28.

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Narra Sabrina.

Eran las 2 de la mañana cuando a todos nos sobresaltaron gritos y el sonidos de cosas rompiéndose o quebrándose, yo me paré tan rápido de la cama que me maree y junto con Patch y Cameron salimos corriendo hasta donde pudimos, en un lugar entre las escaleras y el gran salón. De repente un estruendo nos impulsó hacia la pared, choqué con algo puntiagudo y sentí algo caliente recorrer mi espalda.

Grite, y cuando caí al suelo sólo pude oír un pitido en mis oídos que los lastimaba porque no dejaba de oírlo, veía pies a lo lejos corriendo y acercándose cada vez más. No debía ser vidente para saber que eran caídos, muchos de ellos, y tenían miedo. 

Me levanté del suelo antes de que ellos llegaran a donde estábamos y realicé un hechizo sencillo, un escudo que nos protegía a mí y a mis amigos, en donde ellos ni siquiera podrían pasar. Patch me ayudo al costado y Cameron al otro, antes estábamos débiles porque no podíamos controlarnos pero ahora lo podemos hacer y eso era mucho mejor. Miré hacia el frente donde estaban luchando para poder pasar, estaban debilitando la barrera tan rápido que sólo nos daría tiempo de correr hacía otro lugar que no sería más seguro que este.

Decidimos el hechizo cuando vimos a los demás en el gran salón, luchando con algunos muchos más y entonces decidimos actuar, aunque tarde, mi cabeza de repente dolió tanto que mejor preferí que explotara en ese momento, me tomé el pelo con las manos y caí de rodillas gritando barbaridades, oía susurros de personas que había conocido y que siempre habían estado en mi contra, gritos de desaprobación y maldiciones hacia mí.

Sentí algo impactar contra mi estómago, luego contra mi cabeza, hasta que me hizo despertar un golpe extremadamente fuerte en la pierna, literalmente yo estaba toda cubierta de sangre y sin oír absolutamente nada. Una chica estaba sonriendo hacía mi con un bate con púas y yo sólo rezaba para recordar algún hechizo, aunque ya no tenía mi varita en mi mano, se supone que puedo hacerlo sin ella.

Cerré los ojos y suspire pensando en la chica desapareciendo, volando hacia otro lugar en el cielo y dando vueltas sin poder detenerse. Abrí los ojos, y la chica había desaparecido. Me levanté como pude y localicé mi varita en un rincón cerca de mí, la pude alcanzar con mi mano y entonces me levanté como si no me hubiera pasado absolutamente nada aunque todo mi cuerpo me dolía a mares, localice a al menos 20 de los 100 caídos que nos rodeaban y entonces lance un hechizo devastador que los lanzó a todos fuera. Se supone que ese hechizo los mandaría muy lejos de aquí, y les haría imposible regresar. Así que utilizar esa técnica sería la primera opción entre nosotros.

Veía debilitarse a mis amigos, y cada cuando les ayudaba a unos que recibían golpes. Liam ya se veía bastante cansado puesto que desde que llegó con todo esto comenzó a lanzar hechizos de aquí a haya, pero el número claramente nos superaba, todos habíamos estado desesperados por un momento hasta que recordamos que no deberíamos de estarlo.

Todo pasó demasiado rápido en un fragmento de tiempo demasiado anormal, escuché gritos que reconocí fácilmente y mire hacia el frente. Era mi familia, mis padres y algunos de mis primos más cercanos gritando y pataleando, con lágrimas en sus ojos y heridas en la cara y en los brazos. Me quedé parada ahí sólo mirándolos ignorando todo lo demás a mi alrededor, y entonces quise llorar y salir de ahí con ellos lo más rápido que pudiera, pero mis piernas me traicionaban.

No podía moverme de lo conmocionada que estaba, y entonces sentí un golpe en la nuca, uno tan fuerte que me hizo ver todo en negro y entonces estaba en el suelo con el sabor amargo de la sangre en mi boca y sin conocimiento.













Narrador Omnisciente.

Los caídos estaba seguros de que esta vez iban a ganar, que eran fuertes y que estaban logrando todo lo que no pudieron. Había perdido ya a 200 caídos de los muchos que tenían y aún faltaban un poco, cada vez menos y cuando creyeron que era el momento entonces utilizaron su técnica más poderosa, según ellos.

Cameron estaba tendido en las escaleras luchando débilmente con 10 caídos que lo atacaban, apenas y podía respirar entonces gemía y se retorcía cada vez que tenía que tomar más fuerte la varita por el impulso de sus enemigos. A lo lejos vio agua, una gran ola de agua que entraba hacia Hogwarts y cada vez se hacía más grande, su corazón casi se le salía del pecho y sus ojos se entornaban aunque seguía insistiendo. A pesar de todo el miedo que le provocaba morir de esa manera, estaba seguro que seguiría luchando hasta que ya no pudiera hacerlo más.

Todos habían temido y también lo habían superado o estaban completamente cuerdos como para saber que eso no era su prioridad. Cosas volaban y cuerpos chocaban contra cualquier parte del castillo que se pudieran imaginar. Georgi tosía frenéticamente mientras tenías a su lado a Avery quien la ayudaba a pesar de que su brazo estuviera totalmente lastimado, incluso faltaba poco para que se fracturara.

Tom, Ciara y Ly estaban esperando el momento luchando en silencio, miraban a sus oponentes y entonces ellos desaparecían o misteriosamente morían, aunque eso no hubiera sido posible antes ahora lo era. Pero no era el momento, decidieron ser de ayuda de todas maneras porque de no haberlo hecho, se hubieran castigado a sí mismos por el resto de sus vidas.

Cameron estaba a lado de Eva, a quien habían dejado inconsciente después de intentar ahorcarla. Estaban cansados, débiles y demasiado fuera de si mismos después de un tiempo, pero una descarga de adrenalina de repente los golpeo a todos, y entonces comenzaron a atacar como si no hubieran estado nunca abatidos.

Entonces las puertas de Hogwarts se llenaron de más gritos que nunca, pero no de caídos si no de estudiantes, profesores y ex – estudiantes del colegio. Los chicos no podía creerlo, de repente el castillo era un campo de batalla pero no de doce contra muchos, si no de miles contra cientos. Localizaron a sus profesores y a los que antes habían sido profesores luchando uno por uno con las caídos, parecían tener bastante experiencia ya que acababan con ellos misteriosamente, y eso era también con los ex – estudiantes.

De repente había muchos cuerpos por todas partes, unos cuantos lastimosamente de las personas que estaban ayudando a los chicos, pero lo habían hecho con gusto porque sabían las intenciones de los caídos y ellos estaban totalmente convencidos de que si ellos ganaban entonces incluso los Muggles estarían en peligro.

Un chico estaba luchando en la torre de astronomía con unos cuantos más, cojeaba, probablemente con la pierna lesionada pero estaba seguro de que podía con ellos. Y pudo, no sin antes dar unas cuantas alucinaciones a los caídos de ellos mismos siendo exiliados en el infierno. Entonces en el último momento los mandó volando de un lado a otro. Plumas cayeron, misteriosamente, pero también para ellos era una ganancia.

Aris supo al instante cómo las deberían de usar, y tendrían entonces la victoria en sus manos.

Hogwarts ; Zodiac.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora