La Hija Del Mal - (Chat Noir y Tú)

Capítulo 51

No existía mujer que lograra llenar el vacío que ____ había dejado en Adrien.

Pero cuando Ally llego intentaba negarse a la idea que empezaba a sentir amor por ella, pues simplemente su Bugaboo era irreemplazable.

"Algo difícil de explicar"

Son las palabras que logran describir la perdida de un ser fundamental en nuestra vida. Sólo vives porque respiras, si es que eso era considerado "vivir".

Tan vacío, solo, frustrado y enojado con el mismo por haber sido tan inutil de no ser capaz de poderla salvar. Sin importar cuantas veces su amiga de la infancia, Chloe, lo había intentado convencer para que mejorara su estado de animo y no fuera poseído por algún akuma, diciéndole que no había tenido culpa de nada y que él no era el responsable de su estado de coma.

Pero era como hablar con una pared.

En conclusión: Era su culpa. Todo era su culpa.

Desde que supo la fatídica noticia tuvo que aceptar que sus sueños habían muerto junto a ella.

Al menos eso pensó durante cuatro años. Y ahora con la llegaba Ally desde hace 3 meses aproximadamente, como una tormenta alborotaba todas sus emociones y arrasaba con los sentimientos hacía quien una vez había sido su prometida sin ninguna razón.

El sonido de unos nudillos tocando la puerta de la habitación del rubio interrumpió sus pensamientos.

Estaba confundido.

¿Cómo era capaz de olvidar en tan sólo 3 meses a la chica con la cual ya había soñado casarse y tener una familia? ¿Cómo podía ser capaz de amar a su nueva socia? ¿Cómo era capaz de reemplazarla? Definitivo, Adrien Agreste, eres una porquería, ninguna de ellas merece tal basura. -Pensó el rubio antes de levantarse con pesar.

Dándole una señal a Plagg para que se escondiera, el Kwami sólo asintió e hizo lo que su portador le ordeno y traspasando las puertas se escondió en el closet.

-¿Quién es? -Preguntó de mal humor.

-Adrien, soy. -No tuvo que terminar su respuesta, para que el chico abriera la puerta.

-Ally. -Completo cuando sus miradas se encontraron instantáneamente.

La chica no pude evitar preocuparse cuando su amiga Chloe le comento del estado del joven. Así que no dudo en ir a visitarlo, pero al encontrarse con el ojos color esmeralda, despeinado, sonrisa levemente forzada, y ojos rojizos por llorar no se contuvo y se arrojo a los brazos del Agreste.

Con sus brazos alrededor del cuello del rubio y su cabeza en su pecho, podía escuchar los latidos del joven que iban a rápida velocidad.

Algo sorprendido y nervioso correspondió el abrazo, y en sus adentros sintió la necesidad de protegerla con su vida.

Después de varios segundos o pocos minutos de estar abrazados sin decir ninguna palabra, sólo disfrutaban el contacto y ninguno quería separarse.

Ella lo apoyaba con un simple gesto.

Él se sentía con la necesidad de protegerla.

Poco a poco ambos fueron cediendo hasta separarse aunque ninguno quisiera eso.

-¿Puedo pasar?

-Adelante.

La señorita entro al lugar, era muy amplio, organizado y acogedor. Con las paredes pintadas de blanco con diseños en negro y el piso de porcelanato blanco, una planta algo grande junto a la puerta y una pequeña en el centro de la mesa, el cual estaba rodeado por algunos muebles color negro.