Guardianes

Un felices para siempre

Marcus no pudo regresar a su cuerpo físico,el bebé. Cuando pasaron seis meses ambos se tocaron por accidente y éste terminó asimilando al bebé,con lo que tenía a un Marcus adolescente en casa. No pudimos hacer nada. Algo que fue difícil de explicar a nuestros padres.

Mi relación con Lauri regreso al punto en que ambos éramos unos recién casados, algo que me agrado en muchos aspectos.

Gabriel se quedó gobernando en el Reino de mis padres,nosotros nos quedamos alejados de todo éso. O eso creía.
En cuanto el padre de Lauri supo de lo que hizo Marcus,se lo llevó para entrenarlo. Lauri no pudo negarse, ya que había hecho un acuerdo en el que su padre nombraria a su sucesor en dos años, fuera o no Lauri.
No me molestaba, pero sabía que Marcus estaría lejos de nosotros.
Así pasaron los años,dónde fuimos muy felices.

Siete años,para ser exacta, en dónde nosotros éramos felices.

-¿Vas a venir?- me preguntó Lauri.

- Si. Es que... Yo...

- Estás muy guapa - dijo mientras me besaba.

- No lo creo... Estas náuseas son molestas.

- Vamos,debemos hacer oficial la noticia.

Apreté su mano.

Marcus me sonreía, mientras todos estaban reunidos en aquella fiesta, dónde Marcus cumplía años.

-¿Porqué no puedo ser como mi hermano?- preguntó Joanne.

- Porque Marcus fue un poco tonto antes de nacer - dije riendo.

- Te protegía - dijo Marcus.

- Solo espero que el siguiente no sea como tú.

-¿Qué siguiente?- preguntó Gabriel.

- Resulta que... Vas a ser tío de nuevo Gabriel - dije riendo nerviosa.

Mis padres nos felicitaron. El padre de Lauri brindó por el bebé y anuncio que Marcus sería su sucesor oficial.

Ya había hablado con Marcus, él había dicho que estaba feliz en el Reino de su abuelo. Si eso quería,yo estaba satisfecha.

Dimos por terminada la fiesta dos horas después.

Me sentía feliz con mi vida,con mi familia.

- Te amo - dijo Lauri mientras me abrazaba.

- Te amo - dije besándolo.

Una familia de cinco integrantes, una feliz familia, con magia.
En el mundo normal.

-¿Y yo que?- preguntó Gabriel.

- Ven aquí - dije a mi hermano.

Nos abrazamos y se nos unieron nuestros hijos.

- Otro hermano - dijo Marcus riendo.

- Espero que no sea un dolor de cabeza como tú - dije sonriendo.

- No lo creo. Se parece a mi padre.

- Vaya,tendré que cuidarlo de las mujeres en el futuro.

-¿Eso haces conmigo?- preguntó Lauri.

-¡Ni te imaginas como te miran las mujeres!

-¿En serio? No lo había notado - dijo Lauri sin darle importancia.

- Caray,lo tienes embobado por ti - dijo Gabriel.

Me reí de lo que dijo mi hermano, Marcus también se rió un poco.
Aquella felicidad era contagiosa, en un futuro dónde éramos felices.

En dónde siempre estaría con Lauri a mi lado.