"Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?"
Génesis 16:13 RVR1960No te canses de orar, hermanicesa❤️.
Es curioso pero cierto como nuestro Dios es aquella fuente en medio de nuestros desiertos. Agar estaba huyendo luego de que su señora Sarai la tratara duramente en respuesta a su carácter tras darse cuenta que estaba embarazada.
En ocasiones tendemos a creernos que somos mejores que los demás cuando Dios nos da una bendición y es algo erróneo. Nadie es mejor que nadie por más Bendecido que sea. En la Biblia dice que nos humillemos ante la Poderosa Mano de Dios para que El sea quien nos exalte cuando fuere tiempo. (1 Pedro 5:6)
No es nuestro deber el exaltarnos como si fuéramos la última coca-cola en el desierto. Es el trabajo de Dios el exaltarnos cuando El así lo determine.
Agar estaba embaraza y esto la hizo sentirse, imagino yo, superior a su señora; quizás por esto la empezó a mirar con desprecio. (Génesis 16:4)
Cada acción tiene su reacción y Sarai respondió de una manera bastante fuerte, que quizás muchas de nosotras hubiéramos optado por hacer. Trabajos pesados, mala manera de hablar, son algunas de las medidas que imagino tomó Sarai contra Agar.
A nadie le gusta verse oprimido y Agar no fue la excepción. Agar decidió huir. Quizás así se libraría de su señora Sarai, "la terrible señora" la consideraría Agar. Y fue ahí en medio de ese desierto, en su huida, en aquel pozo de agua que Dios habló a Agar.
Dios vio su aflicción y Dios escuchó su clamor. Y eso es lo que Dios hace con cada una de nosotras, querida hermanicesa. El ve nuestra aflicción, pero más que ser un espectador, El es Dios que se compadece de los suyos (Salmos 103:13) Jehová toma acción y entonces nos habla. Nos quebranta, cambia nuestra manera de pensar y nos hace conocerle.
Y así fue como Agar conoció al Dios que la ve, "El-roi" Un Dios que no tan sólo la ve y nada más, El es el Dios viviente que la ve (Génesis 16:14). El Dios vivo que actúa a favor de los suyos (Isaías 64:4) por su gran misericordia, por su gran amor con que nos amó, nos ama y nos continúa amando.
Es bueno reconocer que cuando Dios nos habla no es para que se nos entre por un oído e instantáneamente salga por el otro. Dios le habló claramente a Agar. Le dijo que volviera donde su señora y que se pusiera sumisa bajo su mano. ¿Cómo? Pero si Sarai la afligía, ¿cómo podría volver a ese lugar? De seguro moriría en manos de su señora. Pero mis queridas, no fue de esa manera. Agar fue obediente.
Estoy consiente de que en ocasiones es difícil aceptar aquello que Dios nos pide, pero les puedo decir que todo lo que dejemos atrás por cumplir la voluntad de Dios, no se compara en nada con lo que El tiene preparado para nosotras.
Agar obedeció y nació Ismael, a quien Dios bendijo e hizo de el una nación. ¿Y nosotras? ¿Obedeceremos y veremos la mano de Dios obrar?
Dios te Bendiga, querida hermanicesa❤️.
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Es Cosa de Cristianas
SpiritualPor medio de cada actualización oro para que puedas estar más cerca de nuestro Salvador, Jesús. "...En tu presencia hay plenitud de gozo..." (Salmos 16/11)