Narra Vira.
Lo que le había pasado a Liam era bastante extraño y excitante, es decir, si yo me hubiera encontrado en su lugar habría preguntado muchas cosas si es que esa chica no sabía que yo era demasiado inteligente como para darme cuenta al tiro de que lo que estaba viendo no era real.
Pero ahora tenía que concentrarme en el partido de Quidditch que estaba a menos de 42 horas, Mi hermano ya no podía estar fastidiándome más con que tenía que poner más empeño en mi estrategia y Aris no dejaba de reírse de mi cada vez que intentaba no caer rendida sobre la mesa. En mi defensa, yo puedo decir que estaba muy cansada y había estudiado mucho sobre los ángeles caídos todos el día. Me interesaba mucho este tema, más cuando sabía que toda su amenaza recaía sobre mí y sobre otras 11 personas más a mí alrededor, y aquí en Hogwarts podía sacar información, pero no tanta como quisiera.
Cuando ya por fin había descansado un poco (porque tanto no pude dormir) decidí salir más temprano de lo normal y caminar un rato por los pasillos, normalmente Patch hacía lo mismo todo el tiempo y yo sólo iba para encontrarlo o verlo de lejos, muchas veces sólo salía cuando necesitaba despertarse temprano y, aunque estuviera muy cansado eso lo mantenía despierto para no llegar tarde a clases, y a mí me costaba mucho no notar ese esfuerzo y admirarlo.
Lo encontré 5 minutos después dando vueltas de un pasillo a otro con los ojos perdidos en algún lugar del suelo y la manos colgando mientras el caminaba medio encorvado, se veía muchísimo más cansado de lo que yo había estado ayer, y eso es poco decir para lo mal que se veía. Me acerqué a él, sólo porque parecía tan perdido que temí que terminara aventándose por una ventana de la torre más alta de Hogwarts sin que él si quiera se diera cuenta.
—Oye, Patch—llamé su atención al instante, pero cuando volteó apenas y pudo sonreír.
—Hola linda, ¿Qué tal tu noche?—preguntó arrastrando las palabras y mientras sus ojos se iban cerrando poco a poco.
—Bueno, creo que mejor que la tuya si fue, ¿Por qué no te has quedado en la cama? Te ves muy cansado—Le dije, aunque era obvio que ya sabía porque todavía no estaba durmiendo cuando faltaba una hora para que las clases comenzaran.
—Siempre lo hago, y al parecer tú también porque yo siempre te veo por aquí—Sonrió—y qué bueno porque así te puedo ver más, sin que estés gritándole a todos lo mucho que pretendes odiarme.
—Cállate—susurré, cruzando mis brazos sobre mi pecho mientras el muy idiota de Patch reía.
—Sabes que te gusto tanto como tú a mí—ensanchó su sonrisa, si es que eso se podía decir, yo creería que se le rompería la cara o algo parecido. Se acercó a mí un momento hasta inclinarse y darme un beso en la mejilla para después recargar su cabeza en mi hombros y dejarse caer.
Y yo caí con él. Su cuerpo estaba sobre el mío y yo no sabía qué hacer, porque después de unos segundos empece a notar como su respiración se hacía más tranquila y como su cuerpo comenzaba a relajarse, se estaba quedando dormido justo sobre mí y a pesar de que me pesara un poco no me incomodaba, y por mucho que lo quisiera negar Patch me gustaba mucho, y el hecho de que incluso ahora me sintiera completa junto a él me hacía ver que no lo podría esconder por mucho tiempo, y él lo sabía.
Pasaron al menos unos minutos cuando un chico de Gryffindor llegó y me ayudó a llevar a Patch al comedor, donde lo deje durmiendo sobre la mesa de Ravenclaw, todos los Hufflepuff que pasaban a su lado lo miraban como si le comprendieran aunque no supieran porque estaba así, y no me gustaba cuando eso pasaba, menos cuando las chicas lo miraban de reojo y al sentarse en sus lugares volteaban solo para verlo.
