Paula comienza a acariciarme el pelo y yo rozo con mis dedos sus labios, no lo puedo evitar y me lanzo.
Me pongo a horcajadas, encima de ella y le retiro el pelo. Empiezo a besarle el cuello y la escucho gemir.
-Disfruta, hoy no nos va a molestar nadie- Le digo.
-Y tú si quieres parar en algún momento solo tienes que decirlo- Me contesta ella.
-¿Que pare? Quiero estar así toda la noche- Le contesto mientras me muerdo el labio.
Le quito el camisón y mi lengua recorre su cuerpo, pasando por sus tetas, dónde noto cómo la velocidad de su respiración aumenta, le quito el sujetador de encaje negro y lamo lentamente sus pezones, succiono y muerdo. Empieza a gemir desesperadamente pidiéndome más mientras me agarra del pelo. Bajo por su ombligo y veo un tatuaje y un piercing.
-Creo que ya he encontrado lo que quería- Digo mientras la sigo besando.
Me acerco a su oído y le digo:
-¿Voy a tener premio?-
Paula, para mi sorpresa me aparta un poco y sube a horcajadas de mi.
-Las niñas de ciudad se lo tienen que ganar más conmigo, pero empezaré dándote una pequeña recompensa-.
Me sube la camiseta y aparta hacia un lado mi tanga rosa. Me tiembla todo el cuerpo.
Chupa su dedo índice y coloca la yema sobre la punta del clítoris, suavemente lo va deslizando hacia mi interior. Ejerce una ligera presión y lo repite una y otra vez.
Noto un calor descomunal en mi interior. Me agarro a las sábanas y gimo su nombre primero en voz baja, y cada vez subiendo más el volumen conforme va aumentando ella la intensidad de los tocamientos.
Nadie, excepto mi ex novio me había tocado así. Llevaba mucho tiempo sin sentir esta sensación.
Me incorporo un poco y me quito mi larga camiseta y me desabrocho el sujetador. Cojo la mano que no tiene ocupada y la llevo a mis tetas.
Me encanta sentir que unas manos frías las tocan. Acaricia mis pezones y sólo del roce... Ufff!!
Aumenta la velocidad cuando ve lo cerda que me pongo y un escalofrío me recorre el cuerpo, me empiezan a temblar las piernas y noto un cosquilleo en mis muslos que sube hasta mi vientre. En mi interior siento una oleada de placer. Mi cuerpo convulsiona por un momento y al rato me recupero.
Me encanta esta sensación. Llevaba mucho tiempo sin tener un orgasmo.
-¿Parece que te ha gustado, no?- Dice Paula mientras se tumba.
-Me ha encantado- Le contesto abrazándola por detrás.
Dormimos desnudas durante toda la noche.
Por la mañana me despierto y Paula está fumando.
-Buenos días, cariño-.
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Desenfreno en el pueblo. ©
أدب المراهقينBienvenido a mi historia; Soy Adriana, una chica de ciudad, donde os cuento un increíble y salvaje verano en el pueblo. Un pueblo lleno de secretos y pasión, donde cada personaje descubrirá su lado más perturbado. Estoy segura de que t...