Dolor punzante.

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Muchas gracias a tí que te gusta mi historia.Una locura producto de la autora.

Un simple toque estaba desequilibrando mi sentido de la realidad.¿Porqué?

-¡Es tu culpa si no fueras tan atractivo! - dije enojada porque el dolor de cabeza que comenzaba a enloquecerme.

Un dolor punzante que iba y venia.

El puso su mano sobre mi pierna y volvió a besarme.Me estremeció.

-Eres mía - me susurró en mis labios de manera seductora.

Me derretí en sus brazos, y el sólo me respondió apretándome contra su pecho de manera protectora. Estuve a punto de suspirar.

¡Yo quería más de él! ¡Lo quería todo completito!

Ambos estábamos solos, en mi casa, de noche y sin supervision. Algo demasiado tentador.

El dolor aumentaría poco después, un dolor insoportable... Una maldita muela.

Después de que me apretó contra su pecho me sonrió con tristeza.

-No  podemos estar cerca por más tiempo.Uno de mis amigos se quedará en lo que regreso.

-¿Vas a huir?- pregunté entre dolida y molesta.

-No.Sí.Necesito pensar un poco- dijo el cansado.

-Como quieras.

Suspiré mientras el salía de  mi habitación. ¿En dónde rayos se había metido mi hermano?

Busqué mi celular,pero no lo encontré.Decidí dormir para aminorar el dolor de cabeza.

Mi sueño se tornó confuso.Caminaba por el castillo.

-¿Decidiste unirte a mí?- dijo una voz detrás de mi.

-¿Eh?

El chico de los monstruos estaba justo detrás de mi.Sentí un escalofrío de manera involuntaria.

-¿Es que no me reconoces?-dijo el chico.

-¿Reconocer a quien desea que destruya lo que amo?-dije confundida.

-¿Amas a ese Príncipe?-dijo el molesto.

-El...Me gusta.¿Tienes algún problema con éso?-dije a la defensiva.

-Sí.Demasiado.Se entromete en mis planes.

-¿Todavía crees que me uniré a ti?-dije recordando lo que había pasado en el castillo.

-Únete a mí-dijo el suplicando.

-¿Unirme a ti...?- dije titubeando- ¿Alexander verdad?

-Sé dónde podrían estar tus padres- sugirió de manera algo seductora.

-Deberías preocuparte de no ser el causante de su desaparición-le amenacé.

Y me desperté.Un espantoso dolor parecía reventar mi cabeza.

Fuí a la cocina (no sin antes tomar un frasco de aspirinas del baño) para buscar agua.

El reloj marcaba las dos de la mañana.Tic tac,tic tac el  martilleo era insoportable,

-¿Estás bien?-dijo la voz soñolienta de Lauri.

-Ah..yo...

Y de nuevo el constante martilleo en la cabeza,como si algo punza cortante golpeara mi cara con un ritmo sin fin.

-¡No estas bien!-dijo el mientras se me acercaba-¡Estás pálida!

-Me siento mal,pero nada grave-dije mientras buscaba un vaso.

De pronto el me cargó haciendo que tirara el frasco de aspirinas.

-¡Ah que tonto!-dije mientras mi dolor aumentaba.

-Es que ibas a desmayarte.

-No no lo iba a hacer tarado-dije perdiendo la paciencia.

Me bajó al notar mi molestia creciente.

Terminé mi misión en la cocina,tomarme la aspirina.

-Eres como ese tipo de hombres de negro 3,el que podía ver diferentes futuros-dije mientras me masajeaba la cabeza.

-Ver el futuro es inexacto-respondió serio- más si eres demasiado impredecible.

-¿Me estas llamando "demasiado impredecible"?

-Sí.Haces cosas...inesperadas.

Suspiré,pero ésta vez fue por molestia.

-¡Maldito dolor de cabeza!

Una hora después no podía dormir.Demasiado fastidiada y cansada salí de mi habitación hacia la cocina.

Hielo.Necesitaba hielo.Un maldito diente me lastimaba.

-¿Puedo hacer algo por tí?-dijo el con dulzura.

-Si puedes matarme te lo agradecería-dije con lagrimas en los ojos.

El me miró desconcertado.

-Eso es inaceptable,definitivamente no puedo.

-Debería drogarme hasta morir...Es realmente difícil conseguir ayuda a las tres de la mañana.

-Yo puedo ayudarte...-dijo el con mucha preocupación en el tono de su voz.

-No con hechizos si eso harás-dije seria- no debe usarse con fines egoístas y triviales.

-Dame luz verde y ya regreso-dijo sonriendo.

Ah,esa sonrisa hacia que olvidara mi molestia por unos segundos.

-¡Hazlo pero no tardes!-dije apurandolo.

El me dejo sola,no me interesaba que haría,el dolor no me dejaba concentrar.

-Yo puedo ayudarte-dijo Alexander a mi lado.

-¡Lo que me faltaba!-dije fastidiada- ¡Lárgate!- dije mientras hacia desaparecer al chico de los monstruos.

Lauri regresó poco después con una aspirina más fuerte.

-¡Y te tomas dos como indica!-dijo el muy mandon.

-Si,mi amo y señor-dije burlándome.

Algo que no fue muy buena idea,porque logré que se pusiera algo rojo.

-En unas horas iremos con un amigo-dijo Lauri-no es normal ese dolor.

-¡Claro que no lo es!-dije cansada-¡Es la maldita muela del juicio!

-Aún así vendrás conmigo-dijo el mientras me cargaba de regreso a mi habitación.

Me recargué en su varonil pecho,y su aroma me tranquilizó tanto,hasta el punto de que me causó un estado de relajamiento.

Sus pastillas me dejaron dormir.Pero necesitaba un dentista.








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