Cuando se levantó se talló los ojos y me sonrió de lado, al instante llegaron todos los chicos que faltaban y que creo que ahora siempre se sentaran con nosotros, también llegaron con ellos Tom y Aris, quienes parecían no comprender que es lo que hacía ahí con Patch tan temprano.
—He investigado un poco—dijo Ciara, llamando la atención de todos, claramente en especial la de mi mejor amigo—Los ángeles caídos también son víctimas de su propia mente, podemos utilizar eso en su contra cuando lo necesitemos.
—¿Y como pretendes que utilicemos eso en su contra si ni siquiera sabemos utilizar nuestros poderes?—Preguntó Sabrina, cruzándose de brazos.
—Pues vamos a aprender—Respondió—pero primero tenemos que saber quiénes somos para dominarlos, y está claro que ninguno aquí sabe quién es
—Yo sé quién soy—Le dijo Ly a Ciara, sonriendo como si fuera la persona que se acaba de sacar la lotería—Soy Ly Pindter, soy hijo de magos con una belleza muy notable y soy muy especial, por lo que me han dicho.
—Tu eres el claro ejemplo de que Ciara tiene razón en que nadie sabe quién es realmente—dijo Avery riéndose de su amigo, quien se hacía el ofendido poniendo una mano en su pecho y alargando la cara.
—Dejen en paz a mi hermano—amenazó Eva a las chicas-—Él no tiene la culpa de haber nacido así de estúpido
—Sí, la culpa la tiene su tío Bertran que lo dejó caer de chiquito desde el tejado de la mansión de su familia—Se burló Cameron—Voy a recordar ese día como si hubiera sido ayer.
—Aunque también fue ayer—Dijo Ciara con la mano en la barbilla—El señor Bertran aún sigue pensando que Ly es un pájaro disfrazado de humano.
Todos rieron por la cara de Ly y por el hecho de que su tio lo siguiera aventando para ver si podía volar y demostrar que era un farsante, al menos nos habíamos olvidado por un momento de las amenazas que nos rodeaban y todo lo que teníamos que aprender para enfrentarlas.
Ahora toda la escuela ya sabía sobre este peligro, y también sabían que nosotros eramos la única salida que tenían para seguir aquí, y hay muchos chicos que nos tienen mucha fe y también eran personas a las que no queríamos defraudar, esos chicos que siempre se quedaban en vacaciones porque sus padres Muggles los trataban como si fueran criaturas anormales o hijos de magos que ni siquiera están tanto para ellos como los chicos desearían, al menos un ejemplo de eso eran los hermanos Suller, que no son para nada unidos a sus padres pero al menos había algo con lo que escapar de eso y decir que su familia y su hogar están en otro lugar, y ese era Hogwarts.
—Tengo que ir a Adivinación—Dijo Avery con Frustración—no se ni porque la volví a elegir si sé que no veo ni lo más obvio que debería de ver, creo que necesito lentes o algo por el estilo para ver la gracia que tiene esto.
—Entiendo—Le dije—Yo no soy nada buena en Herbología, de verdad que cada ves que el profesor suplente nos hace trabajar con mandrágoras las muy malditas no pueden parar de dejarme sorda, no es que no me ponga protección, es que son escandalosas sólo para joderme la existencia.
Y era así, pero por suerte hoy no me tocaba herbología, y tendría toda la tarde libre para hacer lo que quisiera hacer, pero por ahora debería estar en camino a DCAO, donde por lo menos podré adelantar el trabajo y ponerme a pensar en cómo descubrir a quien realmente vive dentro de mí, mi verdadera yo, porque si de por sí ya es muy difícil entender quién soy de esta manera, debo esforzarme al doble para saber quién soy en realidad. Y creo que no soy la única que está pasando por lo mismo.
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Hogwarts ; Zodiac.
Random◖Prometemos solemnemente que nuestras intenciones no son buenas◗