápido que tú. Gabriel tiene a nuestra hija.

- Tengo una idea,pero se que te molestará.

- No puedes enfrentar a ese extraño con tu estado.

- Cambiemos reliquias.

Me quité mi pulsera y se la entregué.

- Te juro que si algo pasa...

- Necesito defender a mi Reino. Lauri...

- Está bien.

Intercambiamos cuerpos. Eso me daría el tiempo suficiente como para poner una defensa más fuerte.

Ví a Lauri cansado,con mi cuerpo.

- Está inquieto - dijo Lauri mientras tocaba al bebé.

- Sabe que eres tú.

- No,sabe que te sucederá algo,por tu locura.

- Estaré bien.

Busqué el punto más débil de la defensa del castillo. Ahí ví a un extraño encapuchado.

-¡Yo la quería a ella!- gritó el extraño. Definitivamente era un hombre.

-¿Qué quieres con ella?

- Se que rompió el hechizo,lo que no sé es cómo...

- Hablas demasiado - dije mientras mostraba mi arma.

Una enorme espada de azul eléctrico...

- Esa arma no es tuya.

- Somos uno sólo, puedo usar su arma.

-¿Así que tú rompiste el hechizo?

-¿Qué si fuí yo?

- Maldito Ylönen, siempre fuiste mejor que yo.

Levanté la espada,estaba cansada de que hablara sin sentido,así que decidí, debía actuar.

Estaba por reforzar la barrera cuando él se lanzó hacía mí y comenzó a estrangularme.

-¿Quieres saber quién soy?- preguntó el extraño.

Lo empuje y su pude ver su rostro al caer su capucha hacia atrás. Alexander. Me había olvidado de él.

- Debía ser mía - continúo.

- Ella es libre de escoger a quien amar,no a la fuerza.

- Acabemos con ésto - dijo Alexander.

Detuve su ataque,pero me sentí cansada unos segundos.

Sentí la mirada de Lauri.

-¿Así que era cierto que lograste embarazarla?- preguntó Alexander.

-¡Vete!- le grité a Lauri.

- Tonto - murmuró.

Entonces una espada chocó contra la de Alexander,deteniendo su ataque contra mí. El chico de antes,el jovencito de 16 años que ví hace unos meses, me protegía.

- No dejaré que lastimes a mis padres - dijo el chico de ojos castaños.

- Marcus... - susurré.

El chico me sonrió con calidez.
Tenía que detener a Alexander,era ahora o nunca.

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