CAPITULO 4- Primeros días.

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Me despierto con una luz cegadora y el canto de los puñeteros pájaros, aunque bueno, creo que son incluso más gratos que el sonido de decenas de ambulancias y el tráfico de la ciudad. Quizá me acostumbro a estos antes de lo esperado, quién sabe. 

Bajo a desayunar y un agradable olor a tostada y café inunda mi nariz. ¡Qué pinta tiene todo! Desde luego que no recordaba así de serviciales a Mari y Pedro. 

-Buenos días, cariño, desayuna bien, que nos espera un  día muy entretenido- Dice Mari con un delantal en el que ponía ¡Soy de pueblo! Muy gracioso, por cierto.

¿Entretenido? Entretenido es salir de fiesta con tus mejores amigas en Madrid, y no ésto. 

Justo entra Pedro por la puerta con una botella de plástico en la mano.

-Buenos días, Adriana. Te traigo leche recién ordeñada, seguro que te encanta. No tiene nada que ver con la que venden en los supermercados-. 

Estoy segura que ha notado mi cara de asco

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Estoy segura que ha notado mi cara de asco. 

-Cuando acabes de desayunar me acompañas a la tienda de la Pili, y cogemos algo de comer que te guste, y si te apetece algo de merendar también. De pequeña si mal no recuerdo te encantaba el chocolate- Dice Mari guiñándome un ojo. 

-Me parece genial- Comento sólo para ver contenta a aquella mujer tan desmejorada. 

Estoy segura de que le ha ocurrido algo que mis padres no me han querido contar.

Termino de desayunar y subo a arreglarme. Me decanto por unos vaqueros ajustaditos y una camiseta con algo de escote. Y obviamente mis Nike Air Max azul celeste, que me acompañan a todos sitios. Me hago una coleta alta y me pongo mis pendientes, me maquillo ligeramente y me pongo gloss rosa en mis labios. Bajo corriendo las escaleras y aviso a Mari para irnos a comprar.

Pasamos a la tienda de Pilar y para mi sorpresa es gigantesca, tiene muchísimos productos de todo tipo, cosméticos, alimentación, limpieza... Claro, no hay otra tienda en el pueblo. 

Compramos pasta para la comida y chocolate y magdalenas para merendar. Me paseo por la sección de cosméticos y no puedo evitar comprarme 3 pintalabios y 2 pinta uñas. Son mi pasión. Pilar es muy maja y nos hace un pequeño descuento. 

Vamos hasta casa andando, y llegando nos encontramos un Opel Zafira en la puerta de la vecina. 

 

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Desenfreno en el pueblo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora