¿Un juramento de amor?

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Gracias por seguir mi historia...

Miré a Lauri buscando su apoyo.

-Lo haremos, pero por favor, dejanos hablar a solas- dijo Lauri.

Sin esperar a nada más, Lauri me jaló, me obligó a correr a su lado, hasta que llegamos a su habitación.

-No te preocupes, nuestra relación será con calma, hasta donde pueda- dijo él con timidez.

-Eso no me preocupa, tu familia es extraña...

-¿Harías un juramento de amor por mi?- pregunto el mientras sonreía.

-Es algo... precipitado a mi parecer.

¿Un juramento de amor? Aquello era un equivalente a un acuerdo prenupcial, pero con magia y no estaba lista para hacerlo.

-¿Y si no estoy lista para cumplir con mi deber?- pregunté.

-Podemos romperlo- dijo el.

-No quiero hacerlo.

-¿A qué le tienes miedo?

-A lastimarte. Si yo fallo en mi juramento, sabes que puedo dañarte.

-Lo sé. Pero no eres la única.

-No, no puedo hacerlo- dije negándome.

-Nos quedaremos aqui hasta que tu decidas hacerlo. No podremos irnos si no lo haces.

-¡Nadie puede obligarme a hacerlo!- dije enojada.

-Yo si princesa- dijo el mientras se me acercaba.

-¡No te atrevas siquiera!- dije deteniendolo con un escudo invisible.

-Oh, chica ruda- dijo el.

-¿Qué te pasa?- dije asustada.

-¡Debes parar!- dijo el padre de Lauri- La estas asustando.

-¿Pero qué?- dije mientras veia como el señor detenía a su hijo.

-Somos una familia extraña- dijo el señor- tan extraña al enamorarnos...

Lauri me miraba triste.

-Dicelo,dile que necesito algo de ella para calmar nuestra ansiedad- dijo Lauri.

-Le llama ansiedad, es más bien- explicó el Rey- un vacío que una sola persona es capaz de llenar.

-¿Un vacío?¿Qué busca de mí?- dije sin poder comprender de qué rayos me hablaba.

-Te necesita, de manera  muy específica. Es... Una maldición de mi familia, por desgracia heredada por un tatara tatara abuelo.

-Rayos si que son una familia conflictiva.

-El juramento detiene la maldición por un año, no más.

-Déjeme hablar con él, por favor- dije mirándolo.

-Si lo dejo... El, podría lastimarte.

-Confio en él, por favor, nosotros iremos a hacer el juramento...

El hombre me  miró preocupado mientras lo soltaba. Sonreí, mientras el chocaba contra una barrera invisible.

-Se que puede defenderse su alteza- dijo el hombre antes de dejarnos solos.

-¿Desesperación?¿En qué piensas?- le pregunté.

-En tí- dijo el sincero.

-¿Sabes? Pensaba que ambos éramos muy diferentes, que tu eras muy  viejo para mi- dije nerviosa.

Quité la barrera y el se me acercó.

Yo lo besé, mientras sus manos me rodeaban la cintura.

-¿Serias capaz de lastimarme?-le pregunté.

-No. Quiero una cosa de tí- dijo él sin mirarme a los ojos- ¿Estás dispuesta a dármela?

-¿Y si no puedo?- le respondí mientras lo abrazaba.

-Mi maldición es amarte, cada principe debe pasar por ésto.

-¿Incluso nuestros hijos?

-Si, lo que me regresa a lo que deseo de tí. 

Incomoda me quede callada, ya sabía por donde iba su... Idea.

-Te dare lo que quieras, incluso ya robaste mi corazón. ¿Qué más quieres?

El me miro asustado.

-¡Vete!- dijo asustado de pronto- No soy capaz... ¡Vete!

Me quede quieta mientras él retrocedía con algo de miedo.

-Te amo tanto, que deseo algo de ti, algo que no quiero hacer por el momento.

-Yo puedo ayudarte...

-¡No! Dejame solo- dijo mientras caía de rodillas derrotado por su mente.

Se debatia internamente sobre lo malo y lo bueno.

-Es la maldición del instinto- dijo el- la presentia cuando...

-Lauri...

-Lo que quiero de tí es un pedacito de ambos... Un hijo.

Me quedé muda. ¿Esa estúpida maldición lo empujaba a ... embarazarme?

Salí corriendo de su cuarto, pensando en como regresar a casa.

-Yo te llevo hermana- dijo una voz detras.

-¿Qué haces aqui?- dije pensando que Lauri era el menor de mis problemas.

-Protegiéndote de ese pervertido- dijo mi hermano- llevándote a casa.

-No quiero nada de ti. 

Caminé sin rumbo, hasta que llegue al jardin del castillo. La ultima vez no recorrí el lugar.

-Lo siento- dijo Lauri detras.

Estaba frente a una fuente, enmedio del jardín. y el se me acercaba con cautela.

Levanté mi mano para entrelazarla con él. Sabia que no se negaria a aquel gesto.

-¡Juro amarte y protegerte hasta que muera!- dije mientras entrelazamos nuestras manos.

-Yo juro estar a tu lado siempre- dijo Lauri.

-Este juramento es irrompible- dije en voz baja- nadie puede interferir.

-¿Eso crees?- dijo mi hermano antes de mandar volar a Lauri.

-Lo sé- dije mientras lo fulminaba.

-¿Es que no es suficiente humillación de su parte?- dijo mi hermano- ¿Es que aun así quiere que seas su esclava?

-No lo entiendes...

-¿No entiendo qué? ¿Que  te usa como fabrica de bebes?

-¿Qué hace qué?- dije riendo de manera nerviosa.




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