Capítulo 43

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Al día siguiente, 3:41 am.

-Vamos Buggi.

-De acuerdo, espero tener mi paquete de galletas ahí dentro. -Señaló divertida el morral color blanco con morado que se encontraba sobre la cama.

-Si tranquila. -Le sonríe. Ella inmediatamente se metió en el morral, y yo lo cerré.

Lo tome y guinde sobre mi hombro derecho para dirigirme a la puerta.

Al salir se encontraba recostado de la baranda el rubio, con un jean y chaqueta negra, camisa blanca igual que sus zapatos y en sus hombros un morral gris.

Yo llevaba puesta un suéter algo holgado cerrado color azul, jean negro y converse color blanco. 

-¿Lista mi bella dama?

Me ofrece su mano.

-Claro gatito. -La tomo y bajamos las escaleras con cuidado de hacer algún fuerte ruido, aunque prácticamente estuviéramos solos no podías arriesgarnos.

Al salir de la mansión Adrien saco unas llaves de su bolsillo del pantalón.

-¿Y eso?

-Son llaves.

-¿De verdad? pensé que eran dragones.

-Serán para nuestro transporte -Respondió agitándolas con una sonrisa.

Camino a paso rápido y lo seguí con curiosidad.

Al llegar al estacionamiento quito un trapo rojo que cubría una moto negra con verde KYMCO AK 550.

-Genial gatito, te quedan bien los colores. -Le sonreí. 

-Si, regalo de mi padre del año pasado. Fue hace poco que aprendí manejar. -Se subió para colocar las llaves y encenderla.

-Bien, excelente estudiante. -Me acerque a su lado para darle un corto beso en los labios.

-¿Qué puedo decir? tu sexy gato, es un total genio. -Rió levemente antes para colocarse el casco que no dejaba ver su rostro.

Rodee los ojos divertida ante su comentario.

-Sigues sin decirme donde iremos. -Me cruce de brazos con una sonrisa y una ceja levantada.

-Ya lo verás al llegar.

-Eso es cruel. 

-Tranquila que nadie nos molestará.

-Eso espero. 

-Bien. Toma mi vida. -Me acerco y me entrega un casco el cual no tarde en colocarme y subirme justo detrás de él.

-Creo que se me olvido comentarte que tengo un "poquito" de miedo. -Confesé enrollando mis brazos en su cintura, mientras que él colocaba su bolso entre sus dobladas rodillas.

-Y creo que se me olvido comentarte que soy tu héroe y no dejaré que algo te pase. Ahora tranquila que primero me muero yo si algo te ocurriera.

No creí que fuera literal.

Solté una risa nerviosa.

Cuando arrancó apreté un poco más  el agarre de su cintura para comenzar a sentir la fría brisa recorrer todo mi cuerpo. 

No podía negarlo, se sentía muy bien tenerlo tan cerca. 

Demasiado. 

No pude evitar tener algo de miedo, a tal punto de imaginarnos salir rodando o cayéndonos en cada curva. Creo que los nervios me hacían exageras un poquito.

La Hija Del Mal - (Chat Noir y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